22 de noviembre de 2011

In my blood (En mi sangre)


El otro día estábamos en clase y sucedió algo curioso. Resulta que estoy matriculado de una asignatura que se imparte en inglés. Además nos el profesor es una especie de Iñaki Uoho con el pelo entrecano. Esto no tiene nada que ver, pero me apetecía compartirlo. El caso es que nos estaba explicando una cosa y utilizó una analogía la mar de extraña.
- Si quisiéramos averiguar cómo se vive en Munich, ¿dónde sería más lógico preguntar? En Cádiz o en Munich. Porque claro, en Cádiz puede a ver alguien que haya vivido en Munich, pero la probabilidad es mucho menor que si preguntas en la propia ciudad. El gaditano te diría "I don't know" (recordad que la clase es en inglés). Bueno, mejor dicho diría "Quillo, I don't know". Risas generalizadas.
En esto que una de mis compañeras, una chica sudamericana (colombiana, creo que es) me pregunta qué significa "quillo". Cómo soy una buena persona, se lo expliqué. Pero entonces me paré a pensar en cómo las cosas que son tan habituales para nosotros, como reírnos "de" (que no "con") los andaluces - un saludo para todos nuestros lectores andaluces - pierden toda su razón de ser cuando te alejas. El universo es muy grande y España, sólo un pequeño punto (un punto de mierda) en un planeta cualquiera...


Vale, me habéis pillado. Es una reflexión de mierda. Pero no tenía ni puta idea de cómo empezar este post y, como voy a hablar de Gibraltar me he acordado de Cádiz y, por extensión, de esta anécdota tan sosa como innecesaria.




Porque el grupo que nos ocupa hoy son oriundos del peñón más disputado de la península ibérica. Más incluso que un mojón que hay en Palma de Mallorca, que los alemanes llevan años tratando de conquistar armados con sus tumbonas y sus chanclas con calcetines. Más incluso que las playas de Salou o de mi Murcia natal, que verano tras verano son acosadas por hordas de maños y madrileños con ganas de joder a los autóctonos.


Como decía, que me voy del tema, Breed 77 salieron de Gibraltar en 1996. Bueno, en realidad Paul Isola, Danny Felice y Stuart Cavilla formaron el germen de la banda en Londres, pero fue ese origen común el que los unió. En 2001 publicarían su primer disco, pero los años anteriores Metal Hammer y Kerrang! ya se habían encargado de dar el aviso al mundo metalero de que estos muchachos venían pegando con ganas, dándoles más de un premio de artista novel. Tan intenso fue el boca a boca que la mítica Albert Productions (sí, los de AC/DC) les ofreció contrato para cinco discos.


In my blood (En mi sangre) salía en septiembre de 2006. Aunque no tuvo tanto éxito como su antecesor (Cultura se colocó en el puesto 61º de las listas británicas mientras que éste sólo consiguió el 112º), suponía un paso cualitativo en la calidad sonora. Y es que fue Ron "The saint" Saint-Germain (Soundgarden, Tool, Creed, Bad Brains...) el encargado de su producción.


Dejad que los niños se acerquen a Paul Isola... si se atreven.
Si no habéis escuchado nunca a Breed 77, os aseguro que su propuesta puede, al menos, sorprenderos. Criarse a escasos kilómetros de Andalucía hace que te empapes casi sin percatarte de toda la tradición musical que emana de sus tierras. Estoy hablando de flamenco (de flamenco de verdad, del bueno, no esas mierdas salen en el Tú si que vales de Telecirco y que dan vergüenza ajena), de sonidos árabes... Si esto lo unes a una propuesta de metal potente, con regusto a thrash y a nu, y con un espíritu combativo, la mezcla es una auténtica bomba.


Una bomba que estalla cuando Petróleo (You will be king), aleja las guitarras clásicas a golpe de riff. El ritmo salvaje, sin domesticar, se entrelaza con líneas flamencas, inconfundibles cuando Paul Isola se saca del estómago un duende que ya quisieran para sí los maricones de Los Rebujitos. Empty words comienza pegajosa, con unas guitarras que van y vienen, que vuelan etéreas entre los silencios, mientras el ritmo seco y vibrante de la batería nos hace avanzar a paso rápido hacia un estribillo apasionado y un sólo de guitarra hiriente.


Tras el interludio Viento de levante, dónde el flamenco se hace puro, nos vamos a Blind. Este fue el primer tema que escuché de la banda, y me cautivó. Analizándolo fríamente no tiene nada del otro mundo, y el esquema sigue básicamente el de las dos primeras canciones, pero, no sé... El estribillo es pura fuerza. La facilidad de Isola para cambiar de registro, para entonar un cante o rugir, es pasmosa. Y desde luego, el trabajo de Felice y del barcelonés Pedro Caparrós, no tienen desperdicio. Pero quizás lo que más me gusta sea el final de la canción, con esas dos voces superpuestas, cantando a dúo en inglés y en castellano (bueno, en gaditano cerrado, pero en castellano al fin y al cabo) y con la batería machacando cada compás sin piedad.


Ahora el viento que sopla viene de oriente. Y Remember that day es un clarísimo ejemplo de algo que llevo diciendo toda mi vida: el metal y la música oriental nacieron para conocerse, para amarse y para fornicar sin pausa hasta caer exhaustos. Sólo así puede explicarse esa simbiosis casi perfecta. Podríamos decir que Look at me now es la balada de este álbum. Pausada, desgarradora y preciosa. Creo que no hay nada que le imprima más dolor y sentimiento a una canción que una voz que se rompe al final de un verso, como le sucede a Isola en algunos momentos. Y claro, si encima la acompañas con un sólo de guitarra que bebe de los de otras grandes baladas, como November rain, y con un acompañamiento orquestal exquisito, el resultado es casi insuperable.


So you know continúa con ese sonido taciturno y tranquilo, pero que evoluciona en un estribillo mucho más animado, aunque no alegre precisamente. La distorsión queda en segundo plano y es la guitarra acústica la que construye, con sus punteos y sus acordes, la sólida base para que el resto de instrumentos erijan segundo a segundo un enorme monumento metálico.


The game vuelve a repetir el esquema de sus compañeras de plástico: riff demoledor, rabia y mucho sabor del sur. Eso sí, tiene un sólo que aunque breve, se te clava en el alma y un Cavilla al bajo que, aunque parezca que pasa desapercibido en casi todo el álbum, sigue siendo una piedra angular de la banda gibraltareña. Alive tampoco termina de reinventarse. De hecho, suena como si Tomatito y sus acompañantes hubiesen descubierto la distorsión. Aceptable, pero prescindible. El redoble militar marca el inicio de Libertad, para cambiar poco después y convertirse en un ritmo de puro metal que se desangra en el estribillo. Impresionante y mayúsculo el esfuerzo de Caparrós y Felice, que hacen brillar sus guitarras, primero con suavidad sobre los redobles de la batería, haciéndonos sentir como un condenado que mira al horizonte del desierto mientras espera a la muerte segura de un disparo por la espalda, para después trepar alto, inundando tus oídos con ese dolor sucio y caústico que tienen las guitarras cuando lloran de pena.


Para el final queda Tears, dónde una vez más las guitarras desnudan el alma de la canción, tejiendo una melodía oscura y amarga, que se insufla poco a poco con la rabia de las lágrimas, hasta estallar en un canto épico, el de los oprimidos y los olvidados.


Como os decía, una propuesta diferente, curiosa y, sobretodo, muy recomendable si queréis alejaros de los sonidos clásicos del metal y os apetece oír algo distinto.


Yo me despido por hoy. Cuidaos mucho gente.
Un abrazo muy grande y que os abrace un cactus.

8 comentarios:

Ana dijo...

Sé que pierdo todos los puntos que tenía como lectora del blog, pero me gustan tus entradas porque no sólo hablas de música (por supuesto de música que no conozco)

Y como parte de sangre gaditana te diré ozú quillo buena noshes.

Unknown dijo...

Eh Eh! Que el único que no habla de música soy yo, que las actus de cine y literatura son mías, no le atribuyas a éste méritos que no le corresponden, Ana. xD.

Y sí, Carlos, tu actualización mola, tu reflexión es una mierda y no sé qué tiene que ver Gibraltar en ésto xD.

Breed 77: Metal y del año 2000, no me gusta, Im Sorry.

Te quiero, imbécil :)

Pek3 dijo...

Original y sorprendente entrada nene hacia falta tambien algo asi innovador ademas sabes que desde que me enseñastes Blind me gustan estos tios aunque nunca profundicé en ellos, eso si los temas que has colgao me han gustado todos.

Un beso en la cuca carlinhos brown

Anastasia dijo...

¡¿De verdad tres personas votaron que The Doors era la banda más sobrevalorada de la historia?!
Muy fuerte...

Ana dijo...

envidiosillo, tú también me gustas...

Larry Runner dijo...

Esta peña mola. Y que en England ya se lo comieran hace años es síntoma de que malos no iban a ser. Allí saben mucho más que nosotros un millón de veces.

Marie dijo...

Yo a estos los vi en directo y me encantaron, además son un amor con el público. Me llamó en especial la atención el cover de Zombie, subidón de adrenalina con lo sosilla que es la canción.


Saludos de una madrileña, que invadió un ratito las playas de tu querida Murcia este verano al ir al Leyendas del Rock. ¿Las heviorras también estorban o qué?

Vinny Gonzo dijo...

Las heviorras... pues sí, algunas si que estorban. No todas, eso es obvio. Ni siquiera la mayoría. Pero me refería al madrileño relamido que te suelta la típica de "Pues es que yo en Ma-drit..." que tú lo que piensas es "Pues haberte quedao en Madrid pedazo de imbécil". xD