5 de noviembre de 2012

Sangre fresca (OCTUBRE 2012)

La semana pasada estuve en Londres por cortesía de mi señora novia y tengo algo que deciros: si queréis practicar inglés, no vayáis a la capital inglesa. Porque cada vez que os vean pinta de españoles, os van a hablar en castellano. Bien sea porque son oriundos de la pérfida Albión (o cualquier otro país) y conocen el idioma, bien porque son paisanos nuestros o primos del sur de América. Os lo juro, una puta plaga.

Desde luego los guiris están hechos de otra pasta. En la vida había visto yo a la peña meterse chupitos de tequila a las seis de la tarde entre pinta y pinta. Bueno, sí, pero aquí la gente que hace eso tiene quince años y lleva sudaderas de Oxford y tal. No adultos hechos y, puede que en ese momento ya no muy, derechos.

En fin, no os aburro con anécdotas de persona cosmopolita y retrasos en los vuelos de Ryanair, y nos metemos de lleno en las novedades de Octubre, que ha llegado cargadito como la burra que iba con chocolate hacia Belén (¿qué cojones hacía una burra cargada de chocolate camino de Belén?).

Conocéis de sobra mi debilidad por Coheed and Cambria. Por eso esperaba la salida de este The afterman: Ascension, como un niño la mañana de Navidad. No diré que la primera parte de esta historia en dos entregas me haya decepcionado, pero he de reconocer que esperaba otra cosa. O mejor dicho, no esperaba que recularan y abandonasen la épica y monumental producción de Year of the black rainbow para volver al sonido clásico de la banda. Esto no es malo, ese sonido es parte del sello de los neoyorquinos. Pero aún así... Tengo la sensación de que habría sonado mejor si hubiera seguido la línea de su predecesor. No obstante, que nadie se asuste. Sus melodías intrincadas y evocadoras siguen ahí, así como los imaginativos ritmos. El regreso de Josh Eppard y Zach Cooper, el nuevo bajista, mantiene el listón muy alto. Cerrad los ojos y acompañad sin dudarlo a Sirius Amory, el hombre que descubrirá la horrible verdad sobre la energía que mantiene unido el Keywork. 



No tengo muy claro cuando Muse dejaron de ser Muse para intentar convertirse en Queen versionando a U2. El caso es que el cambio de actitud les ha sentado fatal. Porque The 2nd law no es realmente un mal disco. De verdad, es muchísimo mejor que el infumable The resistance. Buenos temas, muy pegadizos... Pero la mayoría pierden esa magia cuando reconoces algunos de los trucos y recursos clásicos de las bandas de Mercury y Bono. Y claro, así no disfrutas. Yo no digo que no se pueda querer sonar como tus ídolos, pero es que en algunos momentos se pasean peligrosamente por la sinuosa frontera del plagio. Por eso me gusta cuando suenan los Muse más experimentales e incluso épicos, como en Survival (que aunque de primeras me pareció una fantochada ha resultado ser una droga muy adictiva), sus esporádicos revolcones con el dubstep o el par de temas en los que Chris Wolstenholme se encraga del apartado vocal. Señor Bellamy, por favor, baje del Olimpo y regrese a los agujeros negros. 

Con el incierto futuro de Slipknot fuera de los escenarios, Corey Taylor y Jim Root siguen dándole duro a Stone Sour junto a sus antiguos compañeros. La primera parte de House of gold and bones sigue la tónica de sus antecesores de combinar trallazos en los que todos y cada uno de sus integrantes exprimen sus instrumentos al máximo con auténticos alaridos de metal, con temas más tranquilos pero aún así no exentos de esa emotividad agresiva y rota de la que solo Taylor y pocos más privilegiados saben dotar a sus baladas. El trabajo a las guitarras de Root (aquí alejado del protagonismo de Mick Thomson con los de Iowa) y Josh Rand es algo repetitivo, pero muy correcto, aunque son Roy Mayorga y Rachel Bolan (el de Skid Row, sustituyendo en el estudio a Shawn Economaki) los que desbordan, machacando cada tiempo como si fuera el último. 

La primera vez que escuché a Three Days Grace pensé que me iban a encantar. La segunda pensé que no estaban tan mal. A la tercera tenía claro que todos esos detalles que me habían cautivado de algunos de sus singles eran pura casualidad. A la cuarta desistí. De esto hace ya un tiempo, así que cuando vi este Transit of Venus pensé: Joder, que portada más cutre. Después me plantee darles otra oportunidad. Ingenuo de mí. A ver, tampoco voy a ser tan malo. Para escucharlo una vez no está mal. No molesta. Pero tampoco esperéis que os enganche o que os entretenga con sus riffs, distorsiones y voces totalmente estándar. Lo único destacable, y aquí voy a reconocer que les ha hecho ganar muchos puntos, es una versión muy potable y nada desacertada del antológico Give into me de Michael Jackson con Slash. 

Ah, que buenos recuerdos me traen Boikot. Recuerdo cuando éramos unos jóvenes púberes y lo flipábamos con estos tíos. Sinceramente y ahora con un poco más de perspectiva, no son nada del otro mundo. Pero tengo que decir en su defensa que son una de las pocas agrupaciones de punk rock patrio que siguen en la brecha tras tantos años. ¿Su secreto? No haberse cerrado ninguna puerta a pesar de la edad. ¿Que hay que meterle más guitarreos? Pues más guitarreos. ¿Qué le sentaría bien una buena sección de viento? Pues trompetazos al canto. El problema son... Las letras. Porque cuando se ponen combativos, aunque resulta ya algo cansino, no hay quién les gane (en este Lágrimas de rabia, además, especialmente agresivos), pero cuando les da por ponerse moñas... Buf. Hay que agarrarlos con pinzas. Lo que tiene adaptarse es que en algunos momentos no sabes muy bien si estás escuchándolos a ellos o a cualquier otro grupo. Eso es bueno a veces y otras es malo. Muy malo. Y por lo que más queráis, ¡que alguien le diga a Alberto Pla que no canta bien, maldita sea! 

Me pasa algo muy curioso con Papa Roach. Era un grupo que durante éstos últimos años, cuanto más los escuchaba, menos me gustaban. The connection no ha conseguido reconciliarme con ellos, pero por lo menos ha frenado esa caída en picado. El disco es un batiburrillo de todo lo que la banda ha hecho desde sus inicios, una densa receta en la que se mezclan el nu metal, el hard rock y el rock alternativo, todo ello aderezado con unos cuantos samplers que si bien son un acierto en algunos temas, en otros no hacen sino destrozarlos, al igual que varios estribillos. Aún así, los potentes y característicos riffs de guitarra y la arolladora actitud de Jacoby Shadixx ante el micrófono consiguen paliar, sólo en parte, todo lo anterior. Papa Roach se niegan a morir, y parece que sus últimos estertores suenan cada vez mejor. 

Ya están de vuelta los chicos de Kiss, que parecen haber cogido de nuevo el ritmo a esto de sacar discos y presentan Monster. Como pagano que soy en cuanto a su discografía, obviando por supuesto sus grandes éxitos, reconoceré que no me ha impactado en demasía. Es más, me ha parecido algo aburrido. Ojo, algo. Porque hay algunos temas realmente potentes y en general el sonido es muy disfrutable. Cualquiera pensaría que tras tantos años la fórmula de los de Detroit, como la de tantas otras bandas coetáneas, se habría agotado. Sí que es verdad que no han reinventado la rueda, pero se aprecia en el sonido un cierto aroma a blues y algunas estructuras muy alejadas de lo que estamos acostumbrados, y eso siempre es de agradecer. No digo más. De los juicios profundos, que se encarguen los eruditos. 

Terminamos con dos discos que aunque en teoría salieron en septiembre (al menos en territorio Europeo) no he podido dejar pasar. El primero es el décimo álbum de los vampiros de Helsinki. X (se han roto la cabeza con el nombre, los jodíos) es una nueva parada de The 69 Eyes en su viaje hacia un sonido más comercial. Esto no es necesariamente malo, aunque se echen de menos esas baladas tétricas tan marca de la casa. Pero ahí siguen las melodías oscuras y decadentes sobre ritmos que destrozan caderas y todo ello bañado por la suave, densa y profunda voz de Jyrki, vistiendo de negro el pop rock más duro. Ya lo he dicho alguna vez con otras bandas, pero por mí, toda la música comercial podría sonar así. 


El segundo aparece por aquí por cortesía de nuestros compañeros y amigos Nortwinds (http://motelbourbon.blogspot.com.es/) y Lorbada (http://bunkersonico.blogspot.com.es/), que con sus entradas hicieron que me picara la curiosidad por este Rock and roll is black and blue de Danko Jones. Y lo que me he encontrado es una jugosa sesión de hard rock metalero de la nueva escuela, con un sonido que explora todos los caminos imaginables, desde temas con sabor a fiesta ochentera de whiskey y largas piernas hasta otros más taciturnos y atípicos que suenan sucios y garageros. Sorpresón el que me he llevado con el señor Jones y sus compañeros (entre ellos el recién incorporado Atom Willard, que últimamente no tiene muy claro que hacer con su vida). Habrá que seguirles la pista a partir de ahora. 

Pues nada, hasta aquí hemos llegado un mes más. Os pensábais que lo decía de coña, pero sigo esperando alguna de vuestras recomendaciones a incluir en el próximo Sangre fresca. Si me queréis, decidlas. Y si no me queréis, también. No voy a discrminar a nadie.


Este es el significado de las calificaciones. Obviamente son de carácter personal, pero... cojones, ¡todo este blog está basado en impresiones personales!
- ★ Infumable. Lo comento sólo para que os mantengáis alejados de él. No tenéis huevos...
- ★★ Regular. No perdéis nada por darle una escucha, pero tampoco por no dársela.
- ★★★ Bien. Puede que os guste o no, dependiendo del tipo de música al que esteis acostumbrados.
- ★★★★ Recomendable. Es altamente probable que engrose vuestra lista de discos pendientes.
- ★★★★★ Crema. Para bajárselo sin dudar y, si dispones de monetario, comprarlo.

✩ Representa que la puntuación está entre la que indican las estrellas negras y la siguiente.

6 comentarios:

Rafa dijo...

Hola, tíos,

Os devuelvo la visita y el comentario, yo tampoco me había pasado nunca por este vuestro blog. Me suscribo vía RSS, y apunto alguna de las recomendaciones de vuestro último post.

¡Saludos desde la Calle del Bourbon, y a seguir así!

Boris dijo...

Muse como todos los grupos tienen sus influencias y en su caso son de grupos muy famosos y admirados por todos pero lo que hacen no es copia de nadie, son ya un grupo suficientemente importante como para seguir su propio camino, eso es lo que están haciendo y muy bien.

Matt Bellamy es un genio actual, ahora que están U2 un pelin acomodados yo diría que incluso ahora mismo esta por encima de Bono

ROCKLAND dijo...

Todavía no me acerqué a esta banda que tan buenas reseñas cosechan.
¡Apuntados!

Saludos.

Mr. Thunderstruck dijo...

Discrepamos bastante en cuanto a discos jejeje, a mi el de KISS me parece muy malo y el de Muse flojete, pero para eso están los gustos...el de Papa Roach me parece bastante bueno, el resto tendré que escucharlos aunque por lo que cuentas...saludos!!!

Javier Sylar dijo...

Hola gente, me encanta esta sección y os dejamos la crítica del último disco de Deftones en adttitude!


http://adttitude.blogspot.com.es

un saludo!

Möbius el Crononauta dijo...

y todo esto con pachelbel de fondo. ¡Qué bonito!