9 de enero de 2013

Sangre fresca: Skunk D.F. - Perseidas


Quiero que conste en acta que el hecho de que últimamente todas las novedades discográficas vengan en la lengua de Quevedo es pura casualidad. Hace un varias semanas que no aparece nada fuera de nuestras fronteras que me llame la atención.

Hoy aparecen por aquí los madrileños Skunk D.F., a día de hoy, una de las pocas bandas de rock patrio que me llevo a los oídos. Lo cierto que es que tenía ya muchas ganas de escuchar algo nuevo después de aquel El crisol de 2009 que me dejó bastante frío. Era el típico álbum en el que la mitad de las canciones sonaban a puro relleno, intercalando algunos temas mucho más suculentos. Perseidas sigue con esa peligrosa tónica a pesar de constar únicamente de nueve cortes. Y sintiéndolo en el alma, han jugado con fuego y se han quemado. No mucho, sólo quemaduras leves, pero se han quemado.

El doble salto mortal cuasi acústico y emotivo que abre, La vida es ahora no les sale del todo mal. El fin de la diplomacia era carne de single y probablemente el tema más sólido de todo el trabajo, un lamento por la situación actual mundial con un sonido potente. A partir de aquí, hay de todo. Hay veces que las canciones tienen una magnífica base instrumental y una letra algo mediocre. Otras es la letra la que insufla energía a pesar de que la música pase desapercibida. Desgraciadamente predominan las primeras, con un Germán González que brilla mucho en las letras combativas pero que se pierde en su propia nostalgia descafeinada cuando se pone existencialista. Por ejemplo, el tema homónimo, Perseidas desaprovecha un implacable ritmo de batería de David Ramos con poesía vacua y Estrella de la muerte destroza con alusiones demasiado claras un tema agrio y desconsolado sobre los años del franquismo.

El breve y experimental Las chicas de la red supone un buen respiro pero son Miedo y Si pudieras verme ahora, los temas más estándar, los que le dan solidez al disco, con momentos destacables pero en líneas generales muy, muy previsibles.

Quizás con un par de temas más, con un par de trallazos de que estaban llenos Esencia y El año del dragón (porque nadie espera ya que regresen al estilo de Neo) habrían cerrado un círculo algo más atractivo. Quizás, o quizás no.

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