21 de marzo de 2013

Por amor a la música: Rick Wright - Broken China

Subimos un nuevo peldaño en la escalera de la melomanía desaforada o, lo que es lo mismo, comienza una nueva ronda del juego Por amor a la música. En este nuevo reto, tenemos que hablar sobre trabajos en solitario de los miembros de la banda propuesta por el anfitrión.

El bueno de Tsi no se anda con tonterías y la primera me la ha pegado bien fuerte en toda la frente: Pink Floyd. Vaya por delante que no tengo ningún problema con los ingleses pero (y ahora es cuando viene la avalancha de incredulidad) no controlo nada de su discografía.

A ver, sí, sé que The wall, Wish you were here y The wall son la quintaesencia del rock progresivo y que, sintiéndolo mucho, Money es una de las canciones más aburridas que he escuchado en mi vida. Pero fuera de eso... Nada. De hecho el único nombre que me venía a la cabeza era el de David Gilmour.

Pero Wikipedia es nuestra amiga y he decidido no optar por lo típico, que habría sido otro disco de la extensa carrera en solitario de Roger Waters, y me he lanzado a por uno de Rick Wright, el teclista de Pink Floyd, fallecido en 2008 por un maldito cáncer. Sirva esta entrada como pequeño homenaje.

He elegido Broken China por ser más cercano en el tiempo que Wet dream, el otro disco en solitario de Wright. Y es que me conozco y sé que si me pongo algo anterior a los ochenta sin haberlo catado antes, las consecuencias pueden ser catastróficas.


Dividido en cuatro partes que personalmente no he conseguido diferenciar, Broken China está inspirado en la lucha contra la depresión de la por aquel entonces señora Wright, Mildred. Grabado en el estudio personal del músico en Francia y recayendo casi toda la carga compostiva en el propio Wright y Anthony Moore (que ya había colaborado con Pink Floyd en A momentary lapse of reason y The division bell), se trata de un álbum predominantemente instrumental, con la única excepción de algunos temas sueltos interpretados por el propio Wright y dos duetos con la siempre sensual garganta se Sinéad O'Connor.

La verdad es que me hubiera gustado poder disponer de algo más de tiempo para sumergirme en Broken China. O al menos, haber podido dedicarle un rato de tranquilidad para simplemente escucharlo sin atender a otras cosas. Pero últimamente mi vida no me lo permite, de manera que intentaré, al menos, comentar un poco mis primeras impresiones.

Lo primero que me llamó la atención del disco fue lo increíblemente apto que es para servir de banda sonora a una película. Los largos desarrollos seguidos de silencios casi igual de prolongados y el uso de ciertos pasajes de sonido real como la tormenta en Breaking water, el parque de atracciones en Unfair ground o la estación de trenes en Reaching for the rail, lo convierten en un score perfecto para historias amargas y desesperadas, historias de superación personal. Porque, y creo que es parte de la magia de Broken China, es muy difícil imaginar qué nos quiere contar Wright con cada tema, pero es muy fácil dejar a tu imaginación abrir puertas y ventanas y crear tú mismo una situación, un argumento en el que encajen a la perfección.

No me voy a extender mucho más, porque creo que lo mejor que podéis hacer es dejar que la atmósfera tranquila y profundamente emotiva del álbum os arrope y os haga soñar. Ya siento no poder ser de mucha más ayuda, pero tampoco era cuestión de rendirse a las primeras de cambio.

Os dejo con Night of a thousand furry toys, Black cloud, Blue room in Venice y Runaway, una brevísima selección de todo lo que Broken China puede ofrecer.

3 comentarios:

TSI-NA-PAH dijo...

Esta muy bien!Rick Wright aporto grandes cosas a los Pink Floyd como The Great Gig In The Sky.Pero en solitario sus discos son mas bien flojitos, aunque los tengo los dos!Justamente ayer me hacia con un ejemplar de Wet dream en vinilo para revender este sabado!Me encanta que justamente gente como tu que no conoce bien la obra de estos musicos te coma la cabeza para decubrir algo nuevo!
Otra vez muy bien por el estupendo post!
A+

PUPILO DILATADO dijo...

Llego tarde pero he estado fuera el fin de semana. Sorry Man!!

En mi caso, sí que controlo los grandes discos de Floyd pero nunca osé meterme con los disco en solitario de sus miembros. Podría decir que Master TSI me ha pillado en bragas a mí también pero...he disfrutado con un disco de David Gilmour!!!, lo digo en serio!!

...pero creo que con Rick Wright, bufff!!! momentos muy especiales para tenerlo como música de fondo...con Gilmour de momento he tenido suficiente. Sorry!

A pesar de todo, siempre se agradece la información y los datos.

Redacció dijo...

No me olvidé, ando remachando los descodsidos que me dejé. Estoy con mi parte del trato en este turno.
Desconocía por completo los discos de Wright, Night of the thousand toys tiene su gancho con ese ritmo, y la voz de Wright es ciertamente personal y profunda. No me desagrada. Excelente reseña. Saludos