30 de mayo de 2013

Por amor a la música: The Rolling Stones - Their satanic majesties request

Le tocaba el turno esta semana a nuestro nuevo compañero Josi, ánima máter de 67rockbiker iniciar ronda en el juego Por amor a la música, y con el Smokin' de Humble Pie nos deja como clave miembros de The Small Faces / The Faces. Tras el pánico inicial y los sudores fríos al darme cuenta con una pasada rápida que los únicos que me sonaban de ambas formaciones eran Rod Stewart y Ronnie Wood (perdóneme el respetable, pero estoy un poco fuera de combate en el rock setentero) y tras rebuscar un poco más, me topé con Their satanic majesties request.

Tras publicar Between the buttons y casi sin respirar, la banda se metió de lleno en la grabación de su siguiente álbum. Quizás utilizar la expresión "de lleno" queda un poco extraña dado que dicha grabación se dilató hasta la extenuación por culpa de frecuentes visitas al juzgado y en algunos casos a la cárcel. Fueron contadas las ocasiones en las que el grupo al completo pudo juntarse en el estudio y cuando lo hacía, Mick Jagger, Brian Jones y Keith Richards llegaban acompañados por una caterva de novias, groupies y amigos que ponían de los nervios al personal. La droga corría de un lado para otro y al final al Andrew Loog Oldham se le hincharon las pelotas y pegó el portazo, dejando a "los cantos rodados" con tres pares de narices y una vacante en la producción. Puestos como iban hasta las cejas, no se les ocurrió nada mejor que encargarse ellos mismos de esta labor, lo que, como años después reconocía Jagger, no fue ni mucho menos una buena decisión.

El caos reinante durante la grabación queda plasmado a la perfección en Their satanic majesties request y las continuadas ausencias de algunos de sus miembros propiciaron la inestimable colaboración de algunos invitado, que son pocos pero indudablemente ilustres. De eso se trata ¿no? Los iré desvelando poco a poco.

"¿10 libras por una pastilla? Me va a oír ese cabrón."
Ya desde el mismo comienzo de Sing this all together te imaginas como era el plantel. Casi desde el primer acorde secundado por los trombones desafinados, uno puede casi visualizar a Jagger, Richards, Bill Wyman, Charlie Watts y Jones borrachos, balanceándose entre el humo de los hidropónicos cantando a grito pelado y tocando lo que podían en sus correspondientes instrumentos. Muy bien, eso sí. Si a eso le unimos que John Lennon y Paul McCartney, en plena efervescencia del Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band (de hecho se nota cierto parecido entre ambas portadas), se pasaron por allí para añadir algún que otro coro, la escena se antoja similar a la fiesta del té que compartieron El Sombrerero y La Liebre con Alicia pero todo muy lisérgico. Más, quiero decir. Y si no, sólo hay que escuchar su continuación, Sing this all together (See what happens), una de esas insufribles jam session que la verdad no llega a ser ni jam session y que acaban convertidos en ocho minutos y medio de ruidos sin sentido e intentos de hacer que la cosa cuaje. Ocho minutos y medio que nunca recuperaré.

Por suerte para mí, Citadel es mucho más conservadora. Ritmo elástico en el bajo y un riff de guitarra potente con Brian Jones haciendo soniditos de fondo con el saxofón y el glockespiel (que es un metalófono pero como mucho más profesional). Correctamente sencilla tras tanta tontería.


El día que la banda tenía que grabar In another land, Brian Jones debía de estar tirado en el suelo de algún hotel luchando por respirar y por eso Wyman invitó a Steve Marriott y Ronnie Lane a participar en el tema, el primero a cargo de la acústica de doce cuerdas y el segundo haciendo coros. La ácida crítica de Wyman a la situación de la banda en ese momento se ve plasmada en esta canción, con esa voz entrecortada por la distorsión y el melotrón con sus ritmos circenses de alucinación sesentera. Psicodelia no sé si de la buena, pero psicodelia de la de verdad.


Vuelven a relajarse después con 2,000 man, que tiene un riff distorsionado y órgano que quita el hipo. Probablemente el corte más clásico de todo el trabajo y por ende uno de los más disfrutables si vuestro nivel en sangre de psicotrópicos es tirando a bajo.

She's a rainbow recupera la compostura para transformar esa psicodelia amarga en algo más alegre y divertido. Un tema optimista, de estos para ponértelos en los momentos duros y admirar a esa chica que brilla con los colores del arcoiris mientras dejas que el piano de Nicky Hopkins (colaborador habitual en la discografía de la banda y pieza clave en la época clásica de los Stones) y los exquisitos arreglos de cuerda de John Paul Jones (sí, ese John Paul Jones) dancen a tu alrededor. De lo mejorcito del álbum.


Recoge el testigo The lantern, estirando un poco el chicle del tema anterior pero esta vez un poco más tranquilo, con cierto sabor americano y con una soberbia guitarra de Richards. Una verdadera lástima que Keith no termine de arrancarse con esos trozos de guitarra para marcarse un sólo. No tendría el cuerpo para  jotas, claro.

Y si os habíais quedado con ganas de psicodelia no os preocupéis que Gomper se encarga de encender unas barritas de incienso y meteros el misticismo en vena hasta que os salga por las orejas. A mí tanta parafernalia me cansa, así que mejor me voy a por la siguiente...

Mi gozo en un pozo. Aunque he de reconocer que 2,000 light years from home (¿es cosa mía o lo de los títulos aquí flojea?) tiene su puntito. Rock sideral corrosivo y adictivo, con mucha distorsión y con el theremín y los sintetizadores creando una atmósfera de viaje intergaláctico de vértigo inigualable. Ríete tú del Halcón Milenario y sus 12 pársecs.


Se cierra esta locura con On with the show, que es probablemente lo que pensaron estas cinco cabezas locas cuando vieron que la cosas se les estaba yendo de las manos. Ambiente de fin de fiesta totalmente decadente, como esas fiestas que se alargan hasta altas horas de la madrugada y ya bailas lo que te pongan, sea Pitbull o Camarón, con excelente trabajo de percusión de Jagger y Watts, la alegre guitarra de Richards saltando junto al bajo de Wyman y un Hopkins totalmente desbocado hacia el final, como queriendo decir "venga señores que nos cierran el garito. La última y nos vamos".

Pues eso. Paguen sus consumiciones al salir.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Mierda, al fin un disco psicodelico por aquí. Vamos Vinny, que este es uno de los mejores de los Stones, suena como que lo estas menospreciando. Y si, es psicodelia de la buena.

PUPILO DILATADO dijo...

Bueno, en su momento no me llamó demasiado la atención, la verdad. Sin saber lo que sé ahora de los Stones me pareció un disco menor, sin canciones memorables para unos músicos que empezaban a darlo todo ya en estudio con "Aftermath" y "Bettween the Buttoms". Con el tiempo, lo he llegado a apreciar muchísimo con temas como "Citadel", "She's a Rainbow" y "2000 loght years..." no se podría decir es un disco malo sino que ,más bien, NO es un obra maestra.

saludos

Unknown dijo...

Aunque muchos digan que este disco es una respuesta mala al Sgt Peppers de los Beatles, a mi me sigue gustando mucho y es un disco que escucho a menudo! Es mas..le voy a pinchar ahora mismo!Gran post que me ha traido un monto de recuerdos a la mente!Y olores a incienso y cigarritos de la risa!!jajajjaja!Lo dicho, un trabajo fuera del espacio de los Stones y algo copiado a los Beatles, pero siguen siendo los Stones...Y eso amigo es mucho!
A+

Josi dijo...

Mira por donde lo unico que conocia de este trabajo es el "2000 man" pero versioneado por KISS. Muy buen post, me encanta el tono cachondo que le has dado, acorde al ambiente de grabacion que debieron tener. Detalles como la colaboracion de Marriot y Lane en este trabajo son los que, a mi al menos, me enriquecen musicalmente hablando, un saludo Vinny.

Redacció dijo...

Disculpa la tardanza, lo leí en su día, pero la urgencia del momento no me dejó comentar. Nunca tuve en cuenta este disco, sale malparada en muchas reseñas, me viene bien un punto de vista diferente, y darle una oportunidad, No sabía que Ronnie y Steve participaron en e´l, m,ás razones si cabe. Excelente documento.
Saludos

César Verlaine dijo...

Puto blogger, que llevas un mes escribiendo y no me actualizaba tus entradas

Respecto al disco, no es mal disco ni mucho menos, pero tiene varios factores en contra. Por un lado, el hecho de que, pese a no ser una respuesta directa a Sgt. Peppers, es obvio que le condiciona. Por otro lado, que es el menos brillante de la serie Aftermath-Exile, a cada cual más obra maestra.

Y por último, She's A Rainbow, que literalemente se come a las otras canciones, aunque The Lantern o Citadel me parecen muy buenas también