16 de septiembre de 2013

Por amor a la música: Héroes del Silencio - El espíritu del vino

Para no variar la tónica, no he podido incorporarme como es debido a la primera ronda de la nueva temporada de Por amor a la música. Pero no me rindo fácilmente, así que esta semana me junto con dos. Así soy yo, no me asustan los retos.

Como no podía ser de otra manera ha sido el creador de Por amor a la música, el incombustible Forrest Gump (The Tiki Bar) el encargado de dar el pistoletazo de salida a esta season 2. La ronda de apertura tratará sobre productores/músicos, es decir, de productores que hayan sido músicos y de los que debemos elegir uno de sus discos en solitario (si los tienen) o un disco producido por ellos. La elección de Forrest no ha sido otro que Phil Manzanera, componente de Roxy Music que ha tenido siempre una importante relación con la música de nuestro país: Gabinete Caligari, Mónica Naranjo (grande es esta mujer, coñe), Los Mosquitos... Y por supuesto Héroes del Silencio.

Y joder, yo cuando vi el nombre de los zaragozanos noté un gusanillo que me subía por la tripa. Cuando este blog aún estaba tripulado por dos personas, mi compañero Alex se marcó un post sobre El espíritu del vino que no pienso ni siquiera intentar igualar, pero fue uno de esos discos que me hubiera gustado reseñar. Pues hale, ahora es el momento.


El éxito más abrumador de Enrique Bunbury, Juan Valdivia, Pedro Andreu y Joaquín Cardiel no lo es por simple casualidad. Un paso adelante en el sonido de la banda, enterrando bajo toneladas de hard rock ese rock casi gótico que los lanzó a la palestra pero que en 1993 ya no tenía cabida. La producción de Manzanera, responsable también del anterior trabajo de los Héroes, Senderos de traición, responde a la perfección a todos los caprichos que requiere un disco tan complejo como es El espíritu del vino. Esta complejidad se pudo comprobar cuando durante la gira El camino del exceso, Juan Valdivia necesitó del apoyo de otro guitarrista, el mexicano Alan Boguslavsky, para que el directo no matara lo que tanto les había costado conseguir en estudio. El título de esta gira, que sirvió de presentación al disco, representa a la perfección el momento tanto personal como artístico de la banda, en puro estado etílico de gracia. La magia de El espíritu del vino radica precisamente en esa pasión desenfrenada volcada en cada canción y esas letras tan criticadas como admiradas en las que un servidor está casi seguro de que Bunbury llegaba un momento en el que no intentaba darle un sentido y simplemente escribía lo que fluía por su mente, inspirado por la música o por el desfase mental y corporal. Me quedo con la frase del propio Enrique sobre la ambigüedad a la hora de interpretar sus versos: "Está bien que haya varias interpretaciones. Hacemos música, no periodismo".

"Mi tesssssssoro"
Como si de una verdadera borrachera del elixir de dioses se tratara, El espíritu del vino sube y baja explorando los aspectos más sucios e íntimos de la humanidad, comenzando con esa oda al sexo sin compromiso que es la contundente Nuestros nombres. El ritmo oscuro y elástico de Tesoro se agiganta con esa sección de cuerda que acompañan la voz de Bunbury y nos permiten un pequeño descanso antes de la llegada de mi canción favorita de Héroes del Silencio. Los placeres de la pobreza es tan agresiva y vertiginosa que debéis estar muertos si vuestro corazón no salta intentando galopar la batería de Pedro Andreu. Mordaz crítica al sedentarismo y a esa "mayoría silenciosa" que está tan en boca de todos últimamente pero disfrazada de himno bohemio con una maestría pasmosa. Fundamental.


Como fundamental es la siguiente pareja de temas. La armónica de Bunbury y la guitarra acústica de Valdivia se abrazan para construir la base de La herida, un tema que me recuerda mucho, por su estructura y estilo, a Dylan. Quizás demasiado larga, cualquier minutaje es excusable cuando llega ese subidón final casi de sorpresa y la electricidad entra en tromba para cortarte la respiración.


Pocas cosas puedo decir de La sirena varada que no hayais experimentado alguna vez al escucharla. Yo personalmente me quedo con una tontería que suelo hacer con mis colegas cuando vamos al Mediterráneo, y es la costumbre de gritar "Sirena vuelve al mar" y zambullirnos para sentir la salada libertad que otorga ese mar que abraza, consuela y ayuda a dejar "nadar" la imaginación.


Coño, Metallica... No espera. La apariencia no es sincera es probablemente el tema más pesado del disco, tendiendo casi al metal más introvertido pero sin perder, por ejemplo, el estilo en la guitarra de Valdivia en el estribillo. Por su parte, Z, el primero de los dos temas instrumentales, se mueve entre el folk árido (no en vano se iba a llamar en un principio Cactus) y el rock con un punteo de Juan Valdivia que quita el hipo, aunque sirva como simple introducción a Culpable, un fogonazo de hard rock suavecito pero con mucho sabor clásico, muy cercano al AOR.

Ahora viene otro trallazo de los buenos. El camino del exceso es... pues eso. Exceso. Un riff mortal de Valdivia, un Joaquín Cardiel que, y lo digo ahora antes de que se me olvide, suele pasar desapercibido pero que resulta fundamental a la hora de aguantar las melodías de la guitarra, un Andreu muy correcto y un Bunbury que sabe imprimir tanto la rabia de las estrofas como la épica de los estribillos.


Otro de los temas clásicos. Flor de loto, sonidos de sitar (Bunbury ya estaba en plena fase asceta), un punteo ininterrumpido, unas notas de bajo omnipresentes y un ritmo que estalla en rock sesentero en el estribillo, convirtiendo la canción en algo difícil de digerir de primeras, pero imprescindible en posteriores escuchas.

De nuevo un tema instrumental El refugio interior, esta vez protagonizado por un Andreu y el sonido ambiente y que terminan abruptamente dando paso a dos auténticos pepinos como son Sangre hirviendo y Tumbas de sal. La primera potente y hard rockera a más no poder, agresiva a la par que inspiradora, un himno contra los golpes de la vida que incita a la insurreción espiritual; y la segunda por transformar una melodía de rock de los cincuenta en una lisérgica visión de la decadencia del mundo occidental. Apuntadlas en la lista de imperdibles.



Estamos casi llegando al final, y ahora Bunbury se nos pone un poquito melodramático. Pero es por lo que lo queremos. ¿No? Bendecida (y aquí meto también Bendecida 2, que no deja de ser una intro a dos voces) es probablemente el tema más similar a los trabajos previos de Héroes, al menos en a nivel musical, mientras que la letra, como supongo que sabréis todos, se la dedicó Enrique a la jamelga de Benedetta Mazzini, después de una ruptura que no fue amistosa precisamente.

Pero el grand finale de verdad es La alacena. Un piano, de nuevo una sección orquestal, una guitarra despiadadamente melancólica y un Bunbury desgarrado terminan este viaje a través de los rojizos y acuosos compartimentos donde nuestras mentes esconden lo peor y, a la vez, lo que nos convierte en seres humanos.


Resumiendo, por si alguien se ha perdido entre tanta palabrería (El espíritu del vino me ha poseído) dieciséis canciones (trece si nos ponemos exquisitos) de las que resulta casi imposible decir nada malo. Cumbre en la carrera de, venga lo voy a decir, el mejor grupo de rock en castellano de todos los tiempos y cita ineludible para todos los que sabéis paladear las virtudes del rock patrio y el interpretado en la lengua de Lope en general.

PD: A mis compañeros de Por amor a la música decirles que ya sé que no les he comentado las entradas, pero que las he leído. El problema es que sigo de viaje en el extranjero y por razones que no termino de comprender, me bloquea los vídeos que subís desde YouTube. Y como quiero comentar con, aunque sea mínimo, conocimiento de causa, esperaré a regresar a casa.

5 comentarios:

PUPILO DILATADO dijo...

Ningún problema compañero, bienvenido al juego. Yo también he pasado el finde fuera (aunque no tan lejos) y, a pesar de leer todas las entradas, no he podido visionar los videos/cortes musicales y al comentar me daba problemas y se me jodía todo lo escrito quedándome con cara de capullo....en fin.

Con respecto al post, "El Espíritu del Vino" fue, en principio, mi primera opción!!!, casi coincidimos! pero pensé que sería una buena oportunidad para meterme con el Bunbury en solitario y así ha sido. Enorme entrada hermano, se nota que has mamado Héroes. Llevaba años sin escuchar a 'los del Silencio' y recuerdo "El Espíritu..." como un trallazo acojonante con ciertos toques del Bunbury de su futuro en solitario. Me sonó mucho en su momento a aquellos The Cult de "Sonic Temple" en algunos temas y fue la perfecta continuación a "Senderos..." llevándoles a un nivel superior (el más alto que alcanzaron 'in my opinion').

TSI-NA-PAH dijo...

Don't Worry!!! Es un juego de placer, no un trabajo...A Tu ritmo! HDS nunca fui fan , pero reconozco su merito y mas en un panorama como el Iberico!Yo no he escuchado mucho, salvo el senderos de gloria que le gustaba a una novia italiana que tuve. Que se parece a The Cult es evidente..¿pero fue Bunbury que le pidio a Manzanera ese sonido..o fue a la inversa?
A+

Redacció dijo...

Con entradas como esta tarda lo que quieras, La Herida es una de mis canciones preferidas de los Heroes del Silencio. Pese a que me gusta más Bunbury en solitario, este es un disco al que quiero prestarle más atención. gran post, bienvenido.

Josi dijo...

Hello Vinni, como se nos notan las entradas cuando las hacemos sobre grupos que nos apasionan, madre mía. Nunca fui de los heroes del silencio, no me atraía, Bunbury, ni los Heroes, que le vamos a hacer, pero me encanta la diseccion tan apasionada que haces, buen post, un saludo,.

César Verlaine dijo...

Genial post (el que hizo Alex es inigualable) sobre un discazo como El Espiritu del Vino.

Quizás el problema del disco es que es "excesivo" tanto en letras como en sonido, y más viniendo de la perfección que fue Senderos de Traición, más comedido y en perfecta armonía de los 4. Aquí se nota que Pedro, Juan y Joaquin iban más por el hard rock de la época (GNR o Soundgarden) y Bunbury buscaba otro tipo de sonido), además del exceso en drogas, en el minutaje de las canciones.

Pero como tu dices, eso poco importa en La Herida, el tema que describe la ruptura existente entre Juan y Enrique. Y la Sirena Varada probablemente sea top 3 del grupo, es otra canción como Anabel Lee, capaz de convertir la poesía en música.

Para mí empata con Avalancha, y por supuesto es uno de los mejores discos jamas hechos en este país, y HdS la mejor banda de rock en español