20 de septiembre de 2013

Por amor a la música: Jack Nitzsche - St. Giles Cripplegate

Damas y caballeros. Ladies and gentlemen. Morlocks y elois. Me complace hacerles partícipes de esta entrada que supone la (chan chan chan chaaan) ¡número 150 de este blog! ¡Maestro, música de fiesta!


Perdón por el momento pachangueo. Pero es que esta canción me pone de buen humor. Y más hoy que es viernes. Además, no sólo celebramos alcanzar este número redondo de publicaciones en Vinny, vidi, vici, sino que también podemos brindar por la presencia de dos nuevos jugadores en (según palabras de Chals, nuestro anfitrión esta semana) el "juego de moda de la bloggosfera", o lo que es lo mismo: Por amor a la música. Las dos nuevas incorporaciones son Bernardo, del blog Mi tocadiscos dual y mi querido tocayo Carlos Tizón (a.k.a. Nortwinds) de Motel bourbon y Días de cine... y sangre. Este último ha pasado un poco desapercibido, pero juraría que también. Corregidme si me equivoco, no obstante.

Bueno, pues como decía, el turno esta semana era de Chals y desde su Chals on the rocks nos ha dejado el Cabretta de Mink/Willie DeVille, producido por Jack Nitzsche. Como sabréis esta ronda trata sobre productores/músicos y el veterano arreglista, arreglador, arreglante... el que hace los arreglos, vamos, arranger que dicen los angloparlantes, y compositor americano.


Me da mucha rabia cuando un artista, como en este caso Nitzsche, tiene una discografía tan imponente como extensa y no hay nada (o casi nada) que me atreva a reseñar. Es una cuestión de gustos y también de respeto, pues hay algunos trabajos a los que mi falta de conocimiento en la materia no harían la justicia que se merecen. Por eso he elegido la faceta de Nitzsche como compositor, aquella en la que me siento más cómodo.

Probablemente uno de los méritos más reconocibles en la carrera de Jack Nitzsche haya sido el de arreglar gran cantidad de trabajos de Neil Young (amén de haber producido a nombres como el antes mencionado DeVille y haber supuesto un pilar fundamental en el sonido de primeros trabajos de los Rolling Stones con su teclado). Fue después del mítico Harvest del canadiense cuando Nitzsche, envalentonado por las positivas críticas recibidas y el éxito del álbum, decide grabar un larga duración totalmente instrumental, dando rienda suelta a su faceta de compositor más clásico. Así que podríamos decir que St. Giles Cripplegate fue el primer paso para crear, bastantes años más tarde, las bandas sonoran que terminarían de encumbrarlo, como son Alguien voló sobre el nido del cuco, El filo de la navaja o Blue collar.

Dejadme solo un ratico, que ya veréis la que monto...
No voy a extenderme mucho en esta entrada pues creo que más que contaros como suena, mi deber en esta ocasión es invitaros a escuchar el disco. Podéis hacerlo en cualquier momento, ponerlo de fondo mientras trabajáis, estudiáis o simplemente os relajáis. No os preocupéis por no hacerle demasiado caso, Nitzsche sabía lo que se hacía y la propia música reclamará vuestra atención cuando sea necesario.

Poco más de media hora de duración tiene esta suerte de banda sonora universal. Compuesta de seis movimientos, Nitsche crea una obra que contiene detalles perfectos para cada momento y que servirían, escogidos con delicadeza, para ambientar cualquier película que decidiérais acompañar.

Porque #6 es una pieza tétrica, impregnada de ese desconcertante aroma a incienso y a piedra húmeda que tienen las iglesias en las noches de tormenta, una iglesia como, por ejemplo, la que da nombre al disco y dónde se grabó íntegramente el plástico. Vertiginosos violines que acuchillan el silencio y que huyen espantados con las atronadoras estampidas de los vientos. Por el contrario #4 (dedicada a un/una tal Mori) es un pasaje precioso, muy emotivo, como la historia de un soldado que regresa a su pequeña casa en medio de ninguna parte tras una larga ausencia, tras haber presenciado los horrores de la guerra, con la fina lluvia prometiéndole una familia y una paz que necesita como el mismo aire.

Por su parte #2 es quizás el tema más ambiguo de todos, pues evoluciona desde una delicada y dramática melodía hasta una pomposa fanfarria casi militar, evocando hileras de hombres en busca de un futuro mejor explorando páramos desconocidos. Y sin embargo #3 es pura desesperación, una agonía lenta y perturbadora, un dolor sordo, como el que tendría el protagonista de una película de Hitchcock al descubir que el asesino al que andaba buscando era en realidad esa mujer de la que estaba enamorado. Pero como toda huracán da paso a la calma, al final todo termina bien, con un final feliz de esos que ya tan pasados de moda están, pero que tan necesarios siguen siendo.

#1 fue la semilla de St. Giles Cripplegate y es que deriva de un descarte del Harvest de Neil Young. Una melodía inquietante en toda su extensión pero que juguetea durante algunos momentos. Un niño de mirada vacía que juega a solas en su oscura habitación, hablando con alguien que sus padres no pueden ver pero que el niño escucha en su cabeza... ¿Acojona, eh?

La despedida que se dibuja en #5 me hace pensar en lugares lejanos, como un amanecer sobre la superficie de Marte o el atardecer sobre un campo de batalla en la cima de una montaña. Lugares que han sufrido, hostiles a simple vista, pero que cuando al fin pueden respirar tranquilos, adquieren una belleza incomparable.

Como veis, estas son las imágenes que mi (puede que demasiado) activa imaginación han construido escuchando St. Giles Cripplegate. ¿Qué me decís? ¿Os animáis a compartir las vuestras?

6 comentarios:

bernardo de andres dijo...

Ante todo gracias por tu reseña de mi humilde blog mi tocadiscos dual , segundo enhorabuena por 150 entradas, que todos sabemos que hay que extrujarse el cerebelo para ello, y por último agradecerte la elección del disco. No lo conocía y me ha encantado. De forma sorprendente tratándose de Jack Nitzsche imaginaba que la cosa iría por Perfomance ya que estaban los Stones, los Crazy Horses por su primer disco pero los participantes a buen criterio han escogido trabajos menos conocidos del susodicho lo cual me ha alegrado bastante pues como en tu caso me han descubierto muchas cosas excelentes que desconocía y de eso se trata de sorprender.

TSI-NA-PAH dijo...

Enhorabuena amigo por esas 150 velas!!!No sabia que nuestro compañero Carlos Tizón tambien se apunta...hay que decirlo, para que el que no sea seguidor se apunte y etc... Me has descubierto igualmente cosas nuevas que de eso se trata el juego!Y es que con Nitzsche hay para escribir, hablar y escuchar...St. Giles Cripplegate es algo criptico, corto pero con intensidad oculta...Hay que Escucharlo con E mayuscula!Gran post compañero!
A+

PUPILO DILATADO dijo...

Hey compañero!! claro que hay que celebrarlo!!!. Enhorabuena por esta cifra tan redonda y ya importante en tu recorrido bloguero.

Con respecto a Nitzsche alabo tu gusto al decantarte por este artefacto en forma de seis movimientos. Yo no me encontraría muy seguro por eso me he decantado por algo más rock'n'roll. También me ha gustado mucho tus descripciones sobre lo que te evocan estos pasajes, ¿de eso trata la música no?, no te preocupes porque tu imaginación haya volado más de la cuenta.

Postazo amigo Vinny!!

Redacció dijo...

Enhorabuena!!!! Un disco que no conocía de Jack Nitzche, ahora le he pinchado al spotify a ver que tal, no entra mucho en mis estilos predilectos, pero que no se diga!
Si es verdad que invita a la intranquilidad, suspense, extrañeza. Sobretodo lo veo como un disco de música clásica en pleno s.XX.
Saludos

Josi dijo...

Vaya, vaya Vinnie me dejas alucinado con tu capacidad de sintesis de este disco, me parece algo bastante complicado y muy bien resuelto, la verdad. Enhorabuena por los 150 post, y el video que has puesto, que narices, es alegre y festivo como tu dices y ademas con "muy buena coreografía", un saludo.

TSI-NA-PAH dijo...

Lo de los turnos quedan: Tiki Bar, Chals, Pupilo, Vinny,Josi, Mi Tocadiscos Dual y Motel Bourbon.