7 de noviembre de 2013

Sangre fresca: Estirpe - Neurasia | Desde Córdoba hasta Marte

Como de la nada, sin que nadie (bueno, al menos yo) lo esperase, mis amados Estirpe sacaban el pasado 8 de octubre el que es ya (como pasa el tiempo) su sexto disco de estudio, Neurasia. Este disco es una auténtica deli...

Esperad. ¿Cómo que no sabéis quienes son Estirpe? Pero si yo hice una entrada de... Ah, no, que al final no la hice. Bueno, pues entonces os lo digo ahora. Lo primero es que nadie los confunda con Estirpe Imperial, los "rockeros" de extrema derecha, porque estos no tienen nada que ver. Dicho esto, Estirpe existe como concepto desde 1992, cuando dos amigos cordobeses, Manuel Ángel Martínez "Mart" (hijo de Manuel Martínez, de Medina Azahara) y Javier Estévez (voces y batería) decidieron registrar el nombre de la banda de rock que querían montar. No sería hasta 1997 cuando publicarían su primer álbum, Ídolos de papel, acompañados por José Miguel Panadero al bajo, Daniel Puig en las teclas y Loren Gómez a la guitarra. Su estilo, que bebía directamente de las influencias de Avispa, su discográfica, se movía entre el rock clásico y el hard rock, algo muy pero que muy distinto a lo que los ha hecho grandes a lo largo de estos años. Y es que tras Ídolos de papel comenzó un camino largo y tortuoso pero profundamente enriquecedor en el que los cordobeses han mezclado con más o menos acierto pero siempre con carácter el nu metal más intimista, el rock sinfónico, el funk tórrido y el punk más cañero. Víctimas del mismo sol, Ciencia, Inventarse el mundo, Buenos días, voluntad, un disco acústico (El sentido de la calma, imprescindible), uno de rarezas (Querida contradicción) y un directo (El tiempo, un placer por detener). Una paleta de sonidos asombrosa que os recomiendo encarecidamente escuchar y que tiene como colofón (hasta ahora, por supuesto) este Neurasia.


Tras la gira por su decimoquinto aniversario Daniel Puig decide abandonar la banda y tras la finalización de la misma, son Estévez y Panadero los que dicen adiós. ¿Qué iba a suceder? La niebla lo cubría todo cuando el pasado mayo se empezaban a filtrar vídeos de las sesiones de grabación. Y las noticias, aunque con cuentagotas, vinieron a confirmar lo que ya sospechábamos: Mart y Loren no iban a dejar nada al azar.

El fichaje de Pepe Bao (no creo que a estas alturas necesite presentación) para encargarse de las cuatro cuerdas no puede ser sino un acierto. Y si a eso le añades un batería relativamente desconocido, Alex Maister, pero capaz de rivalizar con lo mejorcito del rock progresivo en cuanto a baquetas se refiere, la cosa pinta cada vez mejor.

Alex Maister abandonó la formación poco antes de la salida del disco, pero a partir
de ahora voy a seguir con lupa sus movimientos. Vaya un fiera.
Tres canciones. Fue lo que necesité para darme cuenta de que Neurasia no es sólo un paso adelante sino la confirmación de que la carrera de Estirpe siempre va hacia arriba. Ahora son los ritmos latinos y el rock progresivo los que se hacen dueños del cotarro. Una banda en estado de gracia interpreta melodías que recuerdan a los Foo Fighters más melódicos, a los Muse más eclécticos y, aquí nadie puede negarlo, a los Mars Volta de los primeros años, aquellos que aún conservaban la rabia post-hardcore de At the Drive-In. En relación a esto último, decir que el parecido no es mera coincidencia, y es que Adrián Terrazas-González, miembro del proyecto de Bixler-Zavala y Rodríguez-López desde 2005 ahasta 2008 ha colaborado en los vientos. Y además, una producción milimétrica que convierte cada detalle en exquisito.

El arranque, como ya he dicho, es imparable. Aquí desde el minuto uno las cosas están patas arriba. R136a1 abre boca y tras enlazar con En tus ojos, la barbilla te llega a las costillas. Puro ritmo caribeño con cierto aroma árabe y el saxo de Terrazas-González desgarrando el segundo plano. Como ayer se presenta en una línea rockera mucho más contundente y directa, para dar paso al funk desbocado de Magnético, donde Loren se marca un sólo a lo Tom Morello que es... pues eso, de otra galaxia.

Por suerte, machacona y sideral a partes iguales, hará que tu cuello se rompa, ya sea con el ritmo o con el incesante tapping de Pepe Bao. La cosa se vuelve jodidamente progresiva y muy, muy loca en Contigo, con cierto regusto a jazz (de nuevo el saxo de Terrazas-González haciendo de las suyas) y a bossa nova en el que para mí es el mejor tema del disco.

La épica amarga de Buenos días, voluntad regresa con En silencio, un medio tiempo con unos arreglos deliciosos, con su guitarra de power-ballad y todo. Y después vuelve a cambiar de tercio todo de nuevo con Sin ti, con su ambiente stoner de viajes alucinógenos y con No somos 100, rock psicodélico de nueva factura, furiosa, rápida y revolucionaria.

Infinito es otra reminiscencia de tiempos pretéritos, con ese aura introvertida que tenía Inventarse el mundo. Una canción emocionante, de esas que se te meten en el pecho para henchirlo. Otra vez progresivo, ahora tremendamente agresivo (me recuerda mucho al metalcore progresivo de gente como Periphery o Protest the Hero) en El juego de los tristes.

Loren, Bao, Mart y Miguel Fuentes, el nuevo batería.
No creo que haga falta que Estirpe tenga que demostrar que dominan los medios tiempos como nadie y que Mart gana en las distancias cortas, cuando se pone intimista (ojo, que tampoco es que en cualquiera de sus otras múltiples facetas vocales sea malo, ni muchísimo menos). Pero nunca está de mar recordarlo, y Ser mejor está aquí para eso, con su atmósfera mecida por las olas.

Cinco segundos de silencio (Shhh!) y... ¡Coño, los Smiths! No, espera, otra vez funk. Y rock, y soul. Déjame es todo lo que el buen rock debe ser, una línea de bajo elástica, una guitarra impecable, una batería endiablada y un vocalista entregado. Así se cierra un disco, hombre ya.

Bueno, hay dos temas más, Extraño y Viviendo, como extras. No está mal ninguna de las dos, aunque no soy muy aficionado a las bonus y no suelo hacerles mucho caso. Sea como sea, mantienen el nivel.

Aún no me lo he comprado, porque estoy esperando a ver si les parece buena idea una edición en vinilo (esa portada de Josu Torrealday se merece una buena edición especial), pero de momento he consumido mis horas de Spotify así a lo tonto. Ahora os toca a vosotros.


La gira del disco, aunque con pocas fechas de momento, pasará por España y México y veremos si Miguel Fuentes es capaz de adecuarse a la camisa de once varas que Maister dejó en el estudio. Sea como sea yo no me pienso perder al mejor grupo de rock español de la actualidad. Y vosotros tampoco deberíais.

1 comentario:

PUPILO DILATADO dijo...

Vaya referencias e influencias las de Estirpe, pinta muy bien la mezcla tio!!. Por lo que comentas parece que estos cordobeses saben perfectamente el terreno que pisan y dominan el instrumento más allá de rasgar cuerdas 'punkys'. Me lo voy a apuntar, claro que sí, se merecen una oportunidad.

Buena crítica, apetece.