4 de abril de 2014

Por amor a la música: Manic Street Preachers - The Holy Bible

Ponemos punto y final a esta siniestra ronda de Por amor a la música. Y que mejor que hacerlo con un poquito de intriga. Esta semana se hospedaba en el Motel Bourbon el mismísimo Johnny Thunders acompañado de sus Heartbreakers, y Norty, dueño del cotarro, nos deleitaba con la frenética y sucia biografía y final del músico neoyorquino. Así que ahora es nuestro turno de hablar de otros artistas que murieran, como se dice habitualmente, en extrañas circunstancias.

Un par de nombres revolotearon casi al instante por mi cabeza. Pero no, me dije, prefiero no hacerlo. Porque de ambos se han escrito numerosos artículos pero del primero me he ido desenganchando poco a poco y del segundo, qué queréis que os diga, que por mucho que la gente diga, a mí me sigue sin gustar la mayoría de su música. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Así que hice un pequeño esfuerzo y traté de recordar... Y la cara de Richey Edwards se dibujó en alguna parte de mi lóbulo frontal (o el occipital, no sé, no soy neurólogo). El que fuera guitarra, letrista y alma artística de los Manic Street Preachers fue declarado "oficialmente muerto" allá por 2008, tras cumplirse los diez años que establece la ley británica para hacer lo dicho con un desaparecido. Vale, estoy en la frontera. Pero como veo que no he sido el único, pues ya me quedo más tranquilo.

A pesar de mi gusto por el rock noventero y más en concreto ese cajón de sastre que convenimos en llamar "rock alternativo", nunca había llegado a meterme de lleno en la obra de Manic Street Preachers. Creo que machaqué bastante un grandes éxitos suyo pero si os soy sincero, casi ninguno de aquellos temas llegó a calarme hondo.

Además, parece que cuando uno piensa en los galeses es obligatorio tararear la archiconocida If you tolerate this then your children will be next (y más teniendo en cuenta que el tema nos toca de muy cerca) por eso mi sorpresa fue brutal cuando me puse a escuchar este The Holy Bible y me encontré algo que, sin ser diametralmente opuesto, se aleja mucho de la imagen que yo tenía de la banda. Nada de britpop luminoso y emotivo.

Y la razón, creo, no es otra que Richey Edwards. A pesar del buen recibimiento que tuvo Gold against the soul, la banda sentía que musicalmente no era esa la dirección que querían tomar. Así que decidieron regresar a sus raíces y olvidarse del rock americano para centrarse única y exclusivamente en el que había salido de las fronteras de Reino Unido. En aras de mantener esa austeridad que consideraban vital para su salud musical, rechazaron marcharse a Barbados a grabar el disco y, en lugar de eso, se encerraron durante cuatro semanas en el Sound Space Studios de Cardiff para grabar The Holy Bible. Exhaustos y con alguna que otra relación rota pero contentos, parieron lo que en su momento fue un ligero fracaso en ventas, pero un auténtico éxito en cuanto a crítica y uno de sus trabajos más aclamados.

Por su parte Richey se encontraba más cerca del abismo que nunca. Sus depresiones eran cada vez peores, sus problemas con el alcohol más grandes y se autolesionaba con asiduidad. Se pasó la mayor parte del tiempo de grabación borracho, entre las cabezadas y los sollozos. Sus compañeros empezaron a acojonarse y cuando le fue diagnosticada anorexia, la grotesca espiral destructiva que era la vida de Richey Edwards comenzó a girar más rápido.

Sosprendentemente (o no, pues son muchos los casos en los que un cuerpo y una mente enfermas demuestran una creatividad, talento y sensibilidad por encima de la media) las letras de The Holy Bible, que eran en su gran mayoría de Edwards (el resto las escribió el bajista Nicky Wire), son simplemente geniales. Temas como el holocausto judío, la pena de muerte, la libertad de expresión o el imperialismo se mezclan con pasajes reflejo del estado mental de Edwards en los que se exploran la infancia o el suicidio.

La otra mitad de Manic Street Preachers (el vocalista, guitarrista y "líder" James Dean Breadfield y el batería Sean Moore) se las vio y se las deseó para, primero, comprender aquellas crípticas letras cargadas de agrio resentimiento contra el mundo y melancólica enagenación, y segundo, componer música para acompañarlas. A juzgar por el resultado el esfuerzo mereció la pena. Fruto de esta variedad lírica surge un trabajo que, a pesar de explorar casi todas las facetas del post-punk de arte y ensayo más oscuro y tener alguna que otra pincelada de pub y folk, no pierde en ningún momento su espíritu rockero y que suena compacto en todas sus facetas.

Os estaréis preguntando qué le sucedió a Edwards. Pues básicamente que... se fue. El 1 de febrero de 1995, antes de coger un avión que los llevaría a él y Bradfield a EE.UU. para promocionar el álbum, Richie se marchó del hotel en el que se encontraban. Durante las dos semanas anteriores había estado sacando dinero del banco sin que nadie lo supiera. Y ya está.

Lo más probable es que tras vagar durante un tiempo se suicidara. Pero durante estos años han sido varios los que han afirmado que, pese al pésimo estado de salud, sobretodo mental, de Edwards, nunca contempló el suicidio como algo real. Otros dicen haberlo visto en diferentes puntos del globo, como la India o Fuerteventura.

Sea como sea, Richey no nos dejó con las manos vacías. Nos regaló un retrato retorcido, decadente y violento de la sociedad moderna y de las cosas que ocurrían en su propio cerebro. Nos regaló su libro sagrado. Nos regaló el mundo a través de los ojos de un loco. Nos regaló la pura y sangrante verdad.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Sí, si y sí. Me encanta la actualización, Carlos. Manic Street Preachers fue una de las mejores bandas de los 90, sin duda; aunque no controlo mucho este disco, me encantan los temas Yes y Mausoleum, joder, qué maravillas.

Por cierto, ¿nadie ha hablado de Jeff Buckley en esta ronda? Raro me parece...

bernardo de andres dijo...

Holy es el mejor de los discos con Edwarda. Los anteriores eran demasiado punkoides para mi gusto Nada que no se hubiera escuchado antes. Holy ya empezaban con ese toque tan melodrámatico que más adelante adoptarian como sello de identidad. De los Manic me quedo con su parte post edwards en todo caso

Carlos Tizón dijo...

Estamos demasiado conectados, la semana pasada coincidimos Pupi, tu y yo con Scaccia y esta coincide con Tsi. Huir a las puertas de la gloria, desaparecer sin dejar rastro, ni la mejor novela negra.

Unknown dijo...

Hemos coincidido...Es que para caso raro, este era muy bueno. Manic Street me gustan y me parecen una gran banda...en cuanto a Edward seguro que esta donde queria!
A+

PUPILO DILATADO dijo...

Habéis coincidido TSI y Tú! y desde luego que no me extraña por lo extraño de este ser tan 'extraño', je,je,je. Ya se lo he comentado en el post que ha hecho TSI, yo nunca creí que muriese, debe estar apartado en algún lugar del mundo, viviendo su incógnito o simplemente en un centro psiquiátrico... No me creo lo del suicidio pues se hubiesen sabido datos exactos y nunca los hubo.

En cuanto a "Holy Bible", wow, un disco magnífico, redondo, que escuché mucho en su momento junto con "Gold Against Soul" con una banda que todavía no se lo había comido todo pero que estaba en camino. Siempre me gustaron sus bellas melodías y el magnetismo de la voz de Bradfield.

Estupendísimo post Vinny, has hecho una reconstrucción de los hechos perfecta, os complementáis muy bien TSI y tú.

Josi dijo...

Lo primero, perdón por el retraso, no he podido comentar antes. No conocía la figura de Edwards antes de leer tu post y el de Tsi pero ahora entre los dos, gracias a los dos magníficos post complementarios ya conozco su desgraciada figura, tremenda historia. De los Manic street preachers poco puedo decir, nunca fueron de mi estilo, pero la historia apasionante, la verdad. Un saludo.