3 de octubre de 2014

Por amor a la música: Rx Bandits - Mandala

No os podéis imaginar las ganas que tenía de poder disponer de una excusa válida para hablaros de RX Bandits. Desde que los descubrí hace ya unos cuantos años han sido fijos en mis oídos pero, oye, por una cosa o por otra nunca me daba por escribir sobre ellos aquí. Hoy el destino juega a su favor.

Vamos por partes, que os veo un poco perdidos. Seguimos con la ronda de Por amor a la música dedicada a la fauna. Esta semana era Bernardo de Andrés el intrépido explorador encargado de mostrarnos las maravillas que la madre naturaleza, en su sabio e inexorable camino a través de la evolución, ha creado con el paso de los años. El paisaje pintado por Bernardo es el de la densa, húmeda y sofocante jungla y el animalito en cuestión, esos pájaros tropicales de vivos colores y formas desafiantes. Y para ello no podía haber elegido mejor banda sonora que la del brasileiro Manfredo Fest y su Manifestations.

Como decía, RX Bandits llevan mucho tiempo acompañándome. Si recordáis el otro día os hablaba de un disco llamado Rock against Bush, un recopilatorio obra de Fat Mike (NOFX) en el que multitud de bandas de todo el mundo proporcionaban algún tema para proferirle un sonoro fuck you al bueno de Jorgito Arbusto (inspirándose en una campaña similar sufrida por el señor Reagan en los 80). La animadversión hacia el tejano era tal que se tuvo que dividir en dos partes. El caso es que entre tanto punk rock incendiario y tanta letra reivindicativa me encontré con esto y caí perdidamente enamorado:



Ese fue el comienzo de mi idilio con los bandidos Matt Embree, Steve Choi, Joseph Troy y Chris Tsagakis. Surgidos durante la tercera ola del ska americano, su sonido pronto despuntó por encima de sus coetáneos por una técnica soberbia, una precisión milimétrica y una querencia por los largos desarrollos más propios del rock progresivo que del punk rock.

Como habréis podido comprobar con el tema anterior, Rx Bandits practican una mezcla tan inusual como adictiva: rock progresivo de aires combativos mezclado con una dosis más que sustancial de funk, reggae y dub con ecos de post-hardcore. Como The Mars Volta pero sin psicotrópicos de por medio (no tantos, al menos) y una voz de persona normal. Únicos e irrepetibles, su propuesta gustará a los paladares más exigentes por sus complejas composiciones y, a la vez, suponen una estimulante propuesta para oídos inexpertos que deseen adentrarse en el farragoso y cambiante mundo del progresivo.

Mandala es su penúltimo disco (este agosto salía a la venta Gemini, her majesty, su última referencia) y, como no podía ser de otra manera, se mantiene fiel al invento que iniciaron en 2003 con The resignation. Once temas para perderse entre sus continuos cambios de ritmo, saborear sus riffs, sentir su furia y su calma. Once temas de MÚSICA, así en mayúsculas, a cargo de estos californianos que demuestran que la imaginación no ha muerto.

Nada mejor que unos matojos para tunear el buga.
Los acordes etéreos dan comienzo a My lonesome only friend para transformarse gradualmente en un estribillo potente y pegadizo y culmina la jugada con un sólo de guitarra aullante, algo a lo que no acostumbran. Tremendo arranque que enlaza a la perfección con el ritmo fusión de It's only another parsec… (brutal el sintetizador de Steve Choi, el verdadero actor clave de la función). Tema contundente y sencillo elegido para presentar Mandala, no os perdais ese cierre experimental.

Hope is a butterfly, no net its captor, she beats her wings and softly sings of summer scent and children's laughter (Virus of silence). Sí, esto es un título. Cáustica y machacona en las estrofas el espíritu punk se apodera de la canción en los estribillos. La melodía de Hearts that hanker for mistake es un maravilloso ejercicio compositivo y Chris Tsagakis presume de técnica con el doble bombo pedaleando a ráfagas. Y algo tiene el castellano que los vuelve locos pues Mientras la veo soñar es un intento más que pasable de experimentar con nuestro idioma. Bastante genérico en su estructura y poco impactante, quizás lo más destacable sea un Steve Choi desatado en el desarrollo final.

Llegamos a mí momento favorito. March of the caterpillar es una delicia reposada que acelera con cada punteo de guitarra para volver a la calma. Un esquema cíclico realmente sobrecogedor. Y además la siguiente es White lies. Voz delicada, percusión, guitarra acústica y violines para crear una atmósfera de lamento inmigrante que me pone la piel de gallina.

Seguimos con el mestizaje en Bury it down low, sobrepasando la tangente y metiéndose de lleno en el jazz fusión más liviano y disfrutable. Breakfast cat por su parte arranca con una rabia inusitada que se repetirá después equitativamente en densos riffs y una impactante línea de bajo a cargo de Joe Troy.

Bled to be free (The operation) y Bring our children home or everything is nothing finiquitan la escucha. El primero es un frenético despliegue de todos y cada uno de los miembros en el que me voy a quedar con la guitarra de Matt Embree, porque ese momento tres cuartos deja sin aliento. El segundo y último podría considerarse un resumen de todo lo escuchado: rock alternativo con cierto aroma grunge, flirteos con el jazz fusión y un final arrollador.

Disfruten la propuesta señores.

4 comentarios:

bernardo de andres dijo...

Desconocidos para un servidor pero me ha enganchadp el ska con el cual inicias el post. Uno que le gusta mycho el ska desde que los specials entarron en su vida. Prometo cguparme este disco y grupo. en un principio pense que ibas por los BMX Bandits pero me sonaba raro Gran descubrimiento

Unknown dijo...

Brasil es cuna de muchisimos grupos muy buenos y diferentes estilo.Estos ni idea, pero como bernardo les echare un oido!
A+

Unknown dijo...

Me recuerdan mucho a Sparta.

PUPILO DILATADO dijo...

Me suenan frescos tio!!, no es mi música favorita pero tienen gancho y eso es algo que les honra y si, como dices, tienen esos desarrollos tan 'prog' y esa instrumentación tan rica hay que darles una oportunidad como voy a hacer en breve. Me lo apunto, gran opción y una portada muy conseguida, me encanta la composición!