
Fueron muchas las posibilidades que se me presentaron a pesar de que, y en esta ronda me ha resultado demasiado patente, el mundillo del jazz sea un poco endogámico y las colaboraciones fuera de sus fronteras se limiten en su mayoría al rock progresivo, el soul/funk setentero y ochentero y a las nuevas generaciones, mucho más desperdigadas. Y como tampoco es cuestión de convertir el juego en un monográfico sobre los dos primeros, decidí elegir alguno de nueva hornada.
Fue así como descubrí entre una lista de "mejores baterías de jazz" que localicé en alguna página ahora perdida de nuevo a Stanton Moore, batería procedente de Louisiana y conocido principalmente por haber sido uno de los fundadores de la banda de jazz funk Galactic. Si a los amantes del género os apetece escucharlos en todo su apogeo, os dejo un directo de este mismo mayo:
Pero el señor Moore es, como se dice habitualmente, un culo de mal asiento y por eso su carrera le ha llevado a liderar varios proyectos como Garage a Trois, Midnite Disturbers, MG5, Dragon Smoke, Street Sweeper Social Club (con Tom Morello), varios discos en solitario y un buen puñado de colaboraciones esporádicas con gente como el teclista Robert Walter o... Corrosion on Conformity.
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No hay amperios suficientes para medir la intensidad de esa mirada. |
Corrosion of Conformity, para los que no os suenen de nada, son una banda de heavy metal (por decir algo) oriundos de Raleigh, en Carolina del Norte. Viviendo casi desde el momento de su concepción a rebufo de bandas más grandes (lo merecieran o no) teniendo un breve periodo de éxito con Blind y Deliverance a principios de los noventa (éxito que no recuperarían hasta la llegada de este In the arms of god).
La cosa es que, como muchos de sus compañeros de escena, Corrosion of Conformity comenzaron conBlind, los disfrutó con Deliverance, que se convirtió en su disco más vendido (este ya en la nueva corriente stoner, aunque la gente aún no estaba cansada) y se cansó tras el fracaso estrepitoso de Wiseblood (comercialmente hablando, claro está) y Sanctuary los acogió en su seno. Esta nueva etapa discográfica arrancó con otro disgusto, y es que America's volume dealer tuvo unos números incluso peores. Es entonces cuando la formación sufre su primer gran cambio desde la vuelta de Mike Dean (voz y bajo original) allá por 1993: el batería Reed Mullin dice que se larga. Dean y Woody Wutherman (guitarrista y a todas luces líder natural de la banda) prueban con varios baterías para reemplazar a Mullin y finalmente es nuestro protagonista, Stanton Moore, el elegido para coger las baquetas en el siguiente álbum Pues eso, que In the arms of god tenía todos los ingredientes para ser un desastre y terminó convirtiéndose en un regreso por todo lo alto de la banda, llevándose un buen pellizco de ventas y unas críticas magníficas.
el hardcore punk, evolucionaron al thrash y la cagaron soberanamente cuando decidieron que el metal sureño era una opción. Columbia, que los había fichado tras el subidón de
el hardcore punk, evolucionaron al thrash y la cagaron soberanamente cuando decidieron que el metal sureño era una opción. Columbia, que los había fichado tras el subidón de
No creo realmente que Wiseblood y America's volume dealer sean malos ni que In the arms of god sea un cambio cualitativo realmente interesante (no los he escuchado, que conste). Lo que creo es que cada música tiene su momento de gloria (incluso de crítica) y que todo vuelve.
Como tampoco tengo el paladar muy acostumbrado a este estilo y a pesar de todo lo he podido escuchar del tirón, no me voy a entretener mucho con el análisis de cada tema. Aquí el stoner, el groove y el sludge se mezclan y se separan con pasmosa facilidad, consiguiendo una colección de canciones para todos los gustos y aún así consiguiendo un resultado muy homogéneo. Ambientes en general homogéneos, con líneas de bajo pegajosas, guitarras contundentes y con muchísimo músculo (Stonebreaker, Infinte war, Never turn to more y Paranoid opioid como paradigma de la pegada) que tienen un breve descanso con algunos temas que, lejos de romper la dinámica, enriquecen el conjunto: las melodías orientales de Rise river rise o la pieza acústica Crown of thorns. Un álbum para los amantes de la arena del desierto y los riffs partecráneos.
Como tampoco tengo el paladar muy acostumbrado a este estilo y a pesar de todo lo he podido escuchar del tirón, no me voy a entretener mucho con el análisis de cada tema. Aquí el stoner, el groove y el sludge se mezclan y se separan con pasmosa facilidad, consiguiendo una colección de canciones para todos los gustos y aún así consiguiendo un resultado muy homogéneo. Ambientes en general homogéneos, con líneas de bajo pegajosas, guitarras contundentes y con muchísimo músculo (Stonebreaker, Infinte war, Never turn to more y Paranoid opioid como paradigma de la pegada) que tienen un breve descanso con algunos temas que, lejos de romper la dinámica, enriquecen el conjunto: las melodías orientales de Rise river rise o la pieza acústica Crown of thorns. Un álbum para los amantes de la arena del desierto y los riffs partecráneos.
Nos vemos en unos días, a ver qué se me ocurre...
Comentarios
Los ví en Sonisphere '11 y fueron uno de los triunfadores sin parafernalia escénica ni de luces, sólo ellos.
Buena investigación e inmejorable opción, hay que reivindicar a C.O.C.
A+