Ah, el nu metal. ¿Puede haber un estilo tan amado como repudiado? Seguro que sí, sería muy victimista afirmar que el nu metal es el objeto de las críticas de todos los rockeros. Pero ¿de verdad se lo merecen?
Subjetivamente hablando, pues aquí un servidor se considera seguidor de multitud de bandas de este estilo, creo que no. A ver, entendedme, está claro que, al igual que en el resto de subgéneros del metal, existen grupos que no superan la categoría de bazofia. Y que muchas de estas bandas son las que más éxito tienen. Pero esto ha pasado hoy y siempre. Y ¿desde cuando nos ha importado a los rockeros quién es el que más vende?
Esto viene un poco a raíz de lo que comentaba Alex hace unos días. No voy a contradecirlo, a ver si os pensaís que tenemos un blog bipolar, simplemente quiero exponer mi punto de vista. Porque, qué queréis que os diga, a mi me suda el nabo que el mayor exponente de rock a día de hoy sean, por poner un ejemplo, Kings of Leon. No me gustan, o mejor dicho, me gustan un par de canciones. Pero que eso sea el no va más del rock a día 20 de junio de 2011 no me va a impedir ponerme el Aftermath de los Rolling Stones, por poner otro ejemplo.
Otra cosa que tampoco me gusta es eso cada vez más oído de que "el rock está muerto". Y si no está muerto es porque salen algunas bandas que obtienen esa bendición de herederos del auténtico sonido rockero. Básicamente porque si todo el mundo pensase así, no habríamos salido de Chuck Berry. No me malinterpretéis, no quiero decir que seáis unos carcas ni nada por el estilo. Es simplemente que el dogma de fe "si es nuevo es mierda", o mejor dicho "si no suena a lo de siempre es mierda" a mí no me sirve. Y mucho menos extrapolar la escena del rock actual a partir de bandas como Green Day o Black Veil Brides, cuya falta de talento es alarmante. Si no os gusta me parece de puta madre, de verdad, cada cual tiene su rollo y igual que a mí no me va Bruce Springsteen, a vosotros no tiene porque gustaros Avenged Sevenfold. ¿Me estás comparando al boss con esa panda de mequetrefes? Pues sí, porque seguramente el señor Springsteen, cuando empezó, tuvo que soportar como más de uno le señalaba con el dedo mientras murmuraba eso de el rock está muerto.
Lo que quiero decir, que me estoy empezando a enrrollar, es que al igual que todos sabemos apreciar un buen tema de jazz, de soul e incluso uno de pop (sí, no miréis hacia otro lado, cabrones) ese odio hacia nuestros hermanos no nos lleva a ningún sitio. Todos hemos mamado del mismo pezón, unos con más acierto que otros, y ahora, años después, la única diferencia es la marca de leche que bebemos. Ostias que símil de mierda me ha salido. Pero me entendéis ¿no?
Sé que los lectores de este blog no sois así, pero necesitaba compartirlo con el mundo. Es que no podéis imaginar lo que me revienta que le enseñes un tema o una banda a alguien para ver si les mola y te diga algo como "buah, es que dónde estén los Guns n' Roses que se quiten estas mierdas". Coño, no te he preguntado eso, ostias, te he preguntado si te mola. ¿No? Pues ya está, otra vez será. Pero no me mezcles churras con merinas, porque igual te acabo de poner lo último de Pendulum, que ya me dirás tu a mí lo que tendrá que ver con nuestros queridos gunners.
Todo esta diserción viene porque hoy quería hablaros del White pony de los Deftones. Disco denso y complicado dónde los haya pero una auténtico diamante en bruto del nu metal. Que por mucho que os sorprenda, tiene buenos discos.
Estamos en el año 2000, nuevo milenio, la era de la información... ya sabéis, todas esas mierdas. El grunge había muerto hacía ya unos años y ahora los chicos del chándal Adidas eran los que manejaban el cotarro. Y ahí estaban Stephen Carpenter, Chi Cheng, Abe Cunningham, Frank Delgado y Chino Moreno, con su metal pesado y asfixiante, con sus ritmos de trip-hop, con sus metáforas con olor a hospital, a metanfetaminas y psicotrópicos, y muchas veces incomprensibles. White pony es el nombre que recibe vulgarmente una de las formas más potentes de la cocaína, así que podéis imaginar como va la cosa.
El riff sucio, distorsionado y siniestro de Feticeria arranca un disco que entre tema y tema no varía mucho pero en el que cada tema aporta algo al resto. Se podría interpretar como un todo que se va desarrollando con paciencia, con tranquilidad, como le gusta a los Deftones. El título de la canción no tiene absolutamente nada que ver con la letra, una borrachera especialmente difícil, pues se trata de un nombre portugués que a Chino le gustó. De hecho, si googleáis Feticeira, os llevaréis una buena sorpresa.
Digital bath te seda, con su ritmo pausado y relajante, que va aumentando revoluciones poco a poco hasta un final emotivo y sincero, con un Chino moreno simplemente genial que nos cuenta como un hombre, tras electrocutar a una señorita en su bañera a base de sumergir en el agua objetos electrónicos, la seca y la vuelve a vestir. Muy macabro todo, pero bello a su vez.
Gritos desgarrados y groove pesado con Elite, con esos efectos de sintetizador vocal en el estribillo, para dejar claro que el único límite a tus metas eres tú mismo, y que si quieres pertenecer a la élite, ya estás en ella. RX queen es un tema de Korn que… ah no, espera, siguen siendo Deftones. Pues eso, que suena a los de Jonathan Davis, y la letra no ayuda mucho a la diferenciación pues nos habla de un hombre enamorado de una chica con una enfermedad terminal. Demasiado trágico, así que seguimos, esta vez con la machacona Street carp, tema sobre reencuentros indeseados con personas que a pesar del tiempo y nuestros esfuerzos siempre vuelven a aparecer, y la soberbia Teenager, que hace uso de la percusión electrónica de Delgado y de una guitarra delicada pero distorsionada a muerte por Carpenter para tejer una preciosa canción de amor adolescente.
Knife party se desmarca con Cunningham a baquetazo limpio y le inyecta, como los yonquis que se pinchan en sus versos, un poco de energía al álbum, que Korea se encarga de conservar, una vez más a base de rugidos y un riff denso como el plomo, cabalgando sobre este pony blanco.
En Passenger aparece el siempre controvertido James Maynard Keenan para poner su genial voz (a mi este tío me pone burrísimo cuando canta, lo digo en serio) a otro tema agobiante y oscuro, tocado de un aire místico, y que nos incita a dar rienda suelta a nuestro desenfreno en el asiento trasero de un coche a altas velocidades.
Change (In the house of flies) es una nueva descarga de potencia, de locura en tu hipotálamo, noqueando por completo tus sentidos y obligándote simplemente, a mecerte al compás de las pesadas notas de bajo de Cheng, que por cierto, parece ir mejorando cada vez más tras aquel accidente que le dejó en coma en 2008. Una historia de venganza, eso que todos alguna vez hemos deseado, de ver como la persona que odiamos se convierte en un ser insignificante, como una mosca, al que podremos torturar sin miedo, porque nos sabemos superiores a él.
Como un triste lamento, como una elegía, Pink maggit se arrastra, herida, suplicante, para dar carpetazo al disco en una implosión de puro sonido Deftones. Pero no os vayáis, que aún quedan dos sorpresas. Si tras este final tan podidamente depresivo todavía no estáis sentados en un rincón agarrándoos las rodillas mientras murmuráis cosas ininteligibles y dejáis la mirada perdida, aún estáis a tiempo de levantaros un poquito la moral con las dos canciones extras que aparecerían en las reediciones del disco.
Digital bath te seda, con su ritmo pausado y relajante, que va aumentando revoluciones poco a poco hasta un final emotivo y sincero, con un Chino moreno simplemente genial que nos cuenta como un hombre, tras electrocutar a una señorita en su bañera a base de sumergir en el agua objetos electrónicos, la seca y la vuelve a vestir. Muy macabro todo, pero bello a su vez.
Gritos desgarrados y groove pesado con Elite, con esos efectos de sintetizador vocal en el estribillo, para dejar claro que el único límite a tus metas eres tú mismo, y que si quieres pertenecer a la élite, ya estás en ella. RX queen es un tema de Korn que… ah no, espera, siguen siendo Deftones. Pues eso, que suena a los de Jonathan Davis, y la letra no ayuda mucho a la diferenciación pues nos habla de un hombre enamorado de una chica con una enfermedad terminal. Demasiado trágico, así que seguimos, esta vez con la machacona Street carp, tema sobre reencuentros indeseados con personas que a pesar del tiempo y nuestros esfuerzos siempre vuelven a aparecer, y la soberbia Teenager, que hace uso de la percusión electrónica de Delgado y de una guitarra delicada pero distorsionada a muerte por Carpenter para tejer una preciosa canción de amor adolescente.
Knife party se desmarca con Cunningham a baquetazo limpio y le inyecta, como los yonquis que se pinchan en sus versos, un poco de energía al álbum, que Korea se encarga de conservar, una vez más a base de rugidos y un riff denso como el plomo, cabalgando sobre este pony blanco.
En Passenger aparece el siempre controvertido James Maynard Keenan para poner su genial voz (a mi este tío me pone burrísimo cuando canta, lo digo en serio) a otro tema agobiante y oscuro, tocado de un aire místico, y que nos incita a dar rienda suelta a nuestro desenfreno en el asiento trasero de un coche a altas velocidades.
Change (In the house of flies) es una nueva descarga de potencia, de locura en tu hipotálamo, noqueando por completo tus sentidos y obligándote simplemente, a mecerte al compás de las pesadas notas de bajo de Cheng, que por cierto, parece ir mejorando cada vez más tras aquel accidente que le dejó en coma en 2008. Una historia de venganza, eso que todos alguna vez hemos deseado, de ver como la persona que odiamos se convierte en un ser insignificante, como una mosca, al que podremos torturar sin miedo, porque nos sabemos superiores a él.
Como un triste lamento, como una elegía, Pink maggit se arrastra, herida, suplicante, para dar carpetazo al disco en una implosión de puro sonido Deftones. Pero no os vayáis, que aún quedan dos sorpresas. Si tras este final tan podidamente depresivo todavía no estáis sentados en un rincón agarrándoos las rodillas mientras murmuráis cosas ininteligibles y dejáis la mirada perdida, aún estáis a tiempo de levantaros un poquito la moral con las dos canciones extras que aparecerían en las reediciones del disco.
La primera, The boy's republic perpetúa un poco ese misticismo pero el riff es algo más animado que de costumbre, y podría llegar a decirse que es una canción casi optimista.
La segunda la he dejado para el final, aunque en la reedición se colocase la primera. ¿Por qué? Pues porque estamos hablando de mi canción favorita del grupo, y se merece un lugar especial. Back to school (Mini maggit) no es más que una versión más cañera y menos lacrimógena del tema que cerraba el disco. Por lo que tengo entendido, ante lo monolítico del disco, la productora le pidió al grupo que hiciese un tema con un poco más de gancho para atraer algo más de público. ¿El resultado? Doblamos el tiempo, mantenemos el riff, añadimos unos fraseos del amigo Moreno y hacemos un videoclip de esos de “eh, nosotros en el instituto también éramos unos pringaos y mira dónde estamos” y ¡ya está! ¡temazo al canto! Será que como realmente no soy tan exquisito con la música como pensaba, este tema me parece una auténtica genialidad. Básicamente porque creo que mezcla a la perfección los dos rasgos principales del estilo de Deftones: esa emotividad casi delirante y la fuerza explosiva de sus ritmos.
Pues nada gentuza, hasta aquí hemos llegado. Aviso ya que durante unos días estaré un poco más ausente y Alex se encargará de gran parte de las entradas (lo sé, lo estáis deseando). No obstante, igual me saco algo de la manga.
Cuidaos mucho. Un abrazo, y que os den. Pero que os den bien.
Comentarios
Respecto al Nu Metal: conoces mi postura, para mí el Nu son los tres primeros de Korn, los tres primeros de Limp Bizkit, y los tres primeros de Deftones.
A partir de ahí, para mí sólo hay basura. Ah, buen disco el White Pony, pero me quedo sin lugar a dudas con el Adrenaline y el Around The Fur. Buena defensa de argumentos shurmano, que te den por el culo y que no te guste. Te quiero.
Sobre Deftones, recuerdo su explosion, al principio nadie los alineo junto al nu metal, mas bien como la nueva sensacion metalica, pero la moda se impone y los colocaron en el bando de los "perdedores" jajjajaj, es broma hombre
A mi personalmente no me gustan demasiado, en cuanto a riff ortodoxos ya prefiero a otros
salud
"hacemos un videoclip de esos de “eh, nosotros en el instituto también éramos unos pringaos y mira dónde estamos” y ¡ya está! ¡temazo al canto!"
Grande xD
En cuanto a lo que dices al principio, pues, hombre, muerto no, pero en agonía... desde luego si lo entiendes como género de masas sí que está esencialmente muerto -Aunque por otra parte, todo está muerto, joder, si por no haber no hay ya ni raperos famosos- y si lo entiendes en cuanto a calidad, pues... el argumento Springsteen-Avenged Sevenfold no me convence. En cualquier caso tu postura es mil veces más sana que la del rockero "auténtico" cuarentón random cansino que está siempre con Allman Brothers y desprecia todo lo que no tenga menos de cuarenta años o no suene como algo que tenga al menos cuarenta años. Vamos, que ni contigo ni sin ti xD
Con su permiso le incluyo en mi lista de blogs.
Un saludo
Cuidado, no digo que Deftones sea peor que Korn, solo he dicho que nunca le di una oportunidad.
Te alabo el gusto (y el atrevimiento) de decir esto: ''e incluso uno de pop (sí, no miréis hacia otro lado, cabrones)'' ¡Pues claro! Como dice por ahí un bloguero, es más difícil hacer una buena canción de pop que una de rock. Para mi el pop es un género de singles, de canciones sueltas, y las hay muy buenas. Así que en eso estoy contra Alex Noiser (Alex, no es nada personal XD), que directamente desacredita al pop, como si no pudiera ser innovador, ni auténtico, ni tener carisma. Y yo lo veo igual de carismático (o igual de poco carismático) que el metal de hoy, como también dice Alex. Aunque siempre habrá honrosas excepciones. Y estoy de acuerdo en valorar la personalidad, pero en mi caso de persona no entendida, a veces simplemente me gusta cómo suena un disco, o una simple canción, sin saber nada o casi nada de su grupo y estilo. ¿Qué sé yo de Tool y de la historia del metal progresivo? ¿es un grupo original, es bueno, de dónde viene...? No sé mucho, pero tiene cosas que me gustan mucho. Punto.
ademas, es un cd, que si bien tiene algunos temas bien power, hay temas que te ponen terriblemente melancolicos.
muy buena entrada!! =)
suerte1
A mi me ha emocionado de igual forma un concierto de Pink Floyd, como uno de The Cure, como en una ópera, y en esa variedad está lo esencial.
(vaya rollo he soltado)