Segunda manga de la ronda de necrológicas de Por amor a la música. Pupilo Dilatado ha revuelto nuestras conciencias (y a mí personalmente me ha puesto de muy mal humor) con el brutal asesinato de Mia Zapata, líder de The Gits. Así que de eso va la cosa esta semana, de asesinatos.
Aunque mi primera opción era otra, he decidido posponerla hasta la semana que viene porque es muy jugosa para mi propuesta y porque, además, el otro día le prometí a un amigo que en el primer momento en el que pudiera Dimebag Darrell saldría a la palestra.
No creo que tenga que contarle a nadie a estas alturas cómo murió el bueno de Darrell Abbott, pero por aquello de que no se me quede coja la entrada, hago un breve resumen. Tras la separación de Pantera en 2003, los hermanos Darrell formaron Damageplan. La gira de presentación de su primer álbum, New found power, los llevó el 8 de diciembre de 2004 al Alrosa Villa de Columbus, Ohio. Durante la actuación, un individuo que respondía al nombre de Nathan Gale descargaba tres tiros sobre el guitarrista, siendo el tercero el fatídico. No contesto con esto, el señor se dedicó a seguir disparando hiriendo a siete personas y matando a otras tres antes de que un policía lo quitara de en medio de un escopetazo: uno de los empleados de la sala, al jefe de seguridad de Damageplan y a un fan que trataba de reanimar a Dimebag y a este último. Sé que siempre nos acordamos del ídolo, pero ya que estoy aquí, un recuerdo para esas otras tres almas que Gale se llevó. Las razones nunca quedaron claras, básicamente porque Gale era esquizofrénico, aunque parece que lo más probable es que el asesino estuviera convencido de que Darrell le había copiado una canción.
Antes de cambiar de tema, hay algo que casi todo el mundo con el que hablo de esto coincide conmigo: Gale tuvo mucha suerte de que lo mataran de un balazo. Porque si lo llegan a reducir y lo engancha Vinnie Paul... Tarantino le hace una trilogía.
Puesto que mi disco favorito de Pantera ha sido siempre Vulgar display of power y ya lo reseñé hace tiempo (click aquí si os apetece) pues me voy a por el segundo: The great southern trendkill.
La vuelta de la gira del Far beyond drive trajo consigo el germen de la discordia al seno de Pantera. De hecho, la grabación del trabajo se llevó a cabo por separado: Phil Anselmo grabando en Nueva Orleans en los estudios de Trent Reznor y Dimebag, Vinnie y Rex Brown en Dallas. Todo esto debido a que los continuos dolores de espalda de Anselmo lo volvieron arisco y, como el médico le dijo que la cirugía que lo dejaría como nuevo tendría una recuperación de más de un año, pues para no dejar la banda se dio a la heroína.
Sí.
Así con esa cara me he quedado yo. Si a esto le unimos el éxito masivo del maravilloso NOLA de Down en 1995, The great southern trendkill pasó, siendo amables, desapercibido. Los más puristas lo catalogaran de disco menor, y no voy a ser yo quien les lleve la contraria. Pero como esto va de gustos, pues yo no me bajo del burro.
Animales como solo sabían ser ellos, el arranque con el corte homónimo no podía ser más bestia. Y de ahí en adelante, sin apenas un respiro. Cuando no es el groove machacón son los riffs que cortantes o las atmósferas que oprimen los pulmones. La voz de Anselmo suena oscura, casi distorsionada, como salida del más profundo de los infiernos (ayudado en algunos temas por Seth Putnam, de Anal Cunt). Rex y Vinnie suenan casi al unísono, creando una de las bases rítmicas más potentes que se recuerdan en años. Y por supuesto las guitarras de Darrell, con sus eléctricos endiablados y sus acústicas tenues y melancólicas...
Y si digo esto último es porque la dupla que forman las dos partes de The suicide note me parecen una maravilla: la primera con su desarrollo etéreo y sedante y la segunda cuesta abajo y sin frenos, con toda la rabia y el dolor del mundo concentrados. También cabría destacar el groove rompecráneos de War nerve, el solo apocalíptico de Floods, el pelotazo narcótico de 10's o la imparable Living through me (Hell's wrath). Joder, y todo lo demás también. Pues eso, celebremos con rabia una vez más la memoria de Dimebag.
Animales como solo sabían ser ellos, el arranque con el corte homónimo no podía ser más bestia. Y de ahí en adelante, sin apenas un respiro. Cuando no es el groove machacón son los riffs que cortantes o las atmósferas que oprimen los pulmones. La voz de Anselmo suena oscura, casi distorsionada, como salida del más profundo de los infiernos (ayudado en algunos temas por Seth Putnam, de Anal Cunt). Rex y Vinnie suenan casi al unísono, creando una de las bases rítmicas más potentes que se recuerdan en años. Y por supuesto las guitarras de Darrell, con sus eléctricos endiablados y sus acústicas tenues y melancólicas...
Y si digo esto último es porque la dupla que forman las dos partes de The suicide note me parecen una maravilla: la primera con su desarrollo etéreo y sedante y la segunda cuesta abajo y sin frenos, con toda la rabia y el dolor del mundo concentrados. También cabría destacar el groove rompecráneos de War nerve, el solo apocalíptico de Floods, el pelotazo narcótico de 10's o la imparable Living through me (Hell's wrath). Joder, y todo lo demás también. Pues eso, celebremos con rabia una vez más la memoria de Dimebag.
Comentarios
El Down II es muy buena, a partir de ahí ya me parece la carrera más corriente, y Superjoint Ritual no me gusta nada. ¡Un abrazo, Carlos!
Yo fui fan de Pantera de los primeros años...luego me aleje bastante de su musica.
A+
A mi "The Great..." no me parece flojo, patea culos ese metal sucio y pantanoso pero claro, la trilogía es que es inalcanzable!
Buen trabajo y cojonuda elección aunque digas que es previsible. Ya espero ese post de la semana que viene!