17 de julio de 2012

En dos minutos: Naoki Urasawa

Creo que ya he mencionado alguna vez que soy un gran aficionado a la cultura nipona y al manga en particular (manga, que no anime). Por eso hoy aprovecho estos dos minutos para hablaros de uno de mis autores favoritos: el incombustible Naoki Urasawa.


Licenciado en económicas, Urasawa debutó en 1981 con un oneshot (historieta autoconclusiva) cómico y desde entonces, no ha parado quieto. Su primer gran éxito fue Yawara! (puede que los lectores catalanes les suene Cinturó negre), una comedia romántica sobre una campeona judoka demasiado presionada por su abuelo y sensei como para disfrutar de una adolescencia normal. Aunque el argumento dista mucho del tono adulto y enrevesado de sus posteriores y más laureadas obras, en este manga se marcan dos de los principales rasgos de este artista: su peculiar estilo de dibujo, alejado de la estética convencional, con personajes muy humanos, más cercanos a la realidad de las de sus primos de ojos enormes y peinados imposibles; y su particular forma de entrelazar pequeñas historias con el argumento principal.


Si he elegido a Urasawa para hablar en este blog, es básicamente porque creo que todos los no iniciados, al tratarse de un autor principalmente dedicado al seinen, podéis encontrar apetecible parte de su obra. Para los paganos, el seinen es un estilo de manga que habitualmente se enfoca a hombres jóvenes que prefiere temas adultos, aunque el público es bastante más amplio tanto en sexo como en edad. En muchos casos, esta supuesta "madurez" se consigue introduciendo en las historias escenas violentas y sexuales bastante explícitas (seguro que todos habéis oído eso de que los dibujos japoneses fomentan la violencia y la depravación) pero en el caso que nos ocupa, Urasawa consigue dicha madurez con unos guiones magistrales y un talento innato para poner los pelos de punta y sumergirte en sus laberínticos argumentos, sin abusar de viñetas para mayores de dieciocho. Esa es la verdadera magia de este autor.


Hablando ya más en concreto, son dos obras las que os voy a recomendar:


La primera y sin ningún tipo de titubeo, es Monster. La historia de Kenzõ Tenma, el cirujano japonés acusado de asesinato te atrapa casi desde el primer instante. Y más cuando se descubre (tranquilos, esto no es un spoiler) que el verdadero culpable es un niño al que Kenzõ salvó la vida hace años. Su huída de la justicia en busca de los orígenes del "monstruo" lo llevaran a la europa más oscura y misteriosa, en una carrera casi contrarreloj para limpiar su nombre y evitar que el asesino siga matando. Especial atención merecen los cuentos checos para niños, tan grotescos como sobrecogedores. La piel de gallina.


La segunda, y esta es algo más arriesgada, es la genial 20th Century Boys. La secta liderada por Amigo gana cada día más adeptos y más notoriedad. Kenji y sus amigos se percatan entonces que todo lo que vaticina esta organización (robots gigantes, atentados terroristas) fueron escritos por ellos mismos cuando eran niños, presos de la euforia del juego infantil. Por eso deciden tomar cartas en el asunto y descubrir quién se esconde detrás de la máscara de Amigo y qué pretende. Una historia cuyos giros argumentales y saltos temporales te succionan el cerebro sin posibilidad de escape. Un épico relato casi apocalíptico con una moraleja más que clara: los verdaderos amigos son para siempre, da igual si las cosas salen bien o mal. Recomendación para todos aquellos nostálgicos del buen rock, pues se intercalan con la historia numerosos flashback de la infancia de los protagonistas en la década de los sesenta y los primeros contactos de la cultura japonesa con algo tan diametralmente opuesto a ella como es el rock'n'roll (¿o de dónde pensábais que venía el título?)


Por supuesto el resto de sus mangas son casi igual de buenos. Está el homenaje a Astroboy que es Pluto, con sus dilemas entre robots y humanos, el thriller bélico y costumbrista de Master Keaton, o el misterio se que esconde en la mente del dibujante de Billy Bat.


Espero haberos inoculado algo de curiosidad. Me había propuesto volver a la carga con algo más de actividad, pero de momento me temo que os tendréis que conformar con estas pequeñas píldoras, al menos por mi parte.


¡Cuidaos!

7 de julio de 2012

Sangre fresca (JUNIO 2012)

Por si los telediarios de Antena 3 se habían olvidado de mencionarlo, ya ha llegado el verano. Y con él el calor, la playa, las cervecitas... Oh, espera, no. Que yo este año trabajo. Y supongo que a muchos de vosotros os sucederá lo mismo. Si es que esto de hacerse mayor es un asco.


En fin, sea como sea, y aunque no se puede comparar, yo vengo otro mes a hablar de las novedades discográficas, que espero que os refresquen tanto o más que un delicioso granizado de limón con granadina... Tengo que dejar de hacer estas comparaciones, me suenan demasiado a cuña publicitaria de radio veraniega.

Empezamos con The Offspring. Porque ¿hay algo más veraniego que una buena dosis de rock californiano? No lo creo. Days go by es un perfecto revulsivo contra el hastío estival, con sus ritmos cañeros y sus melodías pegadizas. Nada nuevo bajo el sol y de hecho, en algunos momentos caen en el peligroso recurso del autoplagio. Un disco compacto que se bebe de un trago y que se disfruta por su brevedad y potencia, pero que en muchos momentos peca de mediocre. Dexter Holland y los suyos han olvidado ese punto de madurez que alcanzaron el antecesor de este álbum y en mi opinión, ha sido un error. No obstante, trabajo más que correcto para uno de los pocos (por no decir los únicos) supervivientes de un estilo que se quedó en el lavabo, junto con los granos de miles de adolescentes americanos.