27 de agosto de 2013

Le temàzo XXI: Incubus - Ana Molly

El curro me está comiendo mucho tiempo (maldita sea la vida del autónomo) así que no he podido aún ponerme con alguna entrada más extensa que tengo el cabeza y que ya casi me retumba en los oídos. Pero para que la espera no se haga tan larga, os dejo por aquí un temazo.

Siempre me han gustado Incubus, a pesar de que el último disco, como ya comenté cuando salió, me decepcionara un poco. A pesar de que la mayoría de la prensa especializada se empeñó en meterlos en el saco del nu metal con S.C.I.E.N.C.E., Make yourself y Morning view (por aquel entonces todo lo que sonaba un poco a hip hop y tenía guitarras lo metían en ese saco) yo siempre he tenido bastante claro que no lo eran. De hecho aún no tengo muy claro dónde clasificar a Brandon Boyd y su gente. Sea como sea, su gusto por el funk y la electrónica de bella y delicada facturación (aquí el principal culpable es el teclista y DJ Chirs Kilmore, un auténtico genio) los hace lo suficientemente únicos como para que me gusten a pesar de lo extremadamente melancólicas que son la gran mayoría de sus canciones.

Me compensa, porque, por ejemplo, en Anna Molly, extraído de Light grenades (la portada del disco me encanta, como podéis comprobar), los sentimientos no se expresan con efectos atmosféricos sino con un contundente ritmo y con una letra que en la voz de Boyd gana matices.

I picture your face in the back of my eyes...

22 de agosto de 2013

Le temàzo XX: Guns N' Roses - There was a time

Hoy vengo a reivindicar Chinese democracy. Bueno, no, miento, no vengo a reivindicarlo. No soy tan suicida. Pero he de reconocer que no me pareció tan malo, ni de lejos, como se dijo en su momento. A ver, está claro que era imposible que sonara a puro Guns N' Roses cuando hacía quince años que no escuchábamos nada nuevo de ellos, y mucho menos cuando Axl Rose era el único miembro original participante (excepto alguna colaboración), sin contar a Dizzy Reed, al que también podríamos considerar gunner primigenio. Y además de todo esto, un producción demasiado detallista como para que el directo le haga justicia. No obstante y como todos sabemos, Axl no es tonto. Egocéntrico y megalómano, sí. Tonto, ni un pelo. Porque si fuera tonto no habría convencido a dos bestias de la guitarra como son Ron "Bumblefoot" y Richard Fortus para tocar con él. Ni a Buckethead. Joder, que bueno es Buckethead. El resto del plantel tampoco es despreciable: Josh Freese, Tommy Stinson, Paul Tobias... Si no miras Chinese democracy como un disco de Guns N' Roses, habría pasado por un trabajo en solitario acojonante.

Por desgracia no fue así y comprendo que la gente se mosqueara. Hay nombres que significan demasiado. Pero como ya he dicho, eso no quita que haya canciones que merezcan entrar a formar parte del imaginario de los angelinos. Y There was a time es de todas ellas, la mejor sin lugar a dudas. Heredera natural de esos baladones épicos tan del gusto del señor Rose y que tantos quebraderos de cabeza le dieron al resto de la banda durante la época de los Use your illusion, There was a time se erige majestuosa y mágica sobre el resto de los cortes de Chinese democracy gracias a un crescendo de los que quitan el hipo y a un trabajo de, ojo al dato, seis guitarristas y tres teclados, que se combinan en un intrincado torrente de sonidos y a un Axl Rose en plena forma, aunque sea gracias a la tecnología.

13 de agosto de 2013

Sangre fresca: Gogol Bordello - Pura vida conspiracy

Hacía mucho que no hablaba de ninguna novedad musical (he dejado estos meses que sean otros los que lo hagan, limitándome yo simplemente a enlazarlos) pero este final de julio ha sido muy apetitoso. Una horneada de discos interesantes que irán apareciendo poco a poco por aquí (aunque no creo que todos, no me gusta hablar de decepciones). Y como es lunes y los que no esteis de vacaciones estoy seguro que necesitais como el beber un poco de ánimo, sirvo hoy de emisario para presentaros lo último de Gogol Bordello.

Pero vayamos por partes Gogol Bordello nos suenan ¿que no? Pues muy mal. Bueno, tampoco voy a venir yo ahora a hacerme el interesante, porque sólo conozco a esta banda desde hace tres años. Pero fue, como se suele decir, amor a primera escucha. Ucraniano de nacimiento, ruso y gitano de sangre y trotamundos por fuerzas mayores, Eugene Hütz (cuyo nombre original no voy a transcribir por ser cojón de largo amén de ininteligible para los no acostumbrados a las lenguas eslavas) llegó a Vermont en 1992 como refugiado político tras pasar por Polonia, Hungría, Austria e Italia. Las experiencias vividas durante este viaje, las distintas culturas y paisajes, son la principal fuente de inspiración de Hütz en sus composiciones, que no lo he dicho, pero como podéis imaginar, es el alma de Gogol Bordello. En 1999 y tras conocer a otros inmigrantes soviéticos en la mestiza y caótica Nueva York, nace el gypsy punk.

9 de agosto de 2013

Le temàzo XIX: Extremoduro - Autorretrato

Hoy es viernes mis queridos hamijos. Y los viernes siempre molan. Da igual que trabajes el sábado (o incluso el domingo). Los viernes tienen un aura especial que consigue arrancarte una sonrisa. Ha llegado el momento de olvidarse de todo durante unas cuantas horas y disfrutar. Y en un intento (espero que bien recibido) por aumentar esa pasajera felicidad que nos embarga el día de Venus, aquí un servidor viene dispuesto a dejaros un nuevo temazo.

Extremoduro son, probablemente, una de las bandas nacionales más laureadas, y en paralelo defenestradas, de todos los tiempos. Algo tienen las letras de Roberto Iniesta que o te enganchan o te producen arcadas. Pero si en algo creo que estaremos todos de acuerdo es que la poesía callejera y heroinómana de los primeros Extremoduro encontró un, curioso a mi parecer, aliado en el innegable talento musical de Iñaki "Uoho" Antón. La llegada del guitarrista de Platero y Tú enriqueció de una manera pasmosa la instrumentación de una banda que siempre había llevado por bandera la sencillez, recayendo la mayoría del peso de sus canciones en la voz rasgada y la lírica barriobajera de Robe.

Se puede considerar Canciones prohibidas como su primera explosión musical. Uoho ya estaba presente en Agíla y su mano se nota y mucho en comparación con ¿Dónde están mis amigos? pero es aquí dónde llevan el invento hasta las últimas consecuencias. Secciones de viento y cuerda a tutiplén que llegan a su máxima expresión en Autorretrato, un tema que no había escuchado nunca hasta que los vi por primera vez en directo y que utilizaron como cierre del concierto. Escuchad la canción, y decidme si era o no era carne de traca final.

Soy la hostia de obediente. Dime "arrasa" y Dios tirita. Dime "ladra" y digo ¡guau!

7 de agosto de 2013

Versióname otra vez: Judas Priest / Berri Txarrak - Breaking the law

He tenido estos días algunos problemas con el ordenador y eso ha ralentizado considerablemente mi ritmo de publicación. A pesar de todo, tengo varias entradas en cola listas para hacer (o no) vuestras delicias durante el mes de agosto. Y la primera delicia es... una versión. Versionaca diría yo. Pero todo a su tiempo.

British steel es considerado por muchos uno de los mejores discos de Judas Priest. No sabría deciros si esta afirmación es exagerada o no. Lo que está claro es que es el disco con el que rompieron esa imaginaria barrera que separa la música pop del resto del mundo y se hicieron con un más que interesante número cuatro en las listas de ventas británicas. Parte de la culpa de ese éxito pertenece a Breaking the law. Bueno, también a Living after midnight. Pero el que tiene la categoría de himno atemporal es sin lugar a dudas Breaking the law. Y es que es imposible no tararear ese magnífico riff, tan simple como pegadizo. Y tampoco podrás evitar rememorar la entrada de K. K. Downing y Glenn Tipton con sus guitarras de cartón ante la atónita mirada del guardia de seguridad del banco. Apoteósico.


Muchas han sido las bandas que han rendido tributo a los de Birmingham y más en concreto a esta canción. Si bien Doro con la Classic Night Orchestra tenía muchas posibilidades, yo he decidido quedarme con la personal visión y genial interpretación de los navarros Berri Txarrak. En el año 2000 se organizaba un tributo al que llamaron Metal gods: Un tributo a Judas Priest y en el que participaron grandes del panorama heavy nacional como Avalanch, Barón Rojo, Saratoga (Leo Jiménez cantando Painkiller, os podéis hacer una idea de lo insufrible del corte) y otros que, sin ser eminentemente heavy metal, se lanzaron a la aventura. En este último grupo aparecen nombres como Sôber, Ktulu, Hamlet o los ya mencionados Berri Txarrak. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Pero hay que reconocerle algo a Gorka, Mikel y los dos "Aitores" (por aquel entonces aún eran cuatro): es muy difícil transformar un himno en otro himno. Esta vez, el macarrismo de cuero de Rob Halford se transforma en pura y sucia furia callejera, rápida e imparable.


Elijan la que quieran, pero disfruten ambas.