13 de septiembre de 2011

Vulgar display of power

Los encargados de nuestra educación, es decir, nuestros padres, profesores, familiares y los guionistas de Disney, enfatizaron mucho en nuestra infancia en ese trillado tópico de que no hay que juzgar un libro por su portada.

Pues bien, aquí estoy yo para mandar a la mierda esa teoría y reírme en la cara de toda esa pandilla de psicopedagogos que creen que estudiar una carrera a medio camino entre filosofía y magisterio de infantil les nombra juez, jurado y verdugo de las futuras generaciones. Así que eso, jodeos psicopedagogos.
Porque hoy vamos a hablar, queridos shurmijos, del que probablemente sea el disco con la portada más animal del mundo. Y sin una sóla víscera. Aprended grupos de grindcore.

En el año 1992, a parte del Nevermind, del Dangerous de Michael Jackson, de las JJ.OO. de Barcelona y de la expo de Sevilla, había muchas más cosas en el mundo. Por ejemplo, este Vulgar display of power.

Pero hagamos un pequeño repaso, ¿cómo llegaron hasta aquí estos muchachotes de Texas? Ay, amigos, pues como muchos otros, dando tumbos.

Pantera, como muchos sabréis, comenzaron siendo una banda de glam rockers, al estilo de sus admirados KISS o Van Halen, aunque poco a poco fueron endureciendo su sonido oriéntandolo al thrash. No me queda muy claro esto, pues no he escuchado sus primeras referencias, pero algún día analizaremos en profundidad la transformación. De aquella época tenemos cuatro discos cuyos títulos parecen ideados por un niño de seis años, y con unas portadas hechas por su hermano de tres, así como algunas fotos de los hermanos Darrell con el pelo cardado que todos los hard rockeros deberían tener puestas en un altar.

Pero todo cambió cuando, tras la entrada de Phil Anselmo, el grupo se planteó seriamente que, sonar cada vez más thrashers con mallas de leopardo y mechas, como que no iba a ningún sitio. A mí me hubiera parecido un puntazo. ¿Os imagináis a Poison tocando como Slayer? Brutal. Pero ellos decidieron que o se hacían las cosas bien, o no se hacían, de manera que Pantera se sacó de la manga Cowboys from hell. Y claro, llego el acabose. Enterraron hondo su maquillaje y sus pantalones de cuero, se dejaron crecer el vello, tanto el púbico como el facial, y Anselmo recordó a sus compañeros que eran de Texas y por tanto, una pandilla de cafres. El resultado fue que Pantera, casi de la noche a la mañana, se convirtieron en la nueva sensación del metal mundial, acudiendo sólo un año después de su "álbum debut" (los anteriores podemos considerarlos maquetas muy bien hechas) al apoteósico Monsters of Rock de Moscú.

- No me fío un pelo de Rex con esas gafas de Waspinator, Vinnie. Si me descuido me hace un 'cascanueces'.
Y así es como llegamos al Vulgar display of power. Dimebag y los suyos habían pegado el pelotazo con Cowboys from hell, y por supuesto, su sucesor tenía que estar a la altura. La línea a seguir era clara: cada vez más agresividad. Más groove, más thrash, más ruido. Que a la gente les fuera imposible escuchar el disco de una tacada sin temer una meningitis.
Y la primera iba a ser en la boca. Bueno, en los ojos realmente. Aunque el "modelo" de la foto si que se la comió en la boca. Pero entera. Con 300 dólares en la mano y una cantidad insalubre de puñetazos entre oreja y oreja (propinados, además, por la florecilla silvestre de Vinnie Paul) aquel mendigo se fue del estudio sin saber que, protagonizando esta portada, se convertiría en un icono de la música metal.

Que pum, que pam.
Pero, por supuesto, decir que Vulgar display of power es agresivo únicamente por su portada es como decir que Carmen de Mairena es fea porque tiene los brazos muy gordos (Carmen, sabes que te lo digo con cariño, eres muy jefa). Si no lo habéis escuchado, os diré que es el disco perfecto para matar limpiamente a alguien de más de setenta años. ¿Qué no? Comprobadlo. Le ponéis unos auriculares, el volumen al máximo y los 5 primeros segundos de Fucking hostile. Comprobadlo y ya me contaréis.

Mouth for war arranca con la potencia por bandera. Anselmo escupe cada frase con un odio infinito, Vinnie y Rex construyen una base rítmica inmejorable y "Diamond" Darrell, nos regala como siempre, un riff elástico y sangrante, así como un solo indescriptible, que acaba en un doble tiempo trallero, cerrando el tema de manera inmejorable.


Después llega A new level, y se acabaron las contemplaciones. Tema pesado, con mucho groove y un ritmo casi tribal, con guitarras densas y oscuras. Casi sin tiempo de recuperarnos, aparece Walk. Lo que voy a decir ahora me hará que mi ya de por sí baja popularidad, descienda al mismísimo infierno. Walk me aburre soberanamente. El riff es mítico, el ritmo está muy bien conseguido para expresar ese "caminar", pero no puedo dejar de imaginarme a Darrell tocando el riff una y otra vez, fumándose un cigarro con desgana. Desde luego, si no fuera por ese sólo antológico y ese final dónde se vuelven incluso más duro, haría tiempo que está canción hubiese dejado de existir para mí.

Por suerte, Fucking hostile me alegra el día. A la voz de one, two, three, four!  la banda se entrega plenamente a la velocidad y a la locura, augurando que, en directo, debían de montarse unas que ríete tú de los disturbios de Londres. Rápida, concisa, contundente. En resumidas cuentas, un auténtico trallazo en los tímpanos que te acelera el pulso hasta que lo único que deseas es repartir hostias a diestro y siniestro, contagiado por esa puta hostilidad.


This love no es más que una historia de amor, violenta, cruda, como casi todas las historias de amor. Su desarrollo lento, denso y casi etéreo que explota en el estribillo, con esa guitarra sensual de Darrell, hace que se me ocurran pocos temas más apropiados para echar un buen polvo.


Rise es ya el colmo de lo animal. Empezando por sus constantes cambios de ritmo, a cada cual más cafre, y para seguir, ese estribillo simple que incita a la revolución. Es tiempo de levantarse, joder, más claro no te lo pueden decir.
No good (Attack the radical) regresa a los cauces del groove, con un Rex Brown en estado de gracia. Otro tema incendiario, esta vez sobre el racismo, tan presente en los estados del sur Estados Unidos, y muy especialmente en Texas. Más presente, quiero decir. Más groove, esta vez sonando casi funky, con Live in a hole, con su guitarra wah-wah, con su ritmo saltarín, con su bajo profundo e hipnótico.


En Regular people (Conceit), Vinnie se convierte en protagonista indiscutible, cabalgando sobre el doble bombo y dejando al resto de sus compañeros al nivel de mero acompañamiento. Pero claro, su hermano no se iba a quedar de brazos cruzados, y una vez más, nos brinda un solo espectacular.
Estamos llegando casi al final, pero la cosa no decae. El brutal inicio de By demons be driven, y su posterior desarrollo lento y pegajoso, que explota en el estribillo, nos hace pensar si es que no dispondremos de un sólo segundo de descanso. Parece que Hollow nos lo dará, con ese principio casi dulce de balada rockera. Craso error. Pues aunque durante unos minutos la voz de Anselmo nos mece suavemente, al igual que con su hermana mayor, la impresionante Cemetery gates, llega un momento en el que los Pantera dejan claro que ellos, aunque tengan su corazoncito y la canción hable sobre los sentimientos de un comatoso, son en esencia unos tíos duros. Muy duros.


No me obligues a quitarme la correa, muchacho.
Creo que no hay mucho más que decir. Bueno quizás sí, pero ahora mismo tengo la cabeza llena de plomo. Uno de los discos más influyentes de su década, en parte por el increíble sonido que devolvió (junto con el homónimo de Metallica sólo un año antes) el metal más crudo al panorama mainstream y además abrió las puertas a multitud de grupos que beberían de los de Texas (como mis adorados Machine Head). Si no lo habéis escuchado, hacedlo, ya. Eso sí, precaución. Los efectos secundarios incluyen que tras su escucha, hartos de tanta distorsión y tanto groove, os apetezca escuchar algo más suavecito. Algo mucho más suavecito. Y eso a Dimebag, dónde quiera que esté, no le gusta.

Una vez más, gracias por estar ahí shurmijos. Que os den, y un abrazo fuerte.

8 comentarios:

Unknown dijo...

No me molaría tener que tocarte los huevos, pero el Nevermind salió en el 91, no en el 92. Eso para empezar. xD.

Lo segundo: esto es el mejor disco de Metal que he oído en mi puta vida, un cañón de potencia y agresividad mezclada con una mala hostia inaudita que no se había visto en años. Es que si oyes el disco, puedes sentir cada cambio de ritmo, cada doble bombo, cada frase rugida por Anselmo, una bomba de relojería, para ir resumiendo.

Estaba claro que aquí tenían el trono junto con Metallica. Como curiosidad, añadir que en la gira meridiana que los de Texas realizaron junto con Judas Priest, la gente jadeaba al grupo en detrimento del Sacerdote. Cuentan que fue a raíz de la gira con Pantera, cuando Halford decidió volverse un modernito. xD.

Estupenda entrada, deficiente mental, a ver si con un poco de suerte te sodomiza un perro con lombrices.

Pek3 dijo...

Vaya vaya que tenemos aqui....Ah si el Vulgar... Total na.

Como dice bien alex uno de los mejores discos de la historia del metal yo sinceramente doy gracias a dios por el mero hecho de que pantera se transformara en thrash metal porque si no llega a pasar eso muchos grupos de los que hoy en dia nos triunfan no existirian y Metallica y Anthrax estarian muy solos en la cima del genero.

¡OH GRAN DIMEBAG! gracias por hacernos disfrutar de tu musica el tiempo que te dejaron eres de los grandes...inolvidable

John P. dijo...

Gran disco, aunque no es mi favorito de Pantera. Curiosamente a mi Walk tampoco es la que más me gusta del album. Esto es violencia en forma de música, y lo demás tonterías.

Un saludo

Madame de Chevreuse dijo...

¿En serio Pantera tiene un pasado de colorete, pintalabios y boa de colores? Flipando quedo, siempre pensé que el Cowboys From Hell era su primer disco. Y por cierto, hablando de estilismo, tú porque eres muy joven, pero el corte de pelo de Phill Anselmo, sencillamente, arrasó en aquel momento.
Baci e abbracci

Carlos dijo...

Sepultura, aunque se que son otra cosa, me gustan más que Pantera. Buen articulo bestias del exceso

F.A. Giovanni dijo...

Parece que la historia de la portada y el mendigo es verdadera. No me lo esperaba. Mi republicana sensibilidad sufre ante tales sucesos :(
Algún día escucharé este disco; lo haré en cinco o seis partes, como con cierta película de Kurosawa. Y hablando de cine, es una indignidad que Eyes Wide Shut no haya recibido ningún voto siendo la peli más morbosa junto a La Naranja Mecánica.
¿2001 tres míseros votos? ¿No hay sector gafapasta en este nauseabundo blog?

Elisabeth Wittgenstein dijo...

Hola chicos, un placer volver a pasar por aquí, puntualizar que me ha encantado la bienvenida al blog con Oasis... os mando un besazo :3

rockeandobcn dijo...

Un discazo, un trabajo que no tiene ni un solo tema de relleno y que en su época suposo todo un acercamiento entre el metal mas duro y la energia del hard-core. Temas como
"fucking Hostile" a dia de hoy suenan supercontundentes y el disco tiene ya 20 años.