28 de abril de 2014

Le temàzo XXX: Nightwish - Last of the wilds

Durante bastantes años, Nightwish fue para muchos "el grupo" de Tarja Turunen. Bien es cierto que fue la potente voz de la soprano la que llevó al conjunto a lo más alto, trascendiendo la siempre complicada frontera entre la música que existe y no existe para los medios generalistas. La presencia de Turunen en el escenario era un reclamo más que suficiente para atraer a miles de adolescentes (femeninas en su mayoría) hacia el lado oscuro. Nadie sabe el bien que le han hecho este tipo de grupos a la paridad del metal.

Pero (siempre hay un pero), para mí Tarja ha sido siempre el eslabón débil de los Nightwish originales. Ya desde la inclusión de Marco Hietala (EL hombre) y el endurecimiento del sonido tras Century child y sobretodo en Once, se hacía patente que los excesivos gorgoritos y ademanes melodramáticos de Turunen empezaban a estar de más.

Más de uno pensó que con su salida se acababa la carrera de la banda. Nada más lejos de la realidad pues Tuomas Holopainen, teclista y verdadera alma del grupo, no iba a dejar que su "bebé" se marchitara tan rápido. La decisión de contar con una limitada Anette Olzon tenía su parte buena (dejaba escuchar al resto de componentes y escuchar un disco completo no era un suplicio) y también sus cosas malas (la mitad del repertorio clásico hacía que la vocalista se ahogara), pero está claro que Dark passion play marcó un punto de inflexión en los fineses.

Lo curioso es que de entre los trece cortes que componen el debut de Olzon con Nightwish, el tema con el que más disfruto siempre es con uno instrumental (y justo detrás Cadence for her last breath, que no viene mucho al caso pero yo la recomiendo igual). Holopainen me parece un compositor excepcional que podría comerle la tostada a los grandes de las melodías cinematográficas si se lo propusiera por su facilidad para crear imágenes, para contagiar sensaciones, para estimular tu imaginación como esta maravillosa Last of the wilds que huele a bosques húmedos, prados verde esmeralda, costas embravecidas, loboso solitarios y druidas junto al fuego.

Si a una partitura monolítica como esta le añades el excepcional trabajo de Troy Donockley, parte fundamental (y alegría mayúscula) de estos nuevos Nightwish, a los vientos y a un Emppu Vuorinen en estado de gracia que aporta una tralla acojonante a base de guitarrazos, pues te queda una de esas canciones que yo me pondría en bucle una y otra vez hasta el fin de los tiempos.

26 de abril de 2014

Histeria universal: Flores para William Martin

Cuando pensamos en la II Guerra Mundial, seguro que nos vienen a la cabeza el Desembarco de Normandía, las Ardenas o Iwo Jima. Sin duda fueron puntos clave de la victoria aliada, pero la Historia ha dejado en la sombra a muchos otros que fueron tanto a más importantes, sin los que la guerra podría haber tenido otro final.

Comandante William Martin
Quizá el más importante de los héroes en la sombra sea Alan Turing, quien sin haber empuñado nunca un arma, consiguió asestar el primer golpe mortal a Hitler. Encabezó el equipo que en Bletchley Park, continuando el trabajo iniciado años atrás por la inteligencia polaca, logró descifrar la máquina Enigma, gracias a lo cual los aliados estaban al tanto de todos los movimientos del ejército alemán, como si estuviesen presentes en el mismisimo despacho del Führer.

Pero hoy vamos a hablar de William Martin.

La campaña en el norte de África estaba terminando, los británicos eran capaces de anticiparse a los movimientos de Rommel gracias a la información descifrada. Esta información se filtraba desde Bletchley Park a los mandos militares de forma controlada. Muy pocos sabían de dónde provenía, pues era necesario que no llegase a oídos alemanes el hecho de que Enigma había sido descifrada.

Británicos y americanos tenían ahora la vista puesta en Europa. Un primer intento de desembarco en la Francia ocupada acabó en fracaso, y el paso lógico era entrar por Sicilia. La isla era una cabeza de puente clave, que además aliviaría la precaria situación de Malta y contribuiría al control del Mediterráneo. Hitler, por supuesto, había llegado a la misma conclusión, y era previsible que concentrara sus fuerza en proteger Sicilia. Los aliados necesitaban hacerles creer que el desembarco se iba a producir en otro lugar.

Ante esta situación, el oficial de inteligencia naval Ewen Montagu propuso la que se conocería como Operación Mincemeat. Se arrojaría un cadáver en la costa del sur de España con información falsa, haciendolo pasar por un oficial británico de camino a África cuyo vuelo se había estrellado. Era de esperar que fuese encontrado por las autoridades de la España de Franco, que transmitirían la información a los alemanes.

El problema era cómo hacer creíble el engaño. El cadáver debería pasar una autopsia, y tenía que parecer un oficial británico muerto ahogado. Para este fin, se encontró el cadáver de un hombre muerto por neumonía, del que se certificó que el agua que tenía en los pulmones podría pasar por agua de mar. El cuerpo fue guardado en un congelador hasta que fue arrojado al mar en la costa de Huelva, donde, por suerte para los aliados, no tardó en ser encontrado por un pescador español.

El comandante William Martin, nacido en Cardiff en 1907 había sido destinado al Cuartel General de Operaciones Combinadas. Cuando se le encontró ahogado llevaba consigo fotos y cartas de amor de su novia Pam, también sus llaves y unas entradas para el teatro. Tenía además consigo unas facturas sin pagar e incluso una carta de su banco en la que se le notificaba de sus deudas. También se encontró en su maletín información secreta en donde se desvelaban los planes aliados de atacar Cerdeña y usarla como base para iniciar la invasión del sur de Francia, y de un gran desembarco que se llevaría a cabo en los Balcanes. También informaba de las intenciones de la inteligencia británica de engañar a los alemanas, haciéndoles creer que el desembarco real se iba a producir en Sicilia.

Una autopsia del cuerpo fue hecha por un médico español, que presentó sus dudas sobre la muerte real del sujeto. Sin embargo nadie le escuchó y la supuesta información secreta interceptada fue enviada inmediatamente a Berlín.

Los británicos obtuvieron, a través de mensajes interceptados de Enigma, confirmación de que el engaño había sido un éxito. Churchill, que se encontraba en Estados Unidos, recibió un telegrama diciendo que "se han tragado toda la carne picada" ("Mincemeat Swallowed Whole").

Las fuerzas alemanas se dispersaron para proteger los distantes frentes de Cerdeña y Grecia, y poco después la Operación Husky comenzaba. Sicilia servía de punto de entrada para los aliados en Italia, y por tanto en Europa.

Isabel Naylor, junto a la tumba de William Martin
Pero la historia de Willian Martin no acaba aquí. El honorable comandante, muerto en acto de servicio, fue enterrado en el cementerio de Huelva, donde sigue descansando, y en cuya tumba siempre se pueden ver flores frescas. El misterio sobre la identidad real de este hombre aun no se ha desvelado, aunque mucha documentación fue desclasificada por el gobierno británico en 1996 y existen varias teorías al respecto.

Respecto a las flores que adornan el lugar de reposo eterno de Willian Martin, en 2002 Isabel Naylor fue condecorada por el gobierno británico al descubrirse que era ella quien las llevaba, siguiendo la tradición de su padre, un minero inglés que trabajaba en Riotinto.

23 de abril de 2014

Por amor a la música: Moonspell - Irreligious

Espero que el jefazo sepa perdonarme. Después del follón que le di con Roadrunner y Nuclear Blast (dos de mis posibles candidatos esta semana), al final me he tirado por una tercera opción. Básicamente porque Roadrunner es una subsidiaria de Warner y Nuclear Blast, a pesar de continuar con el espíritu metalero que lo sacó adelante, se ha convertido en los últimos años en un monstruo inabarcable.

Fue precisamente revisando la ingente cantidad de bandas que han publicado algo con Nuclear Blast cuando me di cuenta de que la mayor parte de los discos de Blind Guardian no aparecían en la lista de publicados con este sello, cosa de la que yo estaba todo convencido. "Coño" pensé "¿y quién lo hizo entonces?". Eché un vistazo y entonces lo tuve claro. Century Media Records.

Es cierto que actualmente el tamaño de Century dista bastante del de una discográfica menor, que recuerdo es el tema de esta ronda, pero si hay algo que caracteriza a este sello es el de haber sido el pezón criador de multitud de bandas muchas de las cuales han acabado en otros más grandes (en los dos anteriormente citados, por ejemplo) y casi nunca al contrario.

La historia de Century Media comienza en 1988 con Robert Kampf y Oliver Wilthöft y es, en esencia, uno de esos sellos referencia dentro del mundo del metal (en cualquiera de sus vertientes). No hay mucho más que contar excepto dos intentos de subsellos (Century Black, para el black metal underground tan demandado a mediados de los noventa, y Abacus Records, con la explosión de metalcore de principios de siglo) que terminaron sucumbiendo por causas naturales, una retirada de catálogo de Spotify con el consiguiente enfado de todos los seguidores de sus bandas que terminó (como no podía ser de otra manera) en una resubida completa. Durante sus casi veinte años de actividad Century Media Records puede sentirse orgullosa de haber colocado varios artistas dentro del Billboard 200 (que cuando hablamos de metal es el doble de meritorio) como por ejemplo Strapping Young Lad, Arch Enemy, Behemoth, In This Moment o los que están considerados como los mayores éxitos de la compañía: Lacuna Coil y Shadows Fall. Además, y por si alguno aún no está convencido con esta elección, os cuento que Oliver Wilthöft se nos fue este pasado enero tras una larga enfermedad y que esta entrada es mi pequeño homenaje a su persona.

A algunos os lo he puesto difícil, estoy seguro. Espero que con un poco de suerte encontréis en esta lista algún nombre apetecible. Ah, y casi se me olvida, la verdad es que no tengo muy claro a quién vetar porque podría decir cualquiera, pero puesto que parece ser que Lacuna Coil son su mayor bandera, pues serán ellos los que queden prohibidos.

Creo que es una de las veces que más me ha costado decidirme por un disco. Iced Earth, Blind Guardian, Sonata Arctica, Architects, Devin Townsend, Finntroll, Haken, Heaven Shall Burn, Napalm Death, The Gathering... Todos han sido más o menos importantes a lo largo de mi educación musical y dejar a uno me dolía casi tanto como dejar a cualquiera de los otros.

Pero finalmente la proximidad geográfica me hizo tilín. Señores, nos vamos al país vecino, al cercano y a la vez totalmente desconocido Portugal, para conocer a una camada de hombres lobo metaleros que se hacen llamar Moonspell.

20 de abril de 2014

Por amor a la música: Gluecifer - Ridin' the tiger

Antes de comenzar, invito a todos los lectores a alzar una copa para brindar todos porque esta entrada es la número 200 de nuestro blog. ¡Chin chin! Y poned otra botella en hielo porque antes de lo que os deis cuenta llegaremos a la tercera centena. Empecemos pues.

Esta ronda, recuerdo, va de discográficas pequeñas. De esas discográficas encargadas de ser el caldo de cultivo de todos esos grupos que después captan los peces gordos para reventar alguna que otra lista de ventas. Pero son sellos como White Jazz, la propuesta junto a The Turpentines de Pupi esta semana, los verdaderos responsables de apostar por bandas casi desconocidas, de leer su potencial y darles una oportunidad. En este caso, algunos de los nombres más importantes de aquella maravilloso movimiento de hard rock escandinavo de mediados de los noventa, que tantos buenos momentos nos ha dado, y a mí especialmente.

Puesto que Pupi ha decidido que sean Hellacopters la banda prohibida, yo me he lanzado al cuello a por la bandera noruega de White Jazz Records: los gigantescos Gluecifer.

Si bien es cierto que los dos trabajos más conocidos de la banda (Basement apes y Automatic thrill) fueron publicados ya en la primera década de este nuevo siglo y con Sony Music, sus primeros álbumes (incluido ese pepinazo llamado The tender savage) llevaban la marca de White Jazz impresa en sus libretos.

Pero he decidido tirarme por algo menos típico y he escogido su debut con el sello sueco (y casi el de su carrera, si no tenemos en cuenta ese Nineteen inches of rock y otros breves trabajos previos que pasaron casi desapercibidos fuera de su país), Ridin' the tiger, para realizar esta reseña.

18 de abril de 2014

¿No sabes quién son...? Las Robertas | Cómo me enamoré de Marlene

Le doy al play, suena un riff y lo primero a lo que me recuerda es a una versión light de Medication de nuestro pelirrojo favorito y no, no hablo de César sino de Josh Homme. Las Robertas han presentado Marlene a la sociedad, single adelanto de su disco Days unmade en el que aun no hay una fecha de salida estampada.

Como he dicho, la primera sensación al oír el tema es de estar escuchando otro grupo más con aires de stoner light pero no, eso solo es el principio porque a medida que va avanzando descubres que ĺa música que hace esta formación costarricense te va a enamorar. El tema está claramente influido por el shoegazing, esas voces femeninas que apenas se entienden y que tanto recuerdan a My Bloody Valentine y encajan a la perfección con el noise lo-fi que hacen.


Pero mi critica no va del single de adelanto sino Dissected affair, su primer EP que más adelante dio paso a su primer largo titulado Cry out loud. El EP está compuesto de tres temas y por muy corto que sea, no llega a los 10 minutos de duración, no deja de ser una joyita que haya que dejar pasar.

El 10 pulgadas empieza con Seconds away un tema simpático en el que si nunca has escuchado nada de Las Robertas te hace una idea del estilo que siguen y de lo que te vas a encontrar, guitarras majas, melodías pegadizas, voces distorsinadas y coros femeninos, vamos un easy-listening. Utilizan la voz no como el recurso principal de la canción sino como un instrumento más, un acompañamiento musical que sirve de guia.


El siguiente tema, Dissected affair, de dos minutos y medio, empieza con un pum-pata-pum de bateria y un riff típico que te hace recordar al indie británico de los 2000. Más adelante cuando entra la voz de Mercedes Oller nos lleva a través de una melodía pegadiza al momento estrella del tema, golpes brutales de charles, joder que bien quedan.


"Un, dos, tres y..." guitarras potentes, con energía, así empieza el último corte del EP Foggy eyes (Beat happening). Como acto de clausura de Dissected affair este tema no podría ir mejor, es por 5 segundos el más largo pero también el mejor de todos en el que Foggy eyes es un recurso recurrente. Tema en el que dejan el final abierto para que, enmonado, sigas devorando su discografía.


En general, puedo decir, que la primera toma de contacto con Las Robertas ha sido bastante agradable, me ha gustado mucho su EP y me ha dejado con ganas de escuchar su disco Cry out loud del que ya haré la crítica en otro momento. No pasa igual con otros discos, que por muy bien estructurados que estén, cuesta bastante digerirlos. Con estas chicas costarricenses no ha hecho falta vaselina, entra solo.

La banda está etiquetada como garage rock, creo que no es el termino que mas se ajusta a su estilo ya que como he dicho anteriormente tienen unas clarísimas influencias del shoegaze pero que mas darán las etiquetas siempre y cuando sepan unir distintos estilos como el indie o el noise pop con el tan de moda lo-fi y los hagan vivir juntos en tan poco espacio de tiempo de una manera tan cojonuda ¿no?

Así pues, si te gustan grupos como Vivian Girls, Ringo Deathstarr, My Bloody Valentine o incluso The Courtneys, Las Robertas serán un must-have de tu colección.

Y mi puntuación es....



PD: Para celebrar que ya está llegando el buen tiempo, el solete, las cervecitas en las terrazas os voy a dejar un tema del que fue héroe español, un mago de los sesenta, un follasuecas, ídolo y artista fundamental con una de sus canciones que mas buenrollismo transmite. A disfrutarla.

15 de abril de 2014

Heptágono (MARZO 2014)

Con tanta novedad y con las vacaciones de la semana temática de Jesucristo a la vuelta de la esquina por poco se me pasa esta entrada. Se que la tensión os comía por dentro. Y es que si no os traigo yo las siete mejores entradas del mes de marzo, ¿quién lo va a hacer?

¿Qué? ¿Cualquiera? Pues oye también es verdad. En todo caso yo voy a poner mi granito de arena para ayudaros a encontrar la aguja en el pajar (y nunca mejor dicho, ujum) de la red de redes. Como compensación, hoy son nueve las entradas que os recomiendo. Vamos allá.

- Arrancamos con una de cine. Creo que fue Chals el que nos recomendó durante una de las rondas de Por amor a la música el visionado de Velvet goldmine, esa ficción sobre el mundo del glam rock de los setenta. Pues bien, hace un par de semanas al fin le hice caso y lo cierto es que me encantó. Casualidades de la vida, a los pocos días me encontré con que la señorita Neon Furs, de Our Gods are dead, se marcaba una inspirada y muy cuidada reseña sobre la película.

- Mucho ha dado que hablar durante este último mes la compra de Oculus Rift (ese aparatejo de realidad virtual tan chulo) por parte de Facebook. Pero antes de que Zuckerberg desembolsara esta millonada, muchos fueron los acercamientos a la realidad virtual que se quedaron por el camino. Unas muy buenas. La mayoría muy malas. Nos lo contaba R. Márquez en VidaExtra.

- Una de las cosas que más me ha gustado siempre del plano universo creado por Terry Pratchett en sus novelas es ese lento devenir de los avances tecnológicos, que se suceden durante las distintas historias como si de un personaje más se tratara: siempre tiene un papel, aunque sea de reparto. Alkar, de Xataka, se ha tomado la molestia de relatar en este artículo y en este otro gran parte de esa evolución de la teconolgía en el Mundodisco.

- Seguro que habéis oído alguna vez algo así como que "tenemos unos actores de doblaje de primera categoría". Y es cierto. Fuera de que unos doblajes chirríen más que otros, está claro que la historia del cine en nuestro idioma (del foráneo, me refiero) no se entendería igual sin ellos. ¿Y si tenemos los mejores, por qué anuncian ahora una huelga? Lucía Ros de Blogdecine nos arroja algo luz sobre este asunto.

- En estos tiempos convulsos del "de lo que ves créete la mitad y de lo que no ves no te creas nada", cuando la información nos aplasta en ingentes cantidades y uno no debe fiarse ni de su propia sombra, el grado de democracia y libertad real de un país puede medirse fácilmente echando un vistazo a qué tipo de contenidos digitales están restringidos y/o prohibidos para sus habitantes. Manu Mateos nos dejaba en Genbeta esta infografía de Who is hosting this sobre censura en la red.

- Si hay un nombre de moda a día de hoy en el mundo del cine, ese es sin duda el de Matthew McConaughey (¿alguien sabe pronunciar esto bien a la primera?). Y no sólo en el cine. Su papel en la aclamada True detective (que tengo pendiente) ha terminado por dar carpetazo a una carrera llena de altibajos y que Merlin J. Gutherless analiza en Jot Down.

- Tengo la sensación de que Black Gallego, el autor más metalero de Hipersónica, se está convirtiendo poco a poco en mi nuevo líder espiritual. Y no sólo porque siempre es agradable leer buenas críticas sobre un trabajo que te gusta (aquí la del Lost forever // Lost together de Architects) sino porque gracias a sus pasionales y precisas reseñas me he hartado de esuchar una y otra vez el que, para un servidor, es el mejor disco del primer trimestre del año: The joy of motion, de Animals as leaders. No sé qué coño hacéis que todavía no lo estáis escuchando.

13 de abril de 2014

Histeria universal: By God, sir. I've lost my leg!


Saludos, estimado lector. Me agrada que hayáis decidido uniros a mí en este viaje que hoy comienza con una anécdota que ilustra la flema de que debe hacer gala todo caballero inglés, enmarcada en una de las batallas más trascendentales de la Historia.

Field Marshall Henry William Paget
Corría el año 1815. Le Petit Caporal, en un alarde de genio, ha conseguido escapar de su destierro y regresar a Francia. Desde su desembarco en Golfe-Juan con tan solo 600 hombres, Luis XVIII no deja de enviar regimientos en su captura solo para ver cómo uno tras otro desertan para unirse a su antiguo general. De esta forma, es un ejército de miles el que entra en París siguiendo a Napoleon. Los gronards de la Vieja Guardia se han negado a escoltar al rey en su huida, y Europa vuelve a temblar ante los gritos de ¡Vive l’empereur!

Y tiembla con razón. Una Séptima Coalición une a las potencias de primera y segunda clase y declara la guerra a Napoleon. No a Francia, sino a la persona de Napoleon. Sin embargo, el ejército prusiano aun está debilitado, el inglés, unido al del recién creado Reino Unido de los Países Bajos apenas alcanza el número de hombres acordado. Los de los imperios ruso y austriaco aun están demasiado lejos. Los españoles están tan diezmados y son tan indisciplinados que son elegantemente excluidos de la fiesta por miedo a que siembren el terror en Francia buscando justa venganza por los agravios pasados.

Napoleon lo tiene claro. Si las fuerzas de los aliados consiguen unirse no podrá hacerles frente, pero separadas son débiles. Ingleses y prusianos avanzan desde Bruselas, mientras que los austriacos se las ven con Murat y avanzan desde el sur, esperando reunirse con los rusos. Todos convergen en París.

El 18 de junio, tras sendas victorias en Ligny y Les Quatre Bras, y habiendo puesto en fuga las fuerzas prusianas del Generalfeldmarschall von Blücher, Napoleon enfrenta a Wellington en un cruce de caminos cerca del pueblo de Waterlô –que pasaría a conocerse como Waterloo al adaptarse su nombre a la pronunciación inglesa tras la batalla-. Las posibilidades de Wellington no son claras. Ha sido él quien ha elegido el campo de batalla tras un riguroso estudio del terreno. Su línea se encuentra parapetada tras una leve colina, protegida por las granjas fortificadas de Hougomont y La Haye Sainte. Sabe que sus fuerzas, pese a desplegarse en una magnífica posición defensiva, no pueden hacer frente al Armeé du Nord. Su única esperanza es resistir el tiempo suficiente hasta que llegue Blücher por el flanco derecho francés.

El primer atisbo de esperanza se da cuando Napoleon decide no atacar de forma inmediata a primera hora de la mañana. Serán siete horas las que pasen hasta que sus Belles Filles escupan los 3 cañonazos de rigor que declaran el comienzo de la batalla –era tradición que el atacante avisara con estos tres disparos iniciales, ante todo, eran caballeros-, pero a partir de entonces la batalla es terrible.

Nos ahorraremos, muy a mi pesar, los detalles de la batalla, de los que ya hablaremos en alguna otra ocasión. Baste decir que la infantería aliada, formada en cuadros, consiguió hacer frente a múltiples cargas de la caballería francesa hasta el punto de que ante la desesperada petición de más tropas para continuar los ataques del Maréchal Ney a Napoleon, este respondió con aquel famoso “¿Y de dónde quiere que las saque? ¿Quiere que las fabrique?”

Y aquí es donde entra en la historia nuestro bravo caballero inglés. Lord Henry Paget, Earl of Uxbridge. Al frente de la caballería inglesa en Waterloo, ya había demostrado su valía en España, y se había ganado su reputación como uno de los mejores comandantes de caballería de la época.

Al verse sobrepasado por las columnas francesas, Wellington manda a la caballería pesada de Uxbridge que protagoniza una de las mayores y más gloriosas cargas de caballería de la historia, consiguiendo desbaratar el ataque francés. Pero si los dragones ingleses eran conocidos por algo, era por su irresponsabilidad. Dejándose llevar por la situación, la caballería persigue al enemigo más allá de los límites de la sensatez, poniendo en peligro toda la batalla. Las unidades francesas se reagrupan y algunos regimientos de lanceros cargan contra los ingleses, siendo muchos masacrados. 

Por suerte, se salva la situación y en el flanco derecho francés ya se divisan claramente las fuerzas prusianas. La batalla se ha alargado demasiado. Napoleon se ha visto incapaz de romper el frente inglés, y ahora su flanco es amenazado. En el momento decisivo, decide jugar su última carta. Mientras se ve obligado a desviar un ala de su ejército para detener a Blücher, la Vieja Guardia ataca. Jamás le ha fallado, su Guardia Imperial está formada por los mejores hombres del Imperio, algunos llevan más de 15 años luchando a su lado, son una fuerza temible que solo utiliza en casos de extrema necesidad. Es su última fuerza de élite.

Mientras tanto, la línea de Wellington se prepara para hacer frente a la nueva embestida con todo lo que le queda, que no es mucho. Prácticamente todo su estado mayor ha sido herido o muerto. Solo él, que parece estar protegido por alguna fuerza superior, y Miguel de Álava –el comisionado español que a efectos prácticos ejercía de QMG, del que también hablaremos en otro momento- conservan intactos sus caballos y sus pellejos.

Sin embargo, la situación francesa es insostenible. Las columnas que cargan contra la línea inglesa ven cómo su flanco derecho está perdido y huyen. Incluso la Vieja Guardia, que jamás había sido derrotada, se retira manteniendo el orden y la disciplina al principio, y dejando caer sus armas al final. Los franceses huyen en desbandada, abandonando armas, munición, carros, e incluso la mayor parte de la artillería.

Wellington y su estado mayor tras la victoria
Ante ese panorama, Wellington avanza para reunirse con Blücher. El campo de batalla está sembrado de muertos y heridos agonizantes. Él cabalga junto con Álava y Uxbridge, y los pocos oficiales aun con vida, cuando el que según se dice fue el último disparo de la batalla resuena. Un cañón ha sido disparado mientras Wellington y Uxbridge charlaban, alcanzando la bala la pierna de este último.

- By God, sir, I’ve lost my leg! –exclama Uxbridge

- By God, sir, so you have! –replica Wellington

Y en efecto, su pierna tuvo que serle amputada. El hombre que se había distinguido en tantas valientes y arriesgadas cargas de caballería perdía la pierna con la mayor serenidad. Como aquel que, tomando el té, se percata de que una molesta mosca le está incomodando. 

También se dice que durante la amputación sonrió y dijo “He tenido una vida larga. He sido un galán estos cuarenta y siete años, y no sería justo para los jóvenes que lo siguiera siendo”, y que durante el procedimiento comentó que “ese cuchillo parece algo embotado”.

Ese “privilegio” de ser alcanzado por el último disparo de la mayor batalla de la época, le valió el reconocimiento y la guasa de sus congéneres. Se escribieron poemas en su honor –o en el de su pierna, para ser exactos-, y se le ofreció una pensión anual en compensación por su pérdida. Rechazó esta compensación, y se le atribuyen aquellas palabras de “¿Quién no perdería una pierna por tal victoria?”.

Pierna de Lord Uxbridge en el Household Cavalry Museum de Londres

10 de abril de 2014

Por amor a la música: Buzzcocks - All set

Comenzamos nueva ronda de Por amor a la música. Decía Forrest que se le estaban acabando las ideas... ¡No jodas tío, pregúntame a mí si necesitas! ¡Esto es como una droga, necesito mi dosis semanal! Por suerte aún le quedaba alguna y esta manga la cosa va de discográficas "mundanas". Nada de grandes sellos respaldados por multinacionales con intereses diversos. Hablamos de discográficas que se han hecho grandes a base de música, que parece que muchas veces se les olvida, y que han conseguido cierto renombre sin necesidad de astronómicas cifras. Además, y para complicar un poco la cosa, el anfitrión de cada semana debe elegir una banda de dicha discográfica que quedará vetada tanto para él como para el resto de participantes.

Arrancamos con el sello I.R.S., fundado por el señor Miles Copeland, hermanísimo del baquetas de The Police, y por la que pasó en su momento la flor y nada de la new wave y el post-punk así como numerosas bandas de reggae y ska, alguna rara avis como los thrashers Nuclear Assault y más recientemente, por ejemplo, Foxy Shazam publicaba esa bomba atómica con forma de disco llamada The church of Rock and Roll con el "ministerio de hacienda". La elección de Forrest ha sido el Bloodletting de Concrete Blonde y ha marcado en rojo a REM como banda prohibida.

La verdad es que casi todos los grupos que han estado en I.R.S. me llaman la atención, y eso que la new wave y un servidor no se llevan muy bien. Quizás por eso mi elección ha sido un poco menos moderna y, como decían la semana pasada Pupi y Nortwinds, aprovecho para saldar viejas deudas. Y con los Buzzcocks la tenía.

7 de abril de 2014

¿No sabes quién son...? Los Nastys | Porque las tetas y los porros son importantes

Soy guapo, soy guay, ¿porqué no crearme una identidad virtual así? Soy Guapo S. Guay, y vosotros no. Y voy a escribir críticas sobre de discos y grupos pequeños, independientes, que necesitan support, aquellos que jamás te plantearías escuchar hasta que un hamijo te los enseña, te gustan y ya no puedes dejar de escuchar. Como reza mi descripción, antes era un emo rompebragas, ahora soy un hipster rompetímpanos, por seguir con la analorgia. Podéis esperar los grupos más raros y chulos de esta nuestra nación sacados directamente de Hipersónica las salas de conciertos.


La primera vez que me encontré con Los Nastys fue a través de su canción “Jägermeister”. Una canción rápida, que no llega al minuto y medio, en la que no deja espacio para muchos añadidos, básica, que va directa al granoLos Nastys pertenecen a la nueva ola del garage español, ese conjunto de grupos que hacen música potente perfecta para estar de fiesta. Su EP Me lo encontré así apenas llega a los 20 minutos, está lleno de melodías etílicas pegadizas y riffs fiesteros.

5 de abril de 2014

Éramos pocos...


...y parió la abuela. Bueno, realmente no es que fuéramos pocos. Es que era yo sólo. Pero eso va a cambiar dentro de muy poco.

Desde que Alex decidió abandonarme (cabrón, te odio, hideputa) hace más de un año, he perdido la cuenta de las veces que me he prometido a mí mismo dedicarle un poco más de tiempo a este espacio. Pero nada, que no lo consigo. Últimamente solo acudo a aquellas citas ineludibles con mis secciones habituales. Y me he cansado. Me he cansado de que un blog con el lema de "música de modernos y otras cosas no tan modernas" tenga poco de lo uno y menos de lo otro.

Es por eso que, durante estas últimas semanas, he ido coaccionando y camelando a varias personas de mi entorno para que me ayuden. La idea es transformar nuestras habituales charlas de café y cigarro después de comer en algo más tangible. Recrear ese pequeño universo donde tienen cabida todos y cada uno de los palos culturales de este mundo que avanza cada vez más rápido y plasmarlo en unas cuantas líneas.

Así que, sin más preámbulos, paso a presentaros a los nuevos miembros del equipo de Vinny, vidi, vici:

- Barón Von Scrich: aunque no nació en Königsberg sino en Zaragoza, el sueño de este aristócrata del siglo de oro atrapado en el cuerpo de un informático no es otro que pasearse con un monóculo y un bigotón mirando a la plebe con altanería. Mientras tanto, se entretendrá contándonos batallitas anécdotas históricas.

- Guapo S. Guay: en un tiempo pretérito fue un emo rompebragas pero ahora se ha reciclado en gafapasta de los buenos. ¿Sabéis ese grupo que toca este fin de semana en el bar de la esquina de vuestra calle? Él lo ha oído. Toda la discografía disponible. Dos veces. Y le encanta.

- Don Pedro: su conocimiento literario sólo es comparable con su excelente criterio cinematográfico. Le pregunté de qué le apetecía más hablar y eligió el cine. Así que él será el encargado de recomendar, comentar y destripar sin ningún pudor las obras más importantes del séptimo arte.

Ellos tratarán de rellenar esos huecos tan elocuentes que pueblan el blog. Espero los recibáis con el mismo cariño con el que me tratáis a mí. Y por supuesto, que disfrutéis con todo lo que tienen que contarnos.

PD: Hablando de Alex y por si alguno no lo sabíais, podéis seguir sus nuevas aventuras en compañía de la señorita Neon Furs en el blog Our Gods Are Dead.

PD2: Aunque esto no es estrictamente un Le temàzo, puesto que hoy se cumplen 20 años de la muerte de Kurt Cobain (y 12 de la de Layne Staley, que parece que nadie se acuerda), aprovecho para dejar una de mis canciones favoritas de Nirvana... Tourette's.

4 de abril de 2014

Por amor a la música: Manic Street Preachers - The Holy Bible

Ponemos punto y final a esta siniestra ronda de Por amor a la música. Y que mejor que hacerlo con un poquito de intriga. Esta semana se hospedaba en el Motel Bourbon el mismísimo Johnny Thunders acompañado de sus Heartbreakers, y Norty, dueño del cotarro, nos deleitaba con la frenética y sucia biografía y final del músico neoyorquino. Así que ahora es nuestro turno de hablar de otros artistas que murieran, como se dice habitualmente, en extrañas circunstancias.

Un par de nombres revolotearon casi al instante por mi cabeza. Pero no, me dije, prefiero no hacerlo. Porque de ambos se han escrito numerosos artículos pero del primero me he ido desenganchando poco a poco y del segundo, qué queréis que os diga, que por mucho que la gente diga, a mí me sigue sin gustar la mayoría de su música. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Así que hice un pequeño esfuerzo y traté de recordar... Y la cara de Richey Edwards se dibujó en alguna parte de mi lóbulo frontal (o el occipital, no sé, no soy neurólogo). El que fuera guitarra, letrista y alma artística de los Manic Street Preachers fue declarado "oficialmente muerto" allá por 2008, tras cumplirse los diez años que establece la ley británica para hacer lo dicho con un desaparecido. Vale, estoy en la frontera. Pero como veo que no he sido el único, pues ya me quedo más tranquilo.

1 de abril de 2014

Sangre fresca: Nach - Los viajes inmóviles / Rapsusklei & The Flow Fanatics - Reality flow


Vuelve la sección favorita de todos esos que, como un servidor, no podemos dejar de escuchar música y estamos siempre ojo a vizor a todo lo nuevo. Y vuelve a ritmo de hip hop. Aunque no hip hop al uso. Eso sería demasiado fácil. Vuelve con dos discos de hip hop en los que, y perdónenme los puristas, lo mejor no son las palabras sino los pentagramas.

Un disco de Nach siempre tiene cabida en mis elecciones. Da igual que sea, como afirma el propio artista, "un alto en el camino". Es cierto que Los viajes inmóviles es eso, un pequeño descanso en el proceso habitual de composición del MC alicantino, el fruto de la inspiración surgida durante sus aventuras en por Latinoamérica y España en las giras de estos años pasados. Un disco distinto pero a la vez similar. Un disco que mantiene la pura esencia de Nach llevándola un paso más allá.

Moisés P. Sánchez, colaborador habitual en los últimos trabajos (y del que hablé aquí hace unos meses) toma las riendas de la producción y le regala a su querido Nach trece instrumentales cargadas de maravilloso jazz y melodías emotivas. Para ello se acompaña de Borja Barrueta (batería), Toño Miguel (contrabajo), Javier Paxariño (saxo), Enriquito (trompeta) y Ara Malikian (violín) entre otros. Cada melodía cuenta con el omnipresente piano de Sánchez y sus magníficos arreglos, convirtiendo cada una de estos cortes una pequeña historia en si misma.

Y son estas breves historias musicales las que Nach utiliza como campo de juego, como lienzo para pintar lo que su corazón le dicte, influenciado por el llamado "slam" (competiciones de poesía en directo para los alérgicos como yo a esta manía de anglificar sin motivo). Pero no termina de ser creíble.

Es cierto que en momentos puntuales las estructuras sorprenden, pero tantos años de rapear sobre ritmos acaban dejando alguna que otra manía. Más que recitar, más que declamar una historia, más que vomitar sus miserias, da la sensación de que Nach escucha de fondo un metrónomo que para nosotros pasa totalmente desapercibido. La intención es lo que cuenta, pero la sensación que le deja a uno en el cuerpo es de cierta artificialidad en el concepto. Tampoco ayudan la duración de los temas. Menos minutos por canción habrían acentuado la actitud de "aquí te pillo, aquí te mato", esa inmediatez y esa inventiva que según Nach dan sentido al trabajo.

Highlights:

- El jazz juguetón de Lo imposible y La calle es un zooilógico.

- La inquietante y a la vez preciosa melodía sobre la que la voz quebrada de Pablo Guerrero se desangra en Tiempo, dame tiempo.

- Ara Malikian en Lo estoy intentando.

- La guitarra que grita desesperada en ¿Qué soy? Boh, los pelos como escarpias.

- El talento de Asier Exteandía a la hora de recitar (cómo se nota cuando uno está acostumbrado a los teatros), lo que se le pega a Nach y las subidas y bajadas de la caótica Tercer mundo. El mejor tema, sin ninguna duda. 


Otro que vuelve a la palestra es el zaragozano Rapsusklei. Cuatro años han pasado desde aquel Pandemia (aunque por el camino él sigue a su rollo con sus maquetas y sus movidas) que dejó a su público de siempre con cara de tontos. Un disco que para algunos sonaba demasiado introvertido y para otros demasiado bien producido. Ha perdido la esencia, decían. Y razón no les faltaba.

Cuando me enteré que salía de gira con una banda en directo recuerdo que pensé, "otro que se sube al carro". No es que me moleste, es más, me encanta esta moda, pero joder, que lo hagan todos a la vez... En fin, que yo pensaba que los Flow Fanatics iban a ser un poco como la Jazz Magnetism que acompaña a Kase O. (y que en algunos casos molestan más que ayudar) pero lo que me he encontrado es con una razón de peso (pero de peso cachalote ¿eh?) para pegarle una escucha detrás de otra a Reality flow.

The Flow Fanatics son Arecio Smith al teclado, Juan Pablo Balcázar al bajo, Antonio Torres Vega en las baquetas y Toni Mena a la guitarra. Rock, reggae, dancehall, soul, blues, funk, jazz... Nada se le resiste a estos cuatro monstruos que componen pepinos como quien se rasca la nuca.

En cuanto a Rapsusklei... Bueno, todos los que lo conozcáis sabéis de qué pie cojea. O te gusta mucho o no puedes soportarlo. A mí depende de qué ratos. Se mantiene ese equilibrio que había en el trabajo anterior, con temas más sentimentaloides y otros directos a la yugular. Pero parece que la presencia de la banda invita al Niño de la Selva a dejarse llevar y las canciones terminan sonando más redondas y menos impostadas y la inercia acaba por llevarte a ti también. Vamos, que me quedo corto si digo que los Flow Fanatics son lo mejor que le ha pasado a este MC desde hace varios años.

Highlights:

- Intro-vertido. Arranque sublime, incluido el sampler del ajedrez de The Wire.

- Uso ponderado de los scratches, que son esencia del hip hop a pesar de que parece que algunos se han olvidado de ellos.

- Furia contra las máquinas en Reality flow.

- El alma que se dejan Mr. Wilson y Wöyza en sus colaboraciones.

- Dub mutando en hard rock. Está pasando. We are the future.

- Tote King en 1, 2, 3. Insisto, TOTE KING.

- Si agarro el block, fuego into my body.

- La épica despedida de De vuelta (cuando escribo).