27 de mayo de 2011

Anti todo | El colmo del punk

Todos somos un poco nazis en el fondo, pero no queremos reconocerlo.
Iosu, líder de Eskorbuto al ser preguntado por una esvástica que siempre llevaba en la solapa de la cazadora.

Muchos de vosotros os preguntaréis por qué coño me ha dado por hablar sobre Eskorbuto. La razón es muy sencilla: porque me da la gana.
Groserías a parte, hace tiempo que quería comentar algo sobre el que para mí ha sido y será siempre (con permiso de los Lendakaris Muertos, que vienen pisando muy fuerte) el mejor grupo de punk que ha salido de este país. Y hablo de punk de verdad. De ese sonido sucio, simplón, cansino y a veces aburrido. De esas voces crudas que apenas entonan, escupiendo frases en apariencia estúpidas, pero que en más de una ocasión esconden verdades como puños. Y así eran Eskorbuto, un trío formado por Iosu, Paco y Juanma en 1982, tres jóvenes de Santurce, que, enamorados del movimiento punk que durante la época anterior se había gestado en tierras inglesas, decidieron comprarse unos instrumentos y hacer música. Bueno, lo intentaron.


Cuando se dirigían a llevarle su primera maqueta a Sardi, personaje de la movida madrileña que se interesó por ellos, tuvieron la mala suerte de ser detenidos por la policía al pasar por delante de una comisaría. A día de hoy nos resulta extraña, pero tened en cuanta que tres punkarras de Vizcaya en la España post-franquista eran carne de calabozo. Y, para que vamos a mentir, el llevar una maqueta con canciones como ETA, La calavera del rey o Maldito país España no les ayudó mucho y finalmente, la justicia les aplicó la ley antiterrorista.

Durante su estancia en la cárcel, la mayor parte de los grupos abertxales (y los grupos musicales que les apoyaban, algunos de los cuales habían compartido escenario con los chicos de Santurce) giraron la cabeza hacia otro lado y dejaron a Eskorbuto en la estacada. Iosu y los suyos nunca se lo perdonarían, llegando a dedicarles una preciosa canción llamada A la mierda el País Vasco.

Yonquis antes que personas, Eskorbuto como banda y Iosu como líder, tienen algunas de las anécdotas y citas más increíbles que he escuchado nunca. Por poner un ejemplo, la banda fue sorprendida durante un concierto de Tijuana in Blue mientras intentaban robarles un amplificador. Otros que sufrieron las tendencias cleptómanas de los Eskorbuto fueron La Polla Récords, que casi se quedan sin una de sus guitarras. En una ocasión, Iosu llegó a pasarse todo el viaje en tren desde Bilbao a Madrid (casi siete horas de viaje por aquel entonces) escondido debajo de un asiento para no pagar el billete (Juanma no pagaba por tener un padre ferroviario y Paco finalmente acabó pagando una multa por no tener tampoco billete). También fueron los responsables de la ya mítica recogida de firmas (con publicidad electoral en los espacios de RTVE includida) para constituir a Eskorbuto como partido político, bajo el lema "Ya no quedan más cojones, Eskorbuto a las elecciones". Como podéis ver, punkis hasta la médula.


Anti todo está considerado no sólo el mejor disco de la banda sino uno de los mejores, sino el mejor, de la historia del punk en España y me atrevería a decir que del mundo. Porque como ya he dicho antes, Eskorbuto son verdadero punk, no sólo en lo musical, sino en sus mensajes.
Nunca se alinearon con ninguna ideología política, tirándole a la yugular a todos los tontos que había (y habrá) en España en aquel momento. Repartían leña como nadie y sobretodo, pasaron del rollo de comerle la polla a los nacionalistas vascos, a diferencia de nuestro amigo Evaristo, que bien podría ahogarse en su propio vómito de una maldita vez y dejar de torturarnos con su voz de castrati con resaca, y otros tantos subnormales que se escondían debajo de las faldas de cierta banda terrorista señalando a los "fascistas" con el dedo y sin salir de su tierra.

Y allá vamos. El riff sucio, denso y jodidamente punk de Historia triste nos recibe con los brazos abiertos. Lo primero que te das cuenta es que Eskorbuto no son los Sex Pistols. ¿Por qué? Pues porque Juanma se defiende con el bajo. Quizás el tema más mítico de la banda, con su estribillo con coros de borracho y su letra sencilla. A Alex siempre le ha hecho mucha gracia. Pero yo, que soy un filósofo, como Guardiola, y un pedante, como Mourinho (¿o era al revés?), me gusta pensar que esa frase contiene mucha más miga de la que a simple vista se ve. Historia triste, historia histórica, historia final. Un amargo canto a la vida y a la sociedad, que lo queramos o no, y está históricamente demostrado, no deja de ser eso, una historia triste.


De ti depende sube las revoluciones y no es más que una incitación a la gente a que si quiere cambiar las cosas, lo que tiene que hacer es moverse. Es un crimen se caga en la madre que parió a todo el mundo: gobiernos, oposiciones, patronales, sindicatos... Vamos, lo que viene siendo en esos que presumen de luchar por nosotros mientras se llenan los bolsillos de dinero y después, cuando las cosas salen mal, si te he visto no me acuerdo. La frase Cuanto plomo malgastado en cuerpos innecesarios hace referencia al clima de violencia que se vivía en la sociedad vasca por aquella época y de la que Eskorbuto era más que consciente.
Mata la música disco es una puta paranoia. Sobre una línea de bajo que personalmente me fascina, los Eskorbuto se dedican a repetir una y otra vez eso, mata la música disco, y a hacer ruidos extraños. Supongo que estarían hasta los cojones de la música disco.
Un, dos, ¡tralla! Anti todo te escupe en la cara, te pega dos ostias y empuja a odiar al mundo y a todas las personas que hay en él. No hay amigos ni enemigos, lucha necia. Iosu se saca de la manga, sin ser un virtuoso ni saber él lo que es nada de eso, unos segundos de guitarra realmente geniales.


Puyita para los alegres muchachos de Herri Batasuna con ese Haciendo bobadas de apenas un minuto de duración, pero en el que sobran las explicaciones. No lo entiendo, siempre están igual: haciendo bobadas. Cuidado tema clasicote, con ese aroma a rockabilly que desprende el punk cuando baja el ritmo. Un aviso a todos los que los acusaban de haberse vendido por, precisamente, no ser amigos de nadie. La envidia, que es muy mala. Tamara es la canción más larga del disco y sirve para que Iosu cree una historia sórdida y a la vez divertida, sobre una octogenaria que le pedía besos en la boca y se reencuentra con ella unos años después y la mata. Riff sencillo pero con encanto y a destacar la cantidad de tonterías que pueden llegar a hacer durante el tema, con especial mención a los incongruentes murmullos seniles de Iosu.

El momento beso al aire, no tiene desperdicio.

El pasado ya ha pasado y por él nada que hacer, el presente es un fracaso y el futuro no se ve. Cerebros destruidos es el mayor exponente de ese pesimismo que rezuma Anti todo, con esa perspectiva nihilista y misántropa de que la raza humana es un fracaso y no hay mucho que hacer. Hay que comprender que si bien a día de hoy el conocido como estado del bienestar es una regla general (que como toda regla tiene sus excepciones) en este país, la España de de los ochenta (y en especial el País Vasco) fue una época muy negra para las clases menos pudientes, fruto de la reconversión industrial, la crisis social y laboral que sufría su generación y el clima de violencia que se respiraba, con las bandas armadas luchando por ver quién tenía el nabo más grande y los cuerpos del estado tratando de frenar dicha espiral con métodos en muchas ocasiones desafortunados.

Ha llegado el momento (el fin) cierra el disco y lo hace con un mensaje oscuro: en cualquier momento, y sin ser el culpable nadie en particular, llegará la destrucción. Este miedo responde a la amenaza de Guerra Nuclear que se palpaba entre las dos grandes potencias mundiales, EEUU y la URSS, sumidos en plena guerra fría.

Me despido con una frase de Iosu que personalmente me encanta, y creo que resume a la perfección el espírtú de Eskorbuto: El rock no tiene patria, ni siquiera la vasca.

Un abrazo, pandilla de lamegrifos. Que os den.

22 de mayo de 2011

Billy Talent III


Hoy puedo afirmar, y creo que por primera vez en mi vida, que me siento orgulloso de la juventud española. Obviamente no de toda, eso está claro. Esto es como cuando digo que los gabachos son imbéciles, pues por supuesto no creo que el 100% de la población del país vecino tenga el coeficiente intelectual de un babuino borracho. Pero vamos, que me siento orgulloso de esos miles de jóvenes que se han sacado el rabo, lo han puesto sobre la mesa, y han gritado que hasta aquí podíamos llegar. Que estamos hasta los mismísimos cojones de tragarnos toda la mierda que nos escupen desde los pedestales del poder.
Al fin hemos (uso el plural mayestático a pesar de que la cercanía de mis exámenes me ha impedido participar de las protestas como me a mí me habría gustado) dinamitado ese maldito estereotipo de la generación ni-ni que los medios, esos "profesionales" cuya idea de acercarse a la juventud es publicitar a bombo y platillo una bazofia como Mentiras y gordas (cuyo guión debería considerarse razón suficiente para que Ángeles González-Sinde, la amiga de los internautas, dejase su sillón de Ministra de Cultura) han intentado vendernos.
No, damas y caballeros. La juventud, aunque si es verdad que en su mayoría son unos cafres, tiene las cosas claras. Sabemos lo que queremos y lo que no. Y no queremos una maldita democracia, por llamarlo de alguna manera, en la que dos grupos de sectarios se reparten el pastel. El pucherazo pasó de moda, y al igual que no hemos permitido que las hombreras regresen a nuestro vestuario habitual, no vamos a permitir esta broma de mal gusto.
Que sí, que los resultados no nos van a acompañar. Pero eso estaba claro. No creo que ninguno de los que está acampado pensase siquiera por un momento que las cosas iban a cambiar de la noche a la mañana, y mucho menos en un país en el que el dogmatismo está a la orden del día. Lo importante es que, antes o después, algo ha comenzado. Y por eso me siento orgulloso.

Del mismo modo, hace cosa de un mes, Alex y yo charlábamos sobre la crisis cultural que nos inunda desde principios de milenio. Hemos llegado a un punto en el que, ahora voy a centrarme en la música, todo suena a lo de siempre y las ganas de intentar ya no innovar, sino sacudir los cimientos de la música como ya hicieran en su época Rolling Stones, Led Zeppelin, Black Sabbath o Nirvana.

No obstante, y por suerte, de vez en cuando aparece algún grupo que, si bien puede que no haya supuesto una revolución, al menos no peca de ser una copia mala de una copia aún peor.

Billy Talent, canadienses hasta la médula y poseedores de la más variopinta colección de apellidos que he visto en mi vida, son, desde mi humilde punto de vista, uno de esos grupos.
Aaron Solowoniuk, Jonathan Gallant (el único con un nombre medianamente normal), Benjamin Kowalevicz e Ian D'sa, acompañado de su indispensable tupé.

Tras un disco debut homónimo y un segundo trabajo con el título Billy Talent II, publicaron, en un alarde de originalidad, Billy Talent III, siguiendo la estela de otro grupo con desbordante imaginación para nombrar sus primeros trabajos como lo fueron Led Zeppelin.

17 de mayo de 2011

Imaginations from the other side


Visto el exitazo de mi última entrada, vuelvo a los discos, a ver si tengo más suerte.

Todos tenemos un grupo, una canción, un disco, que recordamos con cariño, pues echando la vista atrás, te das cuenta de que gracias a ese grupo, canción o disco, decidiste que lo tuyo no era tragarte toda la mierda que ponen en Los 40 Principales. Que lo tuyo es el rock, en cualquiera de sus extensas variantes.

En mi caso, fueron Linkin Park, como ya os comenté en la entrada de su último disco. Pero no fueron sólo ellos. Junto al Meteora de los californianos, tuve la suerte de que uno de mis amigos me prestase el directo de Blind Guardian. Y si bien a los primeros ya los había oído, y hacía tiempo que tarareaba y disfrutaba de sus canciones, mis conocimientos sobre los germanos y sobre el power metal en general eran nulos.

Pero joder, fue amor a primera vista.

Así que ahí tenéis a los otros culpables. Tras esta especie de máscara de modernete que tengo, late un corazón jevi de los de pelanas largas, camisetas negras y muñequeras de pinchos. Soy un maldito bipolar.

Dentro del power metal (o el epic metal, o el happy metal, o como os salga de las narices llamarlo) estaremos todos de acuerdo en que no hay nadie como los Helloween. Ni antes, ni ahora. Mira que Deris me gusta poco, pero no he visto a nadie envejecer con tantas ganas. Luego está Gamma Ray, que, os seré sincero, no me convencen mucho, pero porque pienso que Kai Hansen, que como guitarrista y compositor deberíamos todos chuparle los genitales, tiene una voz cuanto menos... poco resultona. Dejando a un lado a los Rhapsody... of Fire que nunca entenderé el éxito que tienen y a otros grandes, o no, exponentes del género como Hammerfall, Kamelot, Sonata Arctica o Stratovarius, Blind Guardian  puede presumir de ser uno de los grupos más vendidos y alabados.

Las féminas estarán chapoteando en su propio flujo con esta foto. Lo sé. Me lo dice mi instinto.

Imaginations from the other side fue el último escalón antes de que Nightfall in the Middle Earth los encumbrase entre aficionados al metal y lectores de El señor de los anillos, y a mí, me gusta muchísimo más que su predecesor.

En líneas generales, el disco presenta el estilo habitual de Blind Guardian. Ritmos frenéticos, riffs neoclásicos y épicos, estribillos pegadizos y las ya habituales referencias a la literatura fantástica en la mayoría de sus letras. Aunque no se trata de un álbum conceptual, el disco se sustenta sobre la historia de un muchacho que pierde sus sueños y que, atrapado en la cruel realidad y privado de sus anhelos, lucha por recuperarlos.

Y así arranca el disco, con el tema homónimo al disco, Imaginations from the other side, que a golpe de campana nos transporta a un tema oscuro y potente, con un estribillo increíble, en el que Hansi Kusch demuestra su poderío vocal, así como su personalidad (aunque últimamente esté más cascado, pero los años no pasan en balde). Un auténtico himno que no envejece.

Con Thomen Stauch cabalgando sobre el doble bombo, como un auténtico thrasher, sólo interrumpido por una genial guitarra acústica, I'm alive es carne de pogo de principio a final, ayudado por un puente algo más relajado que nos ayuda a alcanzar el brutal estribillo con la energía suficiente. A past and future secret es una de esas pequeñas maravillas en formato acústico que los germanos están acostumbrados a regalarnos. Una melodía con sabor renacentista que nos transporta a tiempos lejanos.

Una pesada línea de bajo nos trae The script from my requiem, otro tema trallero y épico, con otro estribillo de esos de cantar a grito pelado. Más de lo mismo, sí, pero ¿y lo que mola?  Mordred's song abre con un genial pasaje acústico hasta explotar en un tema más denso de lo habitual, que va acelerando poco a poco.

El siguiente tema es Born in a mourning hall, una auténtica estampida de guitarras afiladas y redobles de bombo, que sólo baja revoluciones en el estribillo, algo soso para mi gusto, pero que casi instantáneamente remonta el vuelo con la misma fuerza. Muy destacable la labor de André Olbrich y Marcus Siepen a las guitarras, que se salen de las gráficas.

Bright eyes es probablemente mi tema favorito ya no sólo del disco, sino de la banda. Su inicio acuoso y casi mágico, su ritmo machacón, su riff endiabladamente pegadizo y por supuesto, un estribillo que me hincha los pulmones con ganas de cantarlo hasta quedarme sin aliento.


En este tema se ahonda en la eterna lucha entre el mundo real y nuestra imaginación. De cómo las personas huimos de la realidad, refugiándonos en nuestros pensamientos y nuestros recuerdos, en muchas ocasiones creando nuestras propias realidades en las que nada puede dañarnos y somos realmente felices. Por supuesto, hablo de esto como algo pasajero y terapéutico, entendedme, yo mismo, en épocas en las que el estrés me puede, dejo volar mi imaginación para abstraerme de aquello que me preocupa, aunque sea sólo durante unos minutos. Es realmente gratificante y realmente creo que ayuda a recuperar lo que necesitamos para afrontar nuestros retos y complicaciones diarias. Pero de ahí a abstraerse por completo y confundir la realidad con lo que nuestra mente proyecta, hay un mundo. Y en estos casos puede ser contraproducente, pues el regreso al mundo real supone un mazazo considerable.

Con un arranque digno del mismísimo Kill'em all y una guitarra intermitente y terrible, Another holy war es uno de esos temas que sin ser muy conocidos, son jodidamente buenos. Un estribillo cargado de fuerza y una línea instrumental trallera.


Y llegamos al final. And the story ends, y nunca mejor dicho. Buen tema para cerrar el disco, ya que resume a la perfección la tónica de este trabajo. Sobresaliente para el estribillo, épico a más no poder, y perfecto para dejarnos buen sabor de boca.

Como tema bonus, la banda versionó la ya de por sí genial The wizard the Uriah Heep. Aunque no difiere mucho de la original, la diferencia de medios entre 1996 y 1972 hace de este tema una reinterpretación magnífica, llenando de fuerza los pocos huecos que podía dejar el tema de los ingleses.

Hasta aquí Imaginations from the other side. Volviendo a mi reflexión de antes, os recomiendo encarecidamente (aunque no creo que os descubra América) que si os sentís muy superados por algo, probéis a desconectar haciendo un poco de turismo por vuestra imaginación. Y si no sois muy imaginativos o simplemente os toca la polla poneros a profundizar en vuestro yo interior cogeos un libro, una película, un videojuego o un disco para ver si así se os despierta el subconsciente.

Y ahora me voy, que dice mi mamá que tengo que llevarle una cestita de merienda a la abuelita. Que también manda huevos que tengamos a la yaya viviendo en medio del bosque...

Que os den, y un abrazo. Cuidaos.

15 de mayo de 2011

Blackbird


No me gusta escribir por encargo, pues lo considero como un atentado a mi fecunda y prolífica libertad creativa como escritor, pero hoy pienso hacer una excepción, porque el futuro destinatario de esta actualización se lo merece con creces. Hablar hoy estrictamente de amistad puede ser en algunos casos una quimera, o una odisea, más en los tiempos que nos toca vivir sobre todo a la gente joven, ya que muchos hemos tenido problemas alguna que otra vez para acercarnos a las personas y seguramente quizás volvamos a tenerlos, pues aunque el hombre es un animal condenado a entenderse con sus semejantes, la teoría es muy difícil llevarla a la práctica. ¿Que es la amistad hoy día?, la amistad se supone que es una relación entre dos personas donde reciben una serie de contraprestaciones sin pedir nada a cambio. Un amigo ha de estar en los momentos buenos y en los momentos malos, porque es ahí donde reside el verdadero valor de la amistad, en el hecho de saber llorar y reír juntos, en saber ser solidarios con las desgracias y el abatimiento de tu semejante. Sé que lo que digo puede sonar a tópico, pero estoy totalmente seguro de que las personas que se jactan de estar rodeados de multitud de personas, son las que luego más solas están, al igual que hay mucha gente que cree estar sola, cuando en realidad la felicidad o las personas que nos llenan están más cerca de lo que creemos, muchas veces lo esencial, lo que verdaderamente importa, escapa a nuestra vista, el hombre tiende a ignorar o destruir lo que verdaderamente importa, es esa la realidad de los seres humanos. Vinny Gonzo y yo afortunadamente hemos encontrado en Valentin -P3K3- la perfecta definición de amistad, y precisamente es a él a quien va dirigido todo esto. En realidad siempre hemos sabido que era un buen amigo, que ahí íbamos a tener una persona para toda la vida, nunca hemos dudado ni dudaremos de su enorme capacidad para entender a las personas o al menos intentarlo, del enorme fondo humano que tiene. No sabéis cómo reconforta tener una persona así a tu lado y poder estar escribiendo esto en tu blog.

Valentin es la bondad personificada, tiene una enorme capacidad para hacer de psicólogo, es en realidad como nuestro pequeño gran padre, el hermano mayor en el que alguna vez te fijas y lo asimilas como el modelo a seguir tuyo, él es esa persona que te mira a los ojos cuando te habla con el corazón, y aún más cuando eres tú el que le está comentando un problema, una alegría, una tristeza, porque él sí sabe llorar y reír contigo, sabe cuando dar la razón y cuando reprenderte, aunque muchas veces no estemos de acuerdo con él, y tengamos aficiones o gustos distintos, pocas personas como Valentin nos llenan más a Vinny y a mi que él. También cumple con la función que creo yo que ha de cumplir también una persona a la que quieres; el hecho de poder olvidarte por un mundo en el mundo virtual y alejado de realidad que hemos construido, en la tele que uno tiene que ver, en esos políticos que te estafan ideologicamente y juegan con la palabra futuro cada dos por tres, en la cantidad de rencor y odio acumulado que reside muchas veces en las vidas de nuestras personas, y en la que quizás, muchos hayamos ayudado a moldear. También sé que muchas veces nos hemos sentido todos como un peón desorientado, pero luego vas indagando y te encuentras con otro peón que puede estar igual que tú, conforme vas hablando con él te das cuenta de lo mucho que tenéis en común, de la cantidad de mundos ricos por compartir como puede ser por ejemplo los propios miedos, los éxitos y los fracasos, que al final son los que definen e impregnan de luz o de tinieblas una vida. Valen es uno de esos peones que hemos encontrado, no sabes lo que nos alegramos de tenerte en nuestras vidas, amigo, si no existieras, habría que inventarte, eso seguro, porque sé que yo lucharé por ti, y tú lucharás por mí, por nosotros. Es de las pocas cosas que puedo asegurar a ciencia cierta.

Afortunadamente tiene una mujer que le quiere, amigos que le confiarían un secreto, tiene y tendrá momentos preciosos, de júbilo, momentos más oscuros, de incertidumbre, de fracaso, tendrá hijos y nietos, sus hijos y nuestros hijos serán amigos, seguramente, porque este deseo es de los dos, de dos personas que te quieren mucho. Se equivoca y acierta mil veces, da igual, no es perfecto, tampoco aspira a serlo y tampoco queremos lo que sea, es en las propias imperfecciones donde realmente reside el inmenso valor humano de las personas. Hay cosas que sabemos y que tú no sabes, y cosas que tú conoces por completo, Valen, y daríamos lo que fuera, y sabemos que tú también darías lo que fuera por poder mostrárselo a dos grandes amigos tuyos, como Vinny y yo, y que nos sirviera a los tres de algo, que nos pudiera ahorrar una mínima parte del dolor, del error, de la soledad, de los muchos finales inevitables que tarde o temprano, en mayor o menor medida, a todos nos guardan agazapados en el camino. La amistad es el fruto de una memoria en común, depositaria de los buenos y los malos momentos de las relaciones entre seres humanos, porque una relación, sea del tipo que sea, sin buenos y malos momentos no tiene razón de ser, pero quedémonos siempre con lo bueno. De eso se trata, ¿no?. Seguramente, su novia Nati y buena amiga nuestra, esté leyendo con él esto, o a lo mejor no, y lo toma como el delirio de un jodido carca, y nos manda a tomar por culo mientras hace otras cosas, pero creo que sería injusto no mencionarla a ella también, porque ha sido y es una buena amiga, tensiones han habido, por supuesto, pero todo lo malo desaparece y todo lo bueno siempre ha de permanecer. Mientras escribo esto me pongo a pensar en la bonita historia de amor entre ellos, en la que, desde su gestación y formación fui testigo directo, una historia a priori complicada, pues 400 km les separan -ella es de Málaga, que no lo había dicho-, obstaculiza, y muchas veces no es fácil hacerse a la idea de que la persona a la que quieres esté tan lejos, por eso, si alguna vez alguien dudó de su capacidad para quererse y llevar esto, que no les quepa ya ninguna duda. Alabando la labor que los dos hacen, acordándome especialmente de ese Valentin que llegado el momento siempre mantuvo la esperanza en sus posibilidades, sin abandonarse a la resignación, a la impotencia o a al atroz fracaso que muchos hombres sentimos cuando nos enfrentamos al enigma irracional de la carne femenina. Por eso colega, levantaré mi copa, por ti y por ella, por vosotros, por esa felicidad que creo que os merecéis. Por esos 23 años que espero que sean muchos más, y que estemos los que te queremos para verlo.


Como hoy es el día de Valen, vamos a hablar de un disco y de un grupo que sé que le encanta: Blackbird, de los enormes Alter Bridge, una de las bandas con más proyección y talento actualmente. Surgidos de las cenizas de los multiventas y multiplatinos Creed, reclutaron al gran Myles Kennedy a las voces, moldeando así un proyecto musical que poco tendría que ver con la banda anterior, mucho más comercial y asequible, aquí todos iban a sacar la mala leche que llevaban dentro. Tras el estupendo debut que supuso One Day Remains, que enseguida puso en la punta del iceberg al grupo, en parte por los hits Metalingus, In Loving Memory y Open Your Eyes, que inmediatamente coparon las listas de grandes éxitos norteamericana. En el 2007 salió su segundo álbum, en el que demuestran que lo del primer disco no era casualidad, que allí había ganas de hacer las cosas bien y un excelente cuarteto de grandes músicos, no sólo los chicos que hacían rock facilón para nenas, como eran Creed. Ties That Blind demuestra maneras y potencia desde el principio, con Mark Tremonti atacando feroz con la guitarra y un Myles que literalmente se sale en la voz, y es que a opinión del aquí firmante, es la mejor voz de la actualidad, lo demuestra en cada canción, y con Slash siempre. Come To Life ya es menos frenética, acercándose más a su primer disco, Myles distorsiona aquí un poco la voz, añadiendo matices a su actuación y la canción, que explota en el sensacional solo con "wah wah" de Tremonti, dejando claro las evidentes influencias ochenteras a la hora de tocar. Buried Alive tiene una sección rítmica muy cuidada, especialmente melódica por el acompañamiento de guitarra rítmica que eficientemente hace Kennedy, sin obviar, por supuesto a los demás integrantes, Alter Bridge es ante todo un grupo solidario donde en menor o mayor medida todos destacan. La letra es especialmente buena, ahondando en las depresiones y miedos del hombre de forma estoica, resignada. Coming Home, conjugando a la perfección belleza y melodía y otra letra trascendental, un hombre roto por dentro creé que la única forma de darle sentido a su vida es empezando de nuevo en un sitio distinto, abandona a su mujer y a sus hijos para partir desde cero, "Every broken man comes tu understand that he´ll never find paradise when all he wants there all the time" pero se da cuenta de que la felicidad estaba entre su mujer y sus hijos. Before Tomorrow Comes, con un inicio relajado y un Myles que baja un poco las revoluciones. La canción es el claro ejemplo de lo que es el grupo: amalgama entre enormes muros sonoros, melódicos y con cierto hálito de tristeza y melancolía, dándole un pequeño toque barroco al grupo. Rise Today es muy potente, con mala leche y garra, especial mención para la batería, perfectamente orquestada y con un protagonismo mayor. Blackbird es uno de los mejores temas del plástico; con un ritmo suave que va in crescendo, rompiendo así un poco con las reglas del disco, donde las canciones que martilleaban y masacraban los tímpanos estaban muy presentes desde el primer momento, los coros son esencialmente geniales, dotando al tema de un enorme poderío sonoro, un tema que gana con las escuchas. One By One es un alegado en contra de las guerras, al mismo tiempo, con su lírica mordaz nos plantea la pregunta de si cabe la esperanza y la ilusión por vivir de aquellos soldados que están en territorios lejanos, defendiendo supuestamente a su país. Watch Over You creo que no necesita presentación. Es de una de las canciones más conocidas del grupo y uno de los temazos absolutos del disco: una lírica que atrapa desde la primera escucha, una melodía genial, con cierto toque a Nickelback, Myles canta sugestivamente, relajado y tranquilo, melancólico, como si evocara algún recuerdo doloroso del pasado. Una de las canciones que demuestra el inmenso poder que tiene el grupo, poder y talento para hacer baladas, medios tiempos y canciones conmovedoras. Break Me Down recupera la tralla y los sonidos más crudos. White Knuckles te obliga a escucharla sólo por la enorme hostia sonora del principio, con un riff dispuesto a machacar sin previo aviso cabezas, después hay un pequeño pasaje que incita al relax... pero por poco tiempo, amigos, ya que el grupo vuelve atacar de forma belicosa el tema. Si yo tuviera que abrir un concierto, sería con este tema, sin duda. Wayward One cierra de forma brillante el álbum, manteniendo el enorme nivel mostrado hasta ahora.


8 de mayo de 2011

Patrick Rothfuss - El nombre del viento


He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con Dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí.


En el mundo de la literatura actual en general, y del género fantástico en particular, uno tiene que llevar mucho cuidado con lo que se lee.
Me refiero a que, como te descuides, un libro que te prometía una trepidante aventura se convierte en un cúmulo de tópicos infumables y, a grandes rasgos y siendo sinceros, en una mierda como una casa.
No soy un consumidor asiduo de literatura. Es algo que envidio, he de reconocerlo. Sin ir más lejos, mi novia, mi hermano y aquí mi compañero bloguero Alex, son ávidos lectores, cada uno en su estilo, eso sí.
Creo que el problema es que soy demasiado exigente con los libros, o si lo preferís, que me gusta un tipo de historia demasiado específica. Necesito que un libro me atraiga desde un primer momento, o al menos que no me resulte soporífero avanzar en la historia.
El caso es que si quitamos Harry Potter y algunos autores en particular (como Pérez-Reverte, ZafónMendoza o Pratchet) nunca he tenido mucho interés en nada más. Como podéis apreciar, no me van los ensayos filosóficos sobre el inexorable paso del tiempo, y sí, tiro de literatura comercial casi siempre. Pero que le voy a hacer, me gusta.
Hace un par de años, para mi cumpleaños, mis amigos me regalaron este libro, El nombre del viento. Según me contaron, le explicaron al dependiente cuales era más o menos mis gustos y el hombre les recomendó este.
No voy a negar que miré el libro, con disimulo eso sí, como si en las manos en lugar de un montón de papel tuviese una enorme cagada de elefante. No me malinterpretéis, ya sé que no se debe juzgar un libro por su portada (de hecho ésta no está mal) pero no me suelo fiar de lo que te venda un dependiente, y mucho menos si trabaja en una cadena comercial como Bertrand.
Además, conociendo a mis amigos, sus palabras más o menos serían estas: "pues es muy friki, le gusta El señor de los anillos, juega a rol, a las Magic y bla, bla, bla, bla". Me veía teniendo que tragarme alguna bazofia del tipo Reinos olvidados o de la Dragonlance.

Pero soy un tío educado y decidí darle una oportunidad. Y casi desde la primera página, bendije a la madre que había traído al mundo a aquel dependiente.
El nombre del viento ha sido best-seller. Y si lo ha sido, no es porque su autor sea conocido, pues es el primer libro que publica Patrick Rothfuss. Si lo es, es porque de verdad que es un buen libro.

Patrick Rothfuss, el primo escritor de los Mastodon.

Olvidaos de todo lo que hayáis leído alguna vez sobre literatura fantástica. Aquí no hay ni héroes, ni dragones, ni demonios, ni magia... Bueno, sí, pero no cómo lo conocéis.

Os pongo un poco en situación: a una taberna de un pueblo perdido de la mano de dios (o Tehlu, que es el dios de la mitología de Rothfuss) y en una época convulsionada por una guerra, llega un escritor conocido como El Cronista, famoso por dedicarse a desenmascarar mitos y patrañas. Allí encuentra a Kvothe (pronunciado 'lĕh-'nérd 'ski... digo 'cuouz' ) un personaje sobre el que se cuentan miles de historias y que, como casi todas, tienen su parte de verdad, pero también su parte de mentira. Tras una dura negociación, Kvothe acepta contar su historia, pero tardará tres días en hacerlo. De ahí que el título completo del libro sea El nombre del viento. Crónica del asesino de reyes: Primer día.

Con esta premisa parte la historia, contando la historia de Kvothe desde que era poco más que un mocoso y viajaba con la troupe de sus padres (pertenecientes a la ilustre estirpe de artistas itinerantes de los Edena Ruh) y conoció a Abenthy, el que sería su maestro, y los motivos que lo llevaron a convertirse en la leyenda que es. De cómo sobrevivió en la inmunda ciudad portuaria de Tarbean, de cómo entró en la Universidad y sobretodo de, como todo hijo de vecino, tuvo más de un problema a la hora de relacionarse con las mujeres.

El pilar de El nombre del viento es la curiosa evolución que sufren los rumores, los mitos, las historias hasta convertirse en auténticas hipérboles que muchas veces poco tienen ya que ver con la realidad. Es realmente genial como conforme vas avanzando la historia, descubres que todo lo que cuentan de su protagonista los demás personajes, no son más que la verdad exagerada de una manera fantástica y casi idólatra.
Pero esta faceta llega mucho más allá, pues Rothfuss crea un universo mitológico totalmente nuevo e íntimo. Ni elfos, ni orcos, ni pollas. Tolkien ya escribió todo lo que tenía que escribir. Aquí y ahora no necesitamos más historias de héroes semidesnudos y salvajes, armados con espadas y cubiertos de sangre. Nada de ardillas parlantes o caballeros de reluciente armadura.
De hecho, parece como si Rothfuss se burlase de esa plana literatura fantástica, dotándola de un trasfondo científico y casi metódico y alejándola de ese velo de epicidad mal encauzada y fanáticos del Dungeons & dragons, y desmarcando su relato de la típica línea argumental de los libros de aventuras, exponiendo que la mayoría de las veces, la realidad es mucho más interesante que la ficción.

Y de esa manera, todos los personajes dejan a un lado ese aura de misterio y de gracia universal para convertirse en hombres y mujeres normales y corrientes, con sus anhelos, sus sueños, sus virtudes y, sobretodo, sus debilidades. De hecho Kvothe, pese a ser ingenioso y perspicaz, cae habitualmente presa de sus dos principales defectos: la curiosidad y el orgullo.

Otro punto a favor es que el estilo es bastante ágil, y para tratarse de un tocho de ochocientas páginas, no se hace muy pesado pues utiliza expresiones coloquiales y, aunque no esta exento de esas metáforas y símiles culteranistas tan típicas del la literatura fantástica, estas al menos se dosifican y muchas veces se reducen a la descripción de un paisaje, de un lugar, o simplemente son necesarias para evocar las sensaciones de los personajes.

Sólo un par de notas negativas. La primera es la redundancia y repetición de algunas figuras a lo largo de toda la historia, aunque tratándose de un libro tan largo, sólo a un obseso como yo le podría molestar.
La segunda, es que es la primera parte de una trilogía. La tercera parte ni siquiera está terminadad y la segunda, con un poco de suerte, llegará este noviembre completamente traducida (no tengo problema en leerme un libro en inglés pero... joder, novecientas páginas...).

Y poco más que contar. Os lo recomiendo encarecidamente, si no le tenéis mucha alergia a esos libros que pueblan los estantes de los centros comerciales.

Me voy, que llevo neumáticos blandos.
Que os den, ¡y un abrazo!

3 de mayo de 2011

Sangre fresca (ABRIL 2011)

Pasó otro mes, otro mes pasó. Cada vez se me pasan más rápido. Creo que es un síntoma de que el tiempo, en su implacable avance comienza a causar estragos en mi mente.

¿Pero qué coño...? No me toméis en serio cuando escriba estas cosas, a veces no le pongo filtro a lo que quiero escribir. Pues eso, que se ha acabado abril, y desde este humilde rincón del ciberespacio (¿qué noventero suena esto verdad?) me dispongo a resumiros lo que ha sido un poco la actualidad musical en estos treinta días.

Aunque aviso, antes de que lo digáis vosotros, lo diré yo: al igual que marzo, este mes no pasará a la historia de la música. Ni del rock. Ni de nada.

Los enormes Foo Fighters, capitaneados por ese bestial batería con cara de chimpancé venido a mejor, Dave Grohl, regresan al cotarro. Está claro que cada vez que Grohl se junta con Josh Homme, la influencia de este sobre él se hace más intensa. Por eso Wasting light, evoluciona (o involuciona, no en sentido peyorativo, pues también podría verse como una vuelta a sus primeros trabajos) a un sonido mucho más sucio y delirante. Además, Pat Smear (guitarrista de sesión de Nirvana) se une al proyecto convirtiéndose en la tercera guitarra y añadiendo complejidad a los ya de por sí geniales melodías de estos muchachos.
El videoclip no puede ser más simple. Pero ¿y lo que mola el tema?


Como pudísteis comprobar en la entrada de marzo, me gusta el hip-hop. Y, qué coño, me gusta Nach. El alicantino nos trae Mejor que el silencio, una nueva entrega de poesía con mayúsculas. Porque Nach, más que un rapero, es un poeta. Un hombre que cuida tanto la forma como el fondo de sus letras y que hace mucho tiempo que para mí, no tiene nada que demostrar en la escena del rap en castellano. Como siempre, amplia variedad de temas, ejercicios de estilo como la genial Tres siglas (R de revolución, A de actitud, P de poesía) y colaboraciones de lo más variopintas, como Talib Kweli, El Chojín o Ismael Serrano, que dotan al plástico de una eclecticidad magnífica. ¿La única pega? Algunos temas pierden mucha fuerza por culpa de bases prácticamente idénticas y el abuso del piano como línea melódica. Pero quitando eso, otra joya de Nach.
¡Nach usando autotune! Tranquilos, esta es la excepción.

Siguiendo un poco con hip-hop, os diré que Duo Kie ha publicado De cerebri mortis, uno de los discos más esperados de rap en castellano de este año. A mí personalmente no me entusiasman, pero he de reconocer que ese estilo hardcore, desenfadado y macarra que gastan, resulta irresistible a la par que simpático.
Brutal vídeo para este tema bailongo.

Curioso el The fall de Gorillaz. Disco grabado durante la gira del Plastic beach en el iPad de Damon Albarn. Lo que no hagan estos tíos... He de reconocer que Gorillaz nunca me han dicho nada quitando sus temas más conocidos y que el disco, se pasa de sintético: la mayoría de los temas fluctúan entre guitarras acústicas y efectos machacones de sintetizador. Pero oye, si os mola el rollo, supongo que está bien.
Nada que decir de Gorillaz. Pero es que tampoco se me ocurren muchos adjetivos para esto.

Skindred es uno de mis últimos descubrimientos musicales. Desde gales, esta banda nos brinda una propuesta cuanto menos curiosa: ¡raggadancehallmetal! O lo que es lo mismo, ritmos de dancehall alternados con riffs numetaleros, voces de reggae con gritos hardcore... Un pepino vamos. Union black es el cuarto trabajo y, para que os voy a engañar, no han evolucionado mucho, por no decir nada, desde el primero. Pero cuando tiene una propuesta tan diferente a lo que pulula hoy en día, no creo que lo necesitan.
Nu metal a muerte, con colabo de Jacoby Shaddix incluída.

Nunca he sido un gran seguidor de Uriah Heep. Reconozco que me gustan mucho algunos de sus temas míticos (The wizard me tiene enamorado) pero no he tenido mucho contacto con su actividad reciente. Pero, ostias, este Into the wild me ha dejado patidifuso. Buenos ritmos, un trabajo vocal impecable, el ya clásico hammond y, ostias, si tienen que meter tralla, la meten. Altamente recomendable para aquellos nostálgicos que echen de menos el sabor a buen rock.
Cuando tenga esa edad, ¡quiero tener ese pelazo!

Porque desde luego, hoy en día, el rock (el puro, el zeppeniano, ya sabéis de qué hablo) no pasa por su mejor momento.

Ahí están los Hollywood Undead, que son como los Brujería pero rapeando con su American tragedy.
A estos a malotes no les gana nadie.

O los Asking Alexandria y su Reckless & relentless, uno de esos grupos de metalcore jodidamente andróginos a la hora de vestir y jodidamente bestias a la hora de cantar.
Metalcore. Nada más que añadir.

También Leaves' eyes, el proyecto que Liv Kristine, en plena rabieta con sus antiguos compañeros de Theatre of Tragedy convenció de fundar a su marido Alexander Krull (vocalista de Atrocity), sacan a la luz Meredead.
No termina de buscarme este tipo de grupos. Mucha coro y mucha pijada para tan poco fondo.

Y para acabar, los  pop-punkies trasnochados y divertidísimos chicos de Bowling for Soup con  Fishin' for woos.
Single de presentación que, personalmente, me ha decepcionado. Muy descafeinado.

Y como no, no podíamos despedirnos de abril sin repasar los resultados de las encuestas. Este mes os habéis puesto las pilas y una vez más, agredecemos enormemente la colaboración.

Está claro que tiran más dos tetas que dos carretas, pues en la encuesta sobre ¿Quién os gustaría que enseñase las lolas en la próxima portada de interviú? el primer puesto ha estado muy apretado (y nunca mejor dicho) entre dos mujeres con grandes... talentos, pero finalmente ha sido Anna Simón, la copresentadora de ese programa de humor convertido a circo cani que es Tonterías las justas, la ganadora. Luego, yonquis, que sois unos pedazo de yonquis, el tercero se lo ha llevado Rodríguez-Menéndez ¿debo pensar que han sido nuestras lectoras? No creo.



Y cuando hablamos de ¿Con qué género pornográfico preferís daros amor a vosotros mismos?, la situación ha sido muy similar. Parece que nos va el porno amateur y las relaciones lésbicas lo cual nos lleva a una clarísima conclusión: queremos personas reales fornicando como animales y, en caso de querer pornstars, lo último que nos gusta son los maromos de enormes falos con cara de malotes y tatuajes maoríes en los brazos.

Hasta aquí nuestra sección de novedades. Nos vemos en unos días, con algo más ortodoxo.
Que os den, y un abrazo.

PD: El "culebrón" del año ya ha llegado a su fin. Dream Theater a anunciado que Mike Mangini (Extreme, Annihilator, Steve Vai) será el encargado de las baquetas. Aunque por otro lado, Roy Khan ha dejado Kamelot después de trece años, por no hablar de la desbandada de K.K. Downing con los Judas... vamos, que hemos cerrado un culebrón, y tenemos veinte abiertos. Esto es Galavisión, señores.