1 de febrero de 2013

Sangre fresca: Biffy Clyro - Opposites

Como decía aquel simpático yonqui de los zappings televisivos: "Se va' ve un follón que no va sabe' ni dónde sa metío". Están las cosas muy revueltas (más incluso, a pesar de que las cotas de esperpentismo hace tiempo se sobrepasaron) en la política nacional. Tanto sobre, tanto dinero negro, tanta cuenta en Suiza y tanto hijo de la grandísima puta le amargan el día a cualquiera.

Por eso ayer por la tarde me dio el venazo y me senté en la mesa de la cocina a hacer manualidades para un amigo invisible que tengo en un par de semanas. La ocasión se mostraba además propicia para pegarme una nueva sesión de Opposites, lo nuevo de Biffy Clyro, sin que nadie me molestase y sin tener que cortar el disco a medias porque el autobús ha llegado a su destino.

Cuatro años han pasado desde aquel magnífico Only revolutions que me encargué de reseñar en este blog y la espera ha merecido la pena. Sin lugar a dudas. Porque si mantener el nivel de estos tíos ya es complicado, mantenerlo en un doble disco es el cuádruple de complicado. The sand at the core of our bones y The land at the end of our toes, cómo han sido bautizadas sendas entregas, representan tanto lírica como musicalmente la cara y la cruz de Biffy Clyro. Simon Neil afirma que es su trabajo más personal hasta la fecha y que mientras que The sand... habla de la soledad, de esa oscuridad que te envuelve cuando todo te sale mal y sabes que será peor, mientras que The land... se muestra mucho más optimista, arrojando luz ante una serie de dilemas, sobre los miedos y esperanzas del futuro.

Ya con la explosiva Different people, el arranque la primera parte de esta nueva referencia, queda claro que no han perdido un ápice de personalidad. Una de las maravillosas señas de identidad de los escoceses es que la mayoría de los temas nunca empiezan como acaban: los que se incian tranquilos evolucionan en épicos, los más tralleros se derriten en los estribillos, las baladas se rompen y se tornan imparables. Black chandelier no fue una elección acertada como adelanto, porque hay otros temas ya en este primer capítulo mucho más jugosos, como puede ser el caso de Little hospitals, A girl and his cat o The joke's on us, que además suenan igual de asequibles. Reseñables también Biblical, cebo vivo para multitudes ávidas de un himno que corear, o la estupenda The fog, una delicada melodía de teclado que muta de inofensiva y nostálgica a tétrica, saturada y sobrecogedora. Quizás sea esta última el mejor ejemplo de esa negatividad que impregna The sand....

Se produce en mi opinión un salto cualitativo en The land... Aquí está la magnífica Stingin' belle que sirvió de presentación hace unos meses y que mezcla con acierto un riff musculoso y agresivo con tintes progresivos ganando en sabor con esas gaitas finales tan típicas de las tierras de dónde son oriundos estos chicos. También están aquí las imparables Modern magic formula y Woo woo, la indescriptible Spanish radio con sus trompetas mariachis, la árida y bluesera Trumpet or tap, la lenta pero definitivamente acongojante Accident without emergency o la inclasificable Victory over the sun, con su desconcertante ritmo bañado con un cuarteto de cuerdas. Todo ello encapsulado con una intro y una outro exquisitas que toman sus títulos de ambas partes del álbum.

En resumen, una nueva joya de Neil y los gemelos Johnston, que atrapa casi desde la primera escucha y que, os lo garantizo, os proporcionará una hora y media de evasión frente a la que está cayendo, que nunca viene mal, acompañados de un rock directo, personal y único. Y como ya dije la última vez, 'mon the Biffy!


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