14 de julio de 2014

Histeria universal: Calígula, el dios emperador que venció al Océano

Año 37 DC. Roma es gobernada por el emperador Tiberio, mientras que el Senado, liderado por dos cónsules, mantiene su estructura y cierto poder teórico. Tiberio cae enfermo y muere a la edad de 77 años. Calígula aprovecha la ocasión para hacerse con el poder sobornando al líder de la guardia pretoriana. Se dice que Tiberio fue envenedado.

Con tan solo 25 años se convierte en el emperador del mayor Imperio del mundo conocido. La Historia lo recuerda como un loco, aunque hay que tener en cuenta su pasado. Debe enterrar a su padre, Germánico, uno de los mayores generales romanos, a la edad de 7 años. Tras la muerte de su padre, gran parte de su familia es supuestamente asesinada por el emperador, que los veía como una amenaza. Su madre es desterrada a una isla desierta y él llega a ser encarcelado.

Calígula ha llegado al poder tras la muerte de su antecesor, Tiberio. Ha conseguido hacerse con el favor del pueblo mientras que ha humillado y tratado de reducir el poder del Senado siempre que le ha sido posible. Se cuenta que en ocasiones, cuando un grupo de senadores se acercaba para discutir asuntos de estado con él rompia a reir sin control, y cuando los senadores le preguntaban, les contestaba que "estaba pensando en que con tan solo un gesto podría ordenar que os matasen". Llegó incluso a proponer a su caballo como cónsul, líder del Senado.

Su ambición no tiene límite y busca superar la gloria alcanzada por los emperadores que le sucedieron. Se dirige a Britania, una tierra que las legiones romanas no han pisado desde los tiempos de Julio Cesar. Las legiones bajo su mando llegan a las playas de Normandía. Calígula quiere demostrar que no tiene rival, él puede derrotar hasta al mismisimo Océano. Ordena formar a sus legiones. Los vélites lanzan sus jabalinas y los legionarios cargan contra el agua. Hay quien dice que fue una grandiosa victoria, los romanos apenas tuvieron bajas y el mar se replegó algunos metros -aunque los detractores de Calígula aseguran que fue debido tan solo a la marea baja-. Tras la batalla Calígula ordena a sus hombres recoger las conchas que encontrasen, como si de trofeos se tratase.

A pesar de ser esta una de las más conocidas anécdotas sobre Calígula, y quizá la principal por la que se le tachó de loco, es posible que nada de esto sea cierto. La expedición a Britania fue un rotundo fracaso. El emperador necesitaba hacer llegar al Senado en Roma informes que indicasen lo contrario. Intenta resarcirse diciendo que ha asegurado la Galia, preparando así el camino para una futura invasión a Britania. Sus informes, por supuesto, no son aceptados y se le niega la ceremonia de triunfo con la que se recibe a los generales victoriosos que regresas a Roma. Podría ser que este fuera el origen de la historia, que el Senado se mofase ahora de sus informes y de su campaña en el norte.

Tras su regreso, sin embargo, su ambición sigue acrecentándose. Se declara dios viviente y hace construir un templo en su honor, con sacerdotes especiales y con una estatua suya de oro que cada día se vestía con ropas similares a las que él llevase. Su última intención es trasladar la corte imperial de Roma a Alejandría. Allí, en Egipto, estaban acostumbrados a adorar a sus gobernantes como dioses. Esto fue tomado como el insulto definito tanto por el Senado como por el pueblo romano.

Finalmente, tras múltiples conspiraciones fallidas, Calígula es asesinado el día 1400 de su caótico reinado. Durante la celebración de los juegos anuales es emboscado por su guardia pretoriana, que junto con varios senadores lo apuñala mientras se dirigía a los baños.

La guardia pretorana busca y mata al resto de la familia imperial. Mientras el Senado se reune y propone volver a instaurar la República Romana. Pero la guardia pretoriana tiene sus propios planes. Acaban con todos los parientes de Calígula, excepto con su tío Claudio, a quien proclaman nuevo emperador. Este había sido siempre el verdadero plan, una conspiración de los pretorianos dentro de la gran conspiración con el Senado para matar a Calígula. Mientras haya un emperador en Roma, la guardia pretoriana conservará su poder. El sueño del Senado de reinstaurar la vieja gloria de la República termina antes de comenzar.

Calígula siempre será recordado como un loco, aunque es casi seguro que la mayoría de las historias que se cuentan sobre él sean falsas. O que, al menos, sean exageraciones. Tras su muerte el Senado decretó que su memoria debía ser borrada, y su figura se ha demonizado. Es innegable que en el poco tiempo que duró como emperador se cometieron tremendas atrocidades, pero hay que tener en cuenta que estos hechos no eran algo poco frecuente en la roma imperial.

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